Renault quería fabricar con Volkswagen el coche eléctrico

Renault quería fabricar con Volkswagen el coche eléctrico barato y europeo

A finales de , saltaba la noticia: Renault y Volkswagen estaban buscando una alianza para lanzar su coche eléctrico de 20.000 euros. Seis meses después, sabemos que las negociaciones se han roto. Y no solo es, también que Renault espera sacar el proyecto adelante con un socio chino. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

Los 20.000 euros.  El coche eléctrico parece haber situado el suelo del precio del automóvil en un nuevo escalón. La mayor parte de las marcas utilizan los 20.000 euros para hablar de su coche eléctrico más barato. Renault anunció que lo conseguiría con su próximo Twingo, situando por encima al Renault 5 eléctrico que se venderá con una tarifa que roza los 25.000 euros.

Lo mismo sucede con Volkswagen. En marzo de , Volkswagen presentó el que, confían, será su coche eléctrico de masas. El nombre de ID.2 all (ID, familia de eléctricos de Volkswagen, para todos, en su traducción al español) no era casual. En aquel momento hablaban de un coche de 25.000 euros, lo que daba una idea de lo que entendía Volkswagen sobre el coche eléctrico popular. Más tarde abrieron la puerta a un coche eléctrico de 20.000 euros.

Un producto que genera dudas. De momento, se nos ha vendido el coche eléctrico de 20.000 euros como el verdadero punto de inflexión del coche eléctrico. El problema es que, de momento, parece que serán vehículos destinados a un uso casi exclusivo para el entorno urbano. Por poner un ejemplo, el Renault 5 eléctrico de 25.000 euros ha llegado con batería de 40 kWh y sin carga rápida.

Convencernos de comprarnos un coche eléctrico por 20.000 euros y autonomías de 200 kilómetros es mucho más complicado en países como España, donde la mayor parte de las ventas se las llevan vehículos asequibles que destacan por su polivalencia. Con solvencia y sin grandes captar grandes focos, el coche más vendido de España es el Dacia Sandero. Y entre los 10 más vendidos también se cuelan coches como el Seat Ibiza, el Seat Arona, el MG ZS, el Renault Clio o el Peugeot 2008.

Todos ellos son coches que cuestan menos de 25.000 euros y, salvo el Peugeot 2008 y el Seat Arona, también tienen versiones por menos de 20.000 euros. Son coches sencillos pero que con más o menos incomodidades permiten al usuario utilizar un coche en el día a día y, al mismo tiempo, salir de viaje y realizar los kilómetros que deseen sin miedo a quedarse tirados por falta de autonomía o planear concienzudamente su viaje.

No es posible. El gran problema para los fabricantes occidentales es que dicen no poder fabricar sus coches eléctricos a un precio inferior. Al menos, eso es lo que alegan si se quiere mantener la producción en Occidente. Aseguran que si se puede vender un MG4 Electric por 25.000 euros o un MG ZS (más grande que su competencia a igualdad de precio) es porque los fabricantes chinos cuentan con ventaja, lo que querrían solucionar con aranceles.

Desde hace meses (y hasta más de un año), algunos fabricantes lanzan mensajes en esta dirección. Volkswagen, por ejemplo, consideraba imposible vender un coche eléctrico por 20.000 euros en 2022. Stellantis ha sacado de los países europeos más ricos la producción de sus coches más asequibles o quiere que éstos ensamblen coches que, en realidad, son chinos.

Los coches de menor tamaño son también los que menos dinero generan a una marca de forma unitaria porque su margen de beneficios es mucho más pequeño. Electrificar un vehículo de este tamaño es, con la tecnología actual, un riesgo porque las autonomías son demasiado pequeñas y, por tanto, son más complicados de vender. Incluso el híbrido enchufable no es del todo rentable en estos segmentos.

Sin acuerdo. Para ahorrar costes y maximizar los beneficios, Renault y Volkswagen habían entablado conversaciones para lanzar un coche eléctrico pequeño, de 20.000 euros que minimizara los riesgos. Es algo que empezó a gestarse a finales de pero que desde hace unos días sabemos que no se ha materializado.

“Quería mostrar que la industria europea puede trabajar junta como un equipo, así que creo que esta es una oportunidad perdida, pero puede haber otras”, señalaba Luca de Meo en palabras recogidas por Fortune recientemente. Se escenificaba así el final de la negociación. En parte, parece cuestión de tiempos.

Volkswagen ha emprendido una carrera por reducir drásticamente los costes productivos. 2024 es, para Volkswagen, un año de afianzar el crecimiento en bases sólidas y tomar los mínimos riesgos posibles. Renault cree todo lo contrario. Quiere que el coche eléctrico barato esté listo en 2026 (Volkswagen lo esperaba para 2027) con el objetivo de ofrecer batalla a los coches eléctricos chinos.

Aliarse con China. Como cabeza visible de los fabricantes europeos, Luca de Meo (CEO de Renault y presidente de ACEA) ha insistido en que Europa debe plantar batalla al coche eléctrico chino y que se tienen que agilizar los planes para, incluso, saltarse Euro 7 y ya apostarlo todo al coche eléctrico.

Ahora sabemos que Renault ya busca socio chino. Al menos eso es lo que ha contado Reuters, quienes afirman que desde Renault recalcan que el desarrollo del coche seguirá siendo francés y la producción será europea pero que este socio chino debería ayudarse a reducir costes durante la producción y en la distribución.

No es Renault el primer fabricante que busca en China cómo abaratar sus coches pese a haber sido hostil con su forma de trabajar. Stellantis, por ejemplo, fabricará y distribuirá los coches de Leapmotor fuera de China pero es un coche que, en su base, es completamente chino. Volkswagen también ha buscado soluciones para su plataforma de Audi en China.