Los secretos de La Catedral

Por ejemplo, en los reclinatorios de las veintidós bancas principales existe un cajón. Asimismo, frente a las sillas hay una especie de armario. Adentro un antiguo papel tapiz floreado –cubierto con polvo– son la evidencia de que esas puertas no se han abierto en años.

Dentro de la iglesia, durante la Semana Santa, se realizan ritos importantes como el Arrastre de Caudas. Una celebración que tiene más de 400 años.

Pero LaCatedral no se reduce a un templo religioso. En el subsuelo existen una cripta y un museo. Mientras que en su altillo hay un mirador de 360 grados. Desde allí se puede contemplar la iglesias de El Sagrario, La Compañía, Santa Clara San Francisco, El Carmen Alto, Santo Domingo y San Agustín, revelas Males.

El gallo

Sobre la cúpula más grande, el guía cuenta la historia del gallo de LaCatedral. Una pieza de bronce –que hoy sirve como pararrayo– y que llegó por accidente entre las barandas del Palacio de Carondelet.

Cuentan que Don Ramón tomaba mistelas (un dulce hecho con frutas, azúcar, menta o cáscara de naranja, yerba de ataco, anís, canela y ardiente) donde la chola Mariana. Siempre que se chumaba y pasaba por la Plaza Grande veía al gallo y le decía. “Tu gallo de porquería, ¿qué me quedas viendo? el único gallo de Quito soy yo”, narra el conocedor.

Una noche, el animalito de bronce cobra vida y baja a picotear a Don Ramón y lo obliga a prometer que no volverá a tomar.

Aunque esa historia se ha contado por años, Males revela que no es la única. “Otros dicen que fue el sacristán quien se puso el traje de gallito para asustar al hombre para que dejará de insultar cada vez que bebía”, añade.