“Esta sesión solemne no es una despedida ni mucho menos un adiós”, fueron las palabras con las que el alcalde Marcelo Cabrera terminó la tarde de este viernes su último discurso público como administrador de Cuenca, que conmemora 462 años de fundación. Por más de una hora habló de los “logros” alcanzados durante su segundo periodo.

Cabrera también se refirió a la minería al comentar que Cuenca deberá defender su agua frente a los riesgos que podría significar la explotación minera en zonas de protección donde se encuentran fuentes hídricas.

Habló del tranvía. Dijo que en el 2014 encontró que los contratos firmados durante la alcaldía de Paúl Granda “fueron suscritos con estudios de ingeniería básica que eran insuficientes”. Encontró tres contratos firmados con anticipos por más de $ 53 millones y comprometidos $ 157 millones con diferentes empresas. Por lo que una de las acciones fue terminar unilateralmente el contrato con el consorcio español CCRC “ante una serie de incumplimientos y el abandono injustificado de la obra”.

En julio del 2018 durante un recorrido del tranvía por el Centro Histórico, Cabrera aseguró que el 2 de marzo del 2019 el tranvía empezaría a funcionar de manera comercial para toda la ciudadanía, aspecto que no se cumplió.

En la sesión se realizó la entrega de preseas y acuerdos a personajes e instituciones destacadas. La principal fue la Insignia Santa Ana de los Ríos de Cuenca que fue otorgada a la Unidad Educativa Herlinda Toral que este año cumple 95 años al servicio de la ciudad.

Este año la sesión solemne fue modesta. No había pantallas gigantes en la calle, sillas adicionales en el loby del Salón ni barras apoyándolo en las pausas en su discurso.

En representación de la Presidencia estuvo el gerente del Banco de Desarrollo, Carlos Julio Jaramillo. (I)