¿Usamos solo el 10% de nuestro cerebro?

«El ser humano solo usa el 10% de su capacidad cerebral». Es un frase conocida y repetida por muchos, pero realmente ¿es esto cierto? Según estudios científicos esta aseveración es solo un mito, una mala interpretación o un malentendido.

BBC Mundo en un artículo relacionado al tema menciona que es importante hacer una pregunta: ¿10% de qué? Si se refiere al 10% de las regiones del cerebro, es una afirmación fácil de refutar y añade que «usando una técnica llamada imagen por resonancia magnética funcional, los neurocientíficos pueden poner a alguien en un escáner y ver qué partes del cerebro se activan cuando hacen o piensan en algo».

Una simple acción, como cerrar y abrir el puño de la mano o decir unas pocas palabras requiere de la actividad de mucho más de una décima parte del cerebro. Incluso cuando se supone que no se está haciendo nada, el cerebro está haciendo mucho, ya sea controlando funciones como respirar y el palpitar del corazón, o recordando cosas por hacer, indica la nota.

Células no paran de trabajar

En el artículo se plantea que «quizás el 10% se refiere al número de células del cerebro». Pero de nuevo, no computa. Cuando cualquier célula nerviosa se deja de usar se degenera y muere o es colonizada por otras áreas vecinas. Sencillamente, no permitimos que las células del cerebro estén ociosas. Son demasiado valiosas.

Si bien es cierto que la naturaleza a veces es misteriosa, evolucionar para tener un cerebro diez veces más grande de lo necesario sería muy extraño, particularmente teniendo en cuenta que su gran dimensión es tan costosa para la supervivencia, pues puede causar obstrucciones y la muerte de la madre durante el parto. Además, el cerebro necesita muchos recursos: mantener el tejido cerebral vivo consume 20% del oxígeno que respiramos, según el neurocientífico cognitivo Sergio Della Sala citado por BBC Mundo.

Muchos atribuyen erróneamente este mito a Albert Einstein, mientras que otros consideran que se tergiversaron las palabras de William James, padre de la psicología en Estados Unidos, que en su libro The energies of men (1907) escribió que hacemos “uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos”, lo que dio lugar a que autores posteriores redujesen esta frase a la leyenda de que tan solo usamos un pequeño porcentaje, cita La Vanguardia en su sitio web en un tema relacionado.

La nota menciona al Dr. Pablo Irimia, neurólogo vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), quien señala que idea podría venir de un mal entendido respecto al número de células. “No todo el cerebro está formado por neuronas, que representan aproximadamente un 10%, también tenemos otros tipos de células que sirven de soporte para el buen funcionamiento de las neuronas y el cerebro. De ahí, que el porcentaje de neuronas haya podido ser confundido con la capacidad cerebral empleada”, afirma el experto.

La idea de que el 90% restante está ocioso resulta absurda, si se calcula el uso de energía del cerebro. Los cerebros de roedores y perros consumen el 5% de la energía total del cuerpo, mientras que el de un mono consume el 10% y el cerebro de un humano, que en un adulto representa solo el 2% de su masa corporal, consume el 20% de la glucosa diaria. En el caso de los niños, la cifra es el 50% y en el de los bebés un 60%. Esto es mucho más de lo esperado para el tamaño relativo de sus cerebros, menciona el artículo de La Vanguardia.

«El cerebro humano pesa 1.5 kilos, en comparación con uno de un elefante que llega a los 5 kilos. No obstante los humanos condensamos mayor número de neuronas que cualquier otra especie (un 40% más que los simios). Esta densidad es la que nos hace inteligentes».

Pablo Irimia, neurólogo vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica en el artículo de La Vanguardia que hay zonas del cerebro que pueden suplir la función de otras áreas que han sufrido una lesión, en especial durante la infancia: “A este mecanismo se le conoce como “plasticidad cerebral”, un grupo de células pueden asumir otra función que en principio no les correspondía. En el cerebro adulto hay un cierto grado de plasticidad, pero es muy escaso”.

Según La Vanguardia, el neurólogo asegura que todas las evidencias que existen “es de que el cerebro está funcionando en su totalidad para el correcto funcionamiento de los mecanismos de pensamiento o de movilidad… y por tanto, pensar que tenemos unas capacidades ocultas que podríamos potenciar para mejorar, no es real”.

“Es verdad, que como cualquier otro órgano, si potenciamos la actividad del cerebro mediante una actividad intelectual como la lectura, podemos incrementar el número de conexiones que tenemos en el cerebro y facilitar que nuestra capacidad para pensar cosas o el pensamiento lógico esté mucho más desarrollado”, concluye Irimia. (I)