Prevenir la pérdida de visión por diabetes

Claves para prevenir la pérdida de visión por la diabetes

Retinopatía diabética. Claves para prevenir la pérdida de visión por la diabetes. La diabetes mal controlada puede generar complicaciones, la más relevantes, la pérdida de visión por retinopatía diabética que puede llevar a la ceguera total. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

En noviembre, Mes de la Diabetes, el médico especialista en cirugía oftalmológica, Hugo Salcedo, ofrece información sobre la prevención y tratamientos para reducir este riesgo.

La OPS dice que la retinopatía diabética es causa importante de ceguera, daña los pequeños vasos sanguíneos de la retina.

La entidad señala que el 2,6% de los casos mundiales de ceguera es consecuencia de la diabetes.

 

La retinopatía diabética y factores de riesgo

  • La causa de la retinopatía diabética son los trastornos de la microcirculación de la retina que generan vasos anormales, provocando hemorragias y pérdida de la agudeza visual. Estos trastornos ocurren por niveles altos de azúcar en la sangre.
  • Cualquier persona con diabetes tipo 1, tipo 2 o gestacional (diabetes en el embarazo) puede presentar retinopatía diabética.

Mientras más tiempo tenga diabetes, más altas son las probabilidades de que presente la enfermedad visual. Entre los factores que también pueden aumentar el riesgo están: los elevados niveles de azúcar en la sangre, presión arterial y colesterol, el tabaquismo y la etnia.

Este último es otro factor, explica Salcedo, pues las personas afroamericanas, hispanas o latinas e indoamericanas tienen mayor riesgo.

La alimentación influye directamente en los niveles de glicemia elevados que provocan daños en la microcirculación de la retina.

  • La retinopatía diabética tiene 2 etapas. La etapa temprana (no proliferativa) en la que el paciente no presenta molestia alguna, cuando las paredes de los vasos sanguíneos se debilitan y ensanchan formando sacos pequeños.

De estos, puede drenar sangre u otros líquidos generando hinchazón en una parte de la retina llamada mácula (edema macular) y provocando que se distorsione la vista.

La etapa avanzada (proliferativa) es en la que comienzan a crecer vasos sanguíneos nuevos en la retina. Estos vasos sanguíneos son frágiles y a menudo sangran hacia el cuerpo vítreo del ojo (una masa gelatinosa transparente entre el cristalino del ojo y la retina).

  • De acuerdo con el grado de avance de la enfermedad hay diferentes tratamientos. El láser retinal cauteriza la retina para evitar la formación de nuevos vasos sanguíneos frágiles y se pueden romper fácilmente provocando las hemorragias.

Las inyecciones intravítreas actúan contra la inflamación de la mácula, ayudan a que los vasos sanguíneos se retraigan y desaparezcan e incluso pueden revertir la enfermedad (si no está avanzada).

La vitrectomía, cirugía que puede retrasar y conservar la visión, con este método se elimina la gelatina del ojo donde están las moléculas causantes de la formación de los vasos sanguíneos, y se reemplaza con una sustancia llamada silicón que evitará que se formen estos vasos anormales.

 

Un control permanente de la enfermedad

El especialista médico señala que la clave está en un buen control de la enfermedad de base, es decir de la diabetes. Esta debe estar controlada por el especialista. “La diabetes debe estar manejada por su médico internista o endocrinólogo quien estará a cargo de la coordinación de sub especialidades donde pueden presentarse afectaciones. El oftalmológo valorará el fondo de ojo donde se aprecian daños tempranos en la retina previa a la afectación visual del paciente”, añade Salcedo.

 

Chequeo visual oftalmológico periódico

Es fundamental tener un chequeo visual con el médico especialista, de esta manera se podrá detectar problemas o cambios que pueden representar una alerta de la enfermedad.

El experto detalla que en pacientes diabéticos sin diagnóstico de retinopatía diabética el control visual debe ser una vez al año; para aquellos que tienen una enfermedad no proliferativa leve-moderada lo recomendable es que acudan cada ocho o máximo 12 meses, mientras que para quienes tienen retinopatía diabética no proliferativa severa se aconseja cada 6 meses.

Finalmente, para quienes tienen una enfermedad avanzada (proliferativa) lo ideal es que acudan al chequeo visual cada cuatro meses. “Durante la valoración anual podremos detectar cambios de agudeza visual, toma de presión intraocular y lesiones en estructuras externas que predicen un daño más severo”, explica el Dr. Salcedo. Las valoraciones incluyen:

Fondo de Ojo indirecto anual: Es importante para la detección temprana del nivel de alteración retinal producto de la diabetes. Es necesario recalcar que los daños se pueden apreciar sin que el paciente presente ningún síntoma, de esta forma se puede prevenir y sugerir controles mucho más estrictos de su glicemia.

Tomografía Macular (OCT): es un examen de alta tecnología que valora la estructura de la mácula a un nivel de tejidos que permite visualizar lesiones tempranas que durante la examinación convencional muchas veces no es posible.

 

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Mejorar el estilo de vida

Toda enfermedad supone mayor control y cuidado en la alimentación. En el caso de la diabetes es esencial llevar una alimentación equilibrada según las recomendaciones médicas.

Asimismo, es importante la actividad física según las capacidades y requerimientos de cada persona. Este en conjunto permite mantener un equilibrio en la salud y mejorar la calidad de vida.