Recibe más de 3 millones de turistas al año, lo que lo convierte en el tercer lugar más visitado de Francia (después de la torre Eiffel y el Palacio de Versalles). El monte Saint Michel contiene en sus 97 hectáreas un pequeño pueblo amurallado y una serie de monumentos religiosos (una abadía, una catedral, una iglesia parroquial y una capilla). En la antigüedad era un islote de granito rodeado siempre de agua, pero con la constante subida y bajada de las mareas, apenas 53 días del año está aislado. A partir de 2015 y gracias a trabajos de rehabilitación de la bahía (como el desarenado) volverá a ser una isla.