Unicef avala plan de reabrir escuelas en los sectores rurales en Ecuador

Chunchi –

Un estudio de sitio en 28 comunidades kichwas de la Sierra ecuatoriana, desarrollado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Flacso y Ecuarunari avala la decisión del Gobierno de reabrir las escuelas comunitarias.

Joaquín González-Alemán, representante de Unicef, consideró que con el reordenamiento educativo hacia las Escuelas del Milenio, los niños tuvieron que desplazarse una distancia considerable hasta llegar al establecimiento, lo que a su vez provocaba que salieran de su casa sin desayunar con implicaciones para la nutrición.

Además hubo un costo elevado para las familias porque debían pagar entre $ 30 y $ 100 del transporte que tardaba entre media hora y dos horas en llegar a la escuela.

Adicionalmente provocó que muchos planteles rurales y unidocentes quedaran sueltos. “Una serie de implicaciones que en su momento a lo mejor no se presentaron suficientemente bien, se tuvo una buena intención, se mejoraron las infraestructuras, pero a lo mejor no se pensó en estas cosas”, dijo el experto.

Anna Vohlonen, oficial de Educación de la Unicef, aseguró que para los pueblos y nacionalidades el cierre de la escuela rural ha tenido consecuencias, en su mayoría, negativas. “La escuela comunitaria no es solamente el sitio de aprendizaje para niños y niñas, sino que es un símbolo de una lucha histórica por sus derechos, es un centro de reunión comunitario, y es un centro de participación de la comunidad”, expresó Vohlonen.

A criterio de la experta, algunas de las escuelas cerradas que se piensa reabrir requieren de renovación de infraestructura, agua, saneamiento e higiene. Además hay un déficit de docentes en el sistema educativo, por lo que –sostuvo– hay que pensar muy bien en la inversión y mirar dónde se genera un compromiso entre la comunidad y el Gobierno.

La recopilación de los datos se inició en octubre del 2017 y concluyó en julio del 2018. Fue entregado al Ministerio de Educación.

El ministro de Educación, Milton Luna, señaló ayer que las llamadas escuelas del siglo XXI, que no son muy conocidas en el país frente a las unidades del milenio, son un desastre.

En la costa estas escuelas del siglo XXI se encuentran básicamente en las provincias de Santo Domingo de los Tsáchilas, Manabí y Los Ríos, y según el funcionario, se hicieron en mutua relación desde el 2015 entre el Ministerio de Educación y una empresa china.

“Son un atentado no solo para la educación, sino para la vida y la condición de los niños. A esas escuelas las vamos a intervenir con un plan de contingencia para que los niños tengan la oportunidad de educarse en unidades educativas alternativas, las que se están repotenciando”, aclaró el ministro durante la reapertura de la escuela Río Cenepa en la comunidad Tauri, cantón Chunchi, provincia del Chimborazo.

Agregó que las escuelas del siglo XXI tienen una fatal infraestructura porque en algunos casos se han encontrado hasta ratas en medio de las paredes (levantadas), e incluso no cuentan ni siquiera con ventiladores, por lo cual los niños “se cocinan” en determinadas horas.

Dijo que se deberá investigar si hubo anomalías en la construcción de esas escuelas. (I)

Sierra central, con más escuelas por reabrir

La mayoría de las 1.000 escuelas que se proyecta reabrir en este año se encuentran en la Sierra central, anunció ayer el ministro de Educación, Milton Luna.

Aseguró que toda la infraestructura será rehabilitada y para ello hay un presupuesto de $50.000 por escuela, que dependerá del daño.

La idea es que se mejoren servicios higiénicos, internet, luz eléctrica y todo lo que signifique atención de saneamiento para los estudiantes.

Además se aspira a capacitar a profesores para enfrentar el desafío de que las niñas y niños tengan la mejor educación.

El ministro dijo que no se puede hablar de retroceso ante el hecho de que los estudiantes dejen las unidades del milenio para regresar a las escuelas en sus comunidades, porque en el momento que existan condiciones favorables, con profesores para responder a los requerimientos y recursos metodológicos y didácticos permitirán que tengan una educación aun mejor.

También señaló que los criterios de elegibilidad de las escuelas tienen tres factores importantes, uno la propia voluntad y el pedido de la comunidad.

Ayer, por ejemplo, durante la reapertura de un plantel en Chunchi se presentaron solicitudes para que sean reabiertos otros planteles.

El ministro dijo que otro factor para considerar la reapertura de un plantel es la pobreza y el compromiso de los padres de familia “en poner el hombro”.

Beatriz Humala, quien tiene dos hijos, manifestó que al estar cerrada la escuela en Tauri tenía que mandarlos al plantel en la comunidad de Comput, que está a alrededor de 7 km. (I)