Todos coinciden en algo en Ibagué, la ciudad de los Andes colombianos en la que James Rodríguez empezó su carrera: la actual estrella de la selección de Colombia era un niño obsesionado por el fútbol y los videojuegos.
En la polvorienta cancha rodeada de palmeras «19 de Octubre», en el barrio del Jordán, un centenar de chicos de la Academia Tolimense de Fútbol (ATF) sube y baja las gradas corriendo, sudando por la humedad y el calor, como hacía James a los nueve años.
En la edición del martes 20 de enero del 2015, en la sección ‘Marcador’, apareció una nota relativa al futbolista Álex Bolaños, en cuya esencia se dice que: “Por la vía judicial Bolaños quiere salir de Barcelona”, y que “este diario trató de obtener la versión de Carlos Díaz, a quien se lo contató a su teléfono convencional para una entrevista, la que evitó porque dijo ‘estoy manejando’”. Es decir, se me ha presentado ante la opinión pública como una persona que miente y que evade hablar del tema que patrocina.