#SwissLeaks: el trabajo sucio de HSBC para famosos y criminales

Una investigación realizada a través de una colaboración internacional de agencias de noticias, entre las que se encuentran The Guardian, Le Monde, BBC y el International Consortium of Investigative Journalists, logró revelar la filtración más grande jamás obtenida sobre los oscuros movimientos fiscales de la división suiza de HSBC. Los resultados de la investigación muestran que el banco ayudó a un montón de clientes, entre los que se cuentan diversos actores, diseñadores, deportistas y líderes de poderosas organizaciones criminales, a hacer todo lo posible por eludir a las autoridades fiscales.

Los archivos, conocidos como #SwissLeaks, cubren información de cuentas en el periodo comprendido entre 2005 y 2007, lo que convierte a ésta en la mayor filtración bancaria lograda en la historia del periodismo. La investigación arroja luz sobre unas 30 mil cuentas, que representan juntas unos 120 mil millones de dólares.

De acuerdo con la investigación, los siguientes casos eran rutinarios en HSBC Suiza al menos durante aquel periodo:

– Los clientes sacaban a menudo gruesos fajos de dinero en efectivo en monedas extranjeras de uso poco frecuente en Suiza.

– Esquemas de cuenta agresivos que aparentemente estaban diseñados para que clientes ricos pudieran evitar impuestos dentro de Europa.

– Cooperación entre el banco y clientes para ocultar cuentas «negras» no declaradas de sus autoridades fiscales.

– Apertura de cuentas para criminales internacionales, empresarios corruptos y otros clientes de alto riesgo.

Con seguridad, la revelaciones llevarán a múltiples organizaciones y expertos a reavivar el llamado a amplificar las ofensivas contra los paraísos fiscales y legislar de tal manera que se pueda dar la vuelta a una batalla, hoy perdida, en contra de los empresarios que aprovechan la compleja y agujerada red de legislaturas internacionales para evadir a las autoridades fiscales.

Stephen Green fue el ejecutivo en jefe de HSBC durante el periodo al que corresponden las filtraciones. Dejó el cargo para convertirse en ministro de economía en la Cámara de los Lores en la administración de David Cameron.

lord stephen green

Los titulares de HSBC, el segundo banco más grande del mundo, con sede en Londres, expresaron en un comunicado a modo de respuesta ante The Guardian:
«Reconocemos y somos responsables por las fallas de control y cumplimiento que tuvieron lugar en el pasado».
La excusa usada por HSBC es que la sección Suiza fue adquirida recientemente (en 1999, tan reciente como sea eso en el acelerado y vertiginoso mundo de la banca), de suerte que los estándares, políticas y medidas de control son, desafortunadamente, «significativamente más débiles  que en el resto de sus divisiones».

No fue sino hasta 2011 que la división suiza de HSBC fue alineada con el resto, argumentan los ejecutivos del banco.
«HSBC solía funcionar de una manera más federada que hoy en día y muchas decisiones eran frecuentemente tomadas a niveles nacionales».
Respuestas así abren serias dudas sobre la capacidad para conducir un banco internacional por parte de sus directivos, tanto hoy como entonces, pero también sobre las legislaturas que permiten a una institución crecer tanto y de manera tan descontrolada, convirtiéndole en un sitio ideal para el dinero criminal.

Aunque las autoridades fiscales han tenido acceso confidencial a estas filtraciones desde 2007, cuando fueron entregadas por el ex informático Hervé Falciani, la magnitud del «gran cuadro» de corrupción que representan todas juntas una vez que son armadas no se había conocido hasta hoy.

En diversos memos, ejecutivos de HSBC suiza discuten con clientes y otros banqueros (a los que dan nombres claves), las mejores formas de evadir a las autoridades de sus naciones.

Los banqueros suizos de HSBC estaban dispuestos a encubrir, por ejemplo, las cuentas de Emmanuel Shallop, quien posteriormente fue condenado por negociar con «diamantes de sangre», el comercio ilegal que causó una fuerte guerra en África. Ellos estaban perfectamente conscientes, como consta en un memo: «Hemos abierto una cuentas para él en Dubai […] el cliente está siendo muy cuidadoso porque está bajo la presión de las autoridades belgas que están investigando sus actividades en el campo de la evasión de impuestos de diamantes».

Famosos de todas las esferas forman parte de la Lista Falciani, aquella que contiene los nombres de los posibles evasores fiscales que pudieron valerse de los beneficios de HSBC Suiza. La lista, recogida en 2007, lleva tal nombre por Hervé Falciani, el ex-informático que la filtró. Una selección de 2 mil nombres de entre aquellos es conocida como Lista Lagarde, por la ministra de economía francesa Christine Lagarde, quien en 2010 advirtió a diversos gobiernos sobre ciudadanos evasores.

hsbc

En HSBC Suiza, un cliente recogía sin problemas gruesos manojos de billetes en coronas danesas, a sabiendas de que posiblemente la cuenta era ilegal. En un comunicado a empleados se especifica «Mantener todo contacto a través de una de sus tres hijas que viven en Londres. El titular de la cuenta vive en Dinamarca, lo que es crítico, pues es un acto criminal el tener una cuenta extranjera no declarada».

HSBC Suiza también ofrecía convenientes paquetes para la evasión de impuestos a sus clientes más ricos y les permitía sacar fuertes sumas de dinero en efectivo sin hacer preguntas. Cuando en 2005 se acordaron medidas para que los ciudadanos de la Unión Europea con cuentas en Suiza tuvieran que pagar un impuesto especial, HSBC diseñó un atractivo plan para la evasión de este impuesto.

Según las filtraciones, el banco ofreció cuentas sin problema a hermanos de dictadores, personas implicadas en escándalos de corrupción en África, figuras de la industria de armas, entre otros. Desde 1998, la legislatura suiza contempla fuertes trabas para obtener cuentas en bancos del país a personas implicadas en escenarios políticos, pero esto no resultó problema alguno para los miembros de HSBC.

Las filtraciones de mala conducta fiscal de HSBC suiza confirman los resultados de cortes en diversos lugares del mundo. Estados Unidos y Francia han castigado a empresarios por lavado de dinero en Suiza. Un gerente de HSBC en París, Nessim el-Maleh, tenía acceso a bolsas de dinero, producto de la venta de drogas en la ciudad, a través de tuberías falsas, que más tarde limpiaba con la ayuda de empresas falsas y de la filial suiza del banco.

En 2012 fue revelado que HSBC lavaba el dinero obtenido por el Cártel de Sinaloa. En un artículo para The Guardian sobre la próxima visita de Enrique Peña Nieto a Londres, que lleva por título «La preocupante bienvenida de Gran Bretaña al presidente mexicano», Ed Vulliamy escribe
«Hay algo que ata directamente a México con Gran Bretaña, y no en un buen sentido. HSBC, el mayor banco británico, fue atrapado (más tarde lo admitirían sus directivos) lavando cientos de millones de dólares del cártel de Sinaloa, que ha cometido asesinatos en masa en México y ha repartido drogas y miseria a través de todo el mundo. Londres es la capital del lavado de ese mundo y la pregunta para las cabezas del gobierno es: ¿qué bancos están ahora lavando el dinero sangriento? ¿Será este un tema a discutir entre David Cameron y el presidente Peña Nieto? Lo dudo».
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