Samsung Galaxy Watch5 Pro

Samsung Galaxy Watch5 Pro, análisis

El año pasado asistimos al lanzamiento del Samsung Galaxy Watch4. No era un reloj más, era la vuelta de Samsung a sus orígenes, a Wear OS, el sistema operativo para smartwatches de Google. Un cambio, o mejor dicho, una vuelta que sentó bastante bien a los relojes inteligentes de Samsung y que ahora sienta cabeza con los nuevos Galaxy Watch5 y Watch5 Pro. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

Estos relojes inteligentes vienen dispuestos a luchar por el trono del mundillo de los smartwatches más premium. El modelo más ambicioso es el Galaxy Watch5 Pro, que es más grande, tiene más batería y ofrece ciertas funciones específicas para deportistas. En Xataka llevamos ya unos días probándolo para traeros este, su análisis, así que vamos a ello.

Diseño: un rey «sin corona»

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El Samsung Galaxy Watch5 es un reloj grande y grueso, bastante más que el Galaxy Watch5. El dispositivo, de caja circular, tiene un diámetro de 45 milímetros, por lo que sí, es grandote y no, seguramente no quede bien en todas las muñecas. Si tenemos una muñeca más pequeña, quizá nos interese más optar por el Watch5 y, dependiendo del tamaño, por el de 42 o por el de 44 mm, sabiendo que hay diferencias importantes en la batería.

En cuanto al grosor, la diferencia es evidente con respecto a otros smartwatches. Según Samsung, el Galaxy Watch5 Pro tiene 10,5 mm de grosor, pero la realidad es que no. Es mucho más grueso, más cercano a los 13 mm porque Samsung excluye el sensor de la medida. Eso, unido a su enorme caja hace que, a la vista, parezca enorme. Y es que lo es, pero la realidad es que no se siente así, al menos en mi muñeca.

Es grande, estamos de acuerdo, pero no es como tener el Nubia Watch.

La caja está hecha de titanio (gris, en nuestro caso, pero hay un modelo de color negro) y se siente espectacular. Es de esos relojes con aroma a premium que tanto gustan (y menos mal, porque barato no es) y me recuerda muchísimo al Zepp Z y al Watch GT 2 Pro de Huawei. Es precioso, en resumidas cuentas.

En el lateral derecho tenemos el micrófono y dos botones (que funcionan también como un sensor BIA y ECG). Tienen buen recorrido y un click agradable, aunque a mí, personalmente, me gustan que clickeen un poquito menos.

El superior sirve para despertar la pantalla y permite personalizar los dos toques y la pulsación prolongada… a medias. En inferior sirve para volver a la pantalla anterior y permite personalizar la acción, de nuevo, más o menos. Hablaremos de esto en el apartado del software. El lateral izquierdo queda reservado para el altavoz.

En la parte inferior, hecha de cerámica, encontramos la base de carga, el sensor Samsung Bioactive. Es un sensor tres en uno que consta de un sensor de análisis de impedancia bioeléctrica, un sensor cardíaco eléctrico (ECG) y un sensor óptico de frecuencia cardíaca. Esto ya veremos que funciona también a medias.

El otro sensor que se ve y que está fuera del Samsung Bioactive es un sensor de temperatura infrarrojo. Este sensor, en principio, servirá para medir la temperatura corporal durante el sueño, y hablamos en futuro porque, en este momento, el sensor no está activo. Nosotros no hemos podido probarlo durante este análisis, pero en cualquier caso, no es nuevo. Hay relojes como el Fitbit Sense que ya lo tenían.

Pasamos así a hablar de la correa. El Galaxy Watch5 Pro que nosotros hemos probado viene con la correa con cierre D-Buckle. Básicamente, la correa no tiene agujeros y un cierre de hebilla, sino que tenemos que meter la correa y bloquearla con una presilla cuando hayamos encontrado la medida que nos gusta. El mecanismo funciona realmente bien, es cómodo y rápido y, dejando de lado que el cierre es bastante grueso, nos ha gustado mucho

Además, traemos más buenas noticias. Si no os gusta la correa (que no es obligatoria, ya que en el proceso de compra puedes elegir otra) o, simplemente, queréis tener más para cambiarlas de tanto en tanto, podéis usar cualquier correa de 20 milímetros. El acople es estándar, así que no es mayor problema. Dicho lo cual, hablemos de la corona.

Una de las implementaciones insignia de los smartwatches de Samsung ha sido la corona giratoria. Esta permite desplazarse por los menús e interactuar con el reloj sin tocar la pantalla, simplemente había que girar el marco. Pues eso se ha ido. ¿Para no volver? Veremos, pero lo que está claro es que no ha hecho acto de presencia en este reloj ni en su hermano no-Pro.

En su lugar, Samsung ha apostado por un sistema de «corona táctil» vía software. En lugar de girar la corona, ahora tenemos que desplazar el dedo por los bordes de la pantalla. El funcionamiento es el mismo y hasta tenemos respuesta háptica, pero hemos perdido el clásico clickeo de la corona que a mí, personalmente, me encantaba.

En su defensa, hay que decir que este nuevo sistema funciona perfectamente y que en ningún momento hemos tenido toques fantasma ni nada por el estilo. Además, el marco en el que está incrustada la pantalla tiene cierta profundidad, lo que permite apoyar el dedo sobre el bisel y deslizarlo dejándonos guiar por el mismo. No es la corona, pero es un sustituto decente.

En resumidas cuentas, tenemos un reloj grande, premium, bien acabado y que, a pesar de lo que diga Samsung, no parece un reloj deportivo en absoluto. Es muy atemporal, elegante y cómodo, a pesar de su tamaño, grosor y peso y de parecer algo genérico. No quedará bien en todas las muñecas, eso sin duda, pero si buscamos un reloj inteligente grandote y competente, he aquí una opción.

Pantalla: una enorme gozada

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Pasamos así a hablar de la pantalla, un aspecto que nos ha gustado mucho. Aquí hay un aspecto a tener en cuenta, y es que a pesar de que la caja del reloj es algo más grande que la del Watch5 de 44 mm, el Watch5 Pro tiene exactamente la misma pantalla: un panel AMOLED de 1,4 pulgadas con 450 x 450 píxeles de resolución protegida por un cristal de zafiro.

¿Que se podrían haber aprovechado un poquito mejor los marcos? Quizá, porque el marco es generoso. ¿Que tiene sentido que tenga estos marcos al haber sustituido la corona digital por un sistema gestual por software? También. Nos habría gustado que el marco fuese más pequeño, pero en esta ocasión no tenemos quejas.

La pantalla se ve realmente bien, como se veía en los Watch4. De hecho, salvo el ligero aumento de tamaño, no he notado una diferencia evidente. El nivel de brillo máximo es más que suficiente para usarlo a plena luz del día y el mínimo es lo suficientemente bajo para que no moleste de noche. Además, minipunto para Samsung por el brillo automático, que funciona realmente bien.

La resolución es de las más altas que hemos visto hasta la fecha y ni siquiera desde relativamente cerca es posible ver el más mínimo píxel. Además, el panel ofrece unos colores vivos y ayuda a resaltar lo cuidada que está OneUI Watch, la interfaz de Samsung. Porque seamos francos: Tizen podría gustarnos más o menos, pero la realidad es que es de las capas de personalización más bonitas y cuidadas cuando hablamos de smartwatches.

La pantalla, que tiene modo Always On, se puede despertar hacer el gesto de mirar la hora, tocándola o pulsando uno de los dos botones. Cualquier sistema es igualmente válido. Para apagarla, basta con poner la palma de la mano sobre ella. Mi recomendación personal y la que hago siempre: programad el modo «No molestar» para que la pantalla no se encienda por la noche o mientras dormís.

Algo que me parece simpático son los gestos. Por ejemplo, podemos aceptar llamadas agitando el brazo dos veces hacia arriba y hacia abajo, girar la muñeca dos veces para rechazar alarmas o llamadas e incluso lanzar apps rápidamente cerrando el puño y doblando la muñeca hacia arriba o hacia abajo. Este último gesto, en particular, es bastante útil para abrir una app que usemos a menudo, como Google Wallet (acordaos de esto, que volveremos a hablar de los pagos móviles más adelante).

En lo referente a watchfaces, Samsung ha conseguido dar con la tecla. Las preinstaladas son geniales (FAV y RT a la del oso y el chico, que señalan a la izquierda cuando hay una notificación), pero hay muchas más. Lo mejor es que son personalizables, por lo que podemos cambiar el reloj, la fuente e incluso añadir o quitar complicaciones. La inmensa mayoría son animadas y los widgets son interactivos.

Con el catálogo de Samsung seguramente vayamos más que servidos, pero por si acaso no fuera así, no podemos olvidarnos de que es un reloj con Wear OS. Eso significa que podemos acceder a Google Play y descargar otras que nos gusten e incluso crear las nuestras propias.

Rendimiento: Samsung cuida de Samsung, incluso con Wear OS

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Pasamos así a hablar del rendimiento, no sin antes hacer hincapié en la compatibilidad. A pesar de que el Samsung Galaxy Watch5 Pro tiene Wear OS 3.5 en su interior, que en principio es compatible con iOS, el dispositivo no lo es. Si tienes un iPhone, nada de usar este reloj con tu móvil. Solo es compatible con Android y, además, algunas funciones están limitadas a móviles Samsung.

Para enlazar el reloj al móvil tendremos que usar la aplicación Galaxy Wearable (Google Play) e instalar el plugin dedicado (Google Play). Una vez hecho eso, el proceso de enlace es muy sencillo y rápido. Nosotros, para este análisis, hemos llevado el reloj conectado a un ASUS Zenfone 7 Pro y, para probar algunas funciones exclusivas de Samsung, a un Galaxy S22.

Como indicábamos, el Samsung Galaxy Watch5 Pro tiene Wear OS 3.5 con OneUI Watch 4.5, la capa de personalización para smartwatches de Samsung. Lo dijimos en el análisis del Galaxy Watch4 y lo volvemos a decir en este: nos parece todo un acierto combinar lo mejor de Tizen (interfaz, fluidez, diseño…) con lo mejor de Wear OS (Google Play Store y sus apps, Google Maps…). Que Samsung haya tomado esta senda nos parece sensacional.

Ahora bien, hay matices. Perro no come perro y Samsung cuida de Samsung, así que por mucho Wear OS que haya bajo el capó no podremos usar Google Assistant. El asistente es Bixby y es lo único que podemos usar. Y Bixby está bien si estás muy dentro del ecosistema Samsung, pero desgraciadamente no tiene las mismas capacidades que Google Assistant.

Es más, curiosamente podemos configurar Google Assistant para iniciarlo dejando pulsado el botón de inicio, pero por algún motivo Google dice que el idioma (español) no está disponible en nuestra región (España). Esto son buenas y malas noticias. Malas, porque no podemos usarlo todavía. Buenas, porque cabe esperar que sí podamos en el futuro.

En cuanto a los pagos móviles, tenemos Samsung Pay instalado por defecto y le podemos instalar Google Wallet. Si configuramos el botón de inicio para que, al darle dos toques, lance Google Wallet, tendremos el sistema de pagos de Google configurado y listo para usar en todo momento. En ese sentido, Samsung ha corregido los errores del pasado y ahora el reloj es aún más versátil.

Dicho lo cual, hablemos del motor. Ya os adelantamos que no hay cambios reseñables. Grosso modo, el Samsung Galaxy Watch5 Pro tiene el mismo hardware que el Galaxy Watch4 Classic, es decir, 1,5 GB de memoria RAM, 16 GB de almacenamiento interno y el procesador Exynos W920. Sin novedades, para bien por suerte, ya que el rendimiento del reloj sigue siendo exquisito.

No hemos notado ni el más mínimo ápice de lag. El sistema operativo se mueve con fluidez, las apps se abren rápido y todo, en general, funciona como era de esperar en un reloj de esta gama y este precio. Está a la altura de los mejores relojes inteligentes del mercado.

En cuanto a aplicaciones, tenemos un enorme catálogo disponible en Google Play Store. De hecho, Google Play Store está instalada en el reloj, por lo que podemos buscarlas y descargarlas directamente desde el mismo. Gracias, Samsung, por haber puesto una opción de teclado QWERTY, porque usar el teclado alfanumérico en el Galaxy Watch4 era un dolor. Entre las apps disponibles están Spotify (con descarga en local), YouTube Music, Google Maps, Komoot, Strava… No te vas a quedar corto.

Otras funciones inteligentes destacadas son la capacidad para hacer y recibir llamadas desde el propio smartwatch, así como consultar, responder y gestionar las notificaciones. No poder responder un WhatsApp desde el reloj es como el dedo meñique del pie: no lo echas de menos hasta que lo quitan. En lo referente al altavoz y el micrófono, el rendimiento es correcto y suficiente para hacer llamadas puntuales sin sacar el móvil del bolsillo.

Dicho lo cual, hablemos de la salud y de la sensórica del smartwatch, no sin antes dar un aviso. Ni el Samsung Galaxy Watch5 Pro ni ningún reloj es un dispositivo médico. Puede ser todo lo completo que queramos, pero las mediciones, por más precisas que sean, son estrictamente orientativas. Ante la duda, lo mejor es ir directamente al médico. Con esto por delante, seguimos.

El Samsung Galaxy Watch5 Pro tiene el sensor Bioactive, que engloba el sensor de frecuencia cardíaca, el de señal eléctrica cardíaca y el de bioimpedancia eléctrica. De esa forma, podemos conocer nuestras pulsaciones, hacernos un electrocardiograma y un análisis de masa corporal, a lo que debemos sumar el estrés, el sueño, la tensión arterial y la temperatura.

temperatura

La frecuencia cardíaca se puede monitorizar durante todo el día, pero el reloj no nos permite configurar los intervalos. Las únicas opciones que nos da es continuamente, cada diez minutos sin moverse o manual. Asimismo, podemos configurar notificaciones para que el reloj nos avise cuando pasemos o bajemos de ciertas pulsaciones, ideal para los más deportistas.

También podemos medirnos la presión arterial. Ahora bien, para ello necesitaremos Samsung Health Monitor, una aplicación que solo está disponible en la Galaxy Store y, por lo tanto, solo es compatible con móviles Samsung. Si no es el caso, no hay presión arterial que valga.

Para hacerla, tendremos que tener a mano un tensiómetro válido y hacernos tres pruebas con el reloj y el tensiómetro a la vez. Posteriormente, hay que anotar los resultados en la aplicación y, a partir de ahí, el reloj se encargará de todo. Justo sobre estas líneas tenéis el informe generado por la aplicación para que lo podáis ver. Si no tenéis un tensiómetro a mano, podéis probar en una farmacia.

Exactamente lo mismo podemos decir del electrocardiograma. El dispositivo nos permite hacernos esta prueba, siempre y cuando tengamos un móvil Samsung con Samsung Health Monitor instalado. De nuevo, función exclusiva de Samsung. Para hacerlo, basta con dejar el dedo sobre el botón superior y esperar unos segundos hasta que acabe la prueba.

Luego tenemos el sueño, que es una pasada. El informe no solo es completo y preciso, sino que el reloj puede monitorizar los ronquidos. Esto ya lo hacía el Galaxy Watch4, pero ahora la función ha mejorado bastante. Yo ronco, lo reconozco, y es curioso escucharse dormir como un lirón el día después. Además, el reloj monitoriza el oxígeno en sangre durante el sueño, dándonos una gráfica y una media de la sesión.

Hablando del oxígeno en sangre, el dispositivo cuenta con un sensor SpO2 (evidentemente), pero no se puede configurar para que funcione todo el día. Somos nosotros los que tenemos que hacernos la prueba manualmente, algo que está bien, pero que podría ser mejor, sobre todo pensando en aquellos usuarios que hacen deportes de altura.

Seguimos con el estrés, una métrica que ahora sí se analiza en tiempo real si así lo deseamos. Sigue siendo una métrica confusa y poco precisa, ya que, normalmente, se usa la variabilidad de la frecuencia cardíaca para determinarlo. A mí, personalmente, me aporta más bien poco en la experiencia diaria.

Y en último lugar tenemos el análisis de composición corporal. Esta métrica se consigue gracias al sensor BIA, un sensor que envía una corriente eléctrica y mide el porcentaje de grasa corporal, el IMC, la masa muscular, la masa grasa, el agua corporal y el metabolismo basal. Para hacernos la prueba, basta con colocar los dedos medio y anular en los botones y hacerse la prueba. Offtopic: madre mía el verano y los excesos, me han dejado hecho polvo.

En otro contexto, aquí hablaríamos del sensor de temperatura corporal, que es ese sensor chiquitín que se ve a la izquierda. Estar, está, pero no funciona. Por algún motivo, el sensor está desactivado y no se puede activar, al menos por ahora.

Hacer deporte con el Samsung Galaxy Watch5 Pro

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Además de la batería, de la que hablaremos más adelante, del tamaño y del material, el Samsung Galaxy Watch5 Pro se diferencia del modelo estándar por sus funciones pensadas para deportistas. Además de tener un buen puñado de modos deportivos (más de 90) y ser compatible con Google Fit, el Galaxy Watch5 Pro ofrece varias funciones adicionales.

Por un lado, se pueden importar rutas en formato GPX (un esquema XML pensado para transferir datos GPS entre aplicaciones), algo que puedes conseguir en plataformas como Wikiloc o incluso las rutas de los caminos naturales del mapa del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Si haces senderismo o ciclismo, es posible que estés familiarizado con esto. Simplemente hay que bajarse al archivo e importarlo a Samsung Health.

Al hacerlo, podrás ver la ruta en el reloj, recibir instrucciones por voz paso a paso y seguirla para no perderte. Muy chulo, sin duda, aunque no es algo que vaya a usar el usuario medio (que tampoco es el target de este dispositivo, todo sea dicho). Y no solo puedes seguir la ruta, sino que puedes volver sobre tus pasos mediante la función Rastreo.

Funciones muy específicas a las que, salvo en casos puntuales (deportistas no tan amateurs, amantes del senderismo o ciclistas) no se le van a sacar provecho. No obstante, es un buen añadido y algo diferenciador. También destaca el chip GPS integrado, compatible con GNSS y cuya precisión es admirable.

El informe generado en la aplicación es realmente completo y útil, ofreciendo datos como la elevación, la velocidad, la frecuencia cardíaca, la recuperación de la misma, el VO2 Max, el ritmo medio… También es posible añadir imágenes y notas a cada sesión deportiva.

Batería: el Pro saca pecho

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El Galaxy Watch5 Pro es el reloj inteligente con mayor capacidad de batería de la gama. Al fin y al cabo, en algo tiene que resultar ser el más grande y grueso. En esta ocasión, Samsung ha implementado una batería de 590 mAh y sí, la autonomía nos ha dejado satisfechos. Durante nuestras pruebas, hemos podido alcanzar casi los tres días sin ningún problema, todo ello llevándolo siempre puesto para dormir, con los sensores al máximo y conectado al móvil.

Es verdad que no es la mejor batería en un smartwatch, pero para ser un reloj tan completo y con tantas funciones, es de agradecer que podamos usarlo durante varios días sin tener que pasar por el cargador. Y hablando del cargador, es un cargador inalámbrico de 10W que carga el dispositivo por completo en alrededor de hora y media. Punto positivo para Samsung, sin lugar a dudas.

Ahora bien, olvídate de cargar el teléfono y dejarlo sobre una mesa con la pantalla hacia arriba. Es imposible, al menos con la correa puesta. El reloj siempre va a quedarse de lado. El motivo es evidente: la correa no se abre por completo.

Samsung Galaxy Watch5 Pro, la opinión de Xataka

Llegados a este punto, podemos concluir que el Samsung Galaxy Watch5 Pro es una mejora incremental con respecto al modelo anterior. No hay grandes diferencias con respecto al modelo anterior y, de hecho, si ya tenemos un Galaxy Watch4 Classic, lo más probable es que no nos interese dar el salto al nuevo modelo.

Es cierto que es uno de los relojes más completos de la actualidad, sino el que más, pero la mayoría de funciones que lo hacen diferente a sus competidores son, realmente, de nicho. Si eres senderista o ciclista, seguramente aprecies las bondades de un chip GPS preciso, las rutas GPX y el Rastreo, pero son cosas que el usuario de a pie seguramente no aproveche tanto.

No obstante, si dejamos de lado su contexto y lo miramos de forma aislada, el Galaxy Watch5 Pro es un smartwatch tremendo. Es bonito, la pantalla es sensacional, el rendimiento es buenísimo, el sistema operativo es completo, la batería ha mejorado muchísimo y hay infinidad de opciones. Es un reloj que, más allá de su vocación deportiva, cumple con todos los puntos.

Y menos mal, porque no es precisamente barato. De hecho, el único motivo por el que yo, personalmente, optaría por el Pro en lugar de por el Galaxy Watch5 es la batería y su tamaño. Si eso no nos importa, el Galaxy Watch5 es prácticamente igual de completo y más barato.