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Resumen de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva

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«Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva» de Stephen Covey es un libro que habla sobre la importancia de cambiar la percepción que tenemos sobre las situaciones en las que nos encontramos para hacernos responsables de nuestros actos (y de las consecuencias de los mismos), mediante nuevos hábitos.

Al hacerlo, al responsabilizarnos, podemos llegar a ser mucho más efectivos y alcanzar nuestros objetivos con éxito.

Porque… ¿Te has dado cuenta de esto?

En la mayoría de entrevistas a grandes inversores, empresarios y personas de éxito siempre se repite la misma pregunta:

“¿Cuál es el secreto de tu éxito?”

Y detrás de esa pregunta siempre viene una respuesta muy similar; una respuesta que se puede simplificar en una sola palabra: hábitos.

Una respuesta que aparentemente parece muy trillada pero, al final, los hábitos son los que marcan la diferencia entre una persona que tiene éxito y una que no.

Y ya que en El Club de Inversión buscamos tener éxito en nuestro camino hacia la libertad financiera, he creído interesante hacer un resumen de este libro, “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”.

Así que, en este artículo, vamos a ver los conceptos más importantes del libro para que juntos exploremos qué actividades, actitudes o acciones debemos llevar a cabo para conseguir ser más efectivos en nuestro día a día y, en definitiva, alcanzar el éxito financiero.

Introducción a los “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”

El libro de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” (en inglés: «The 7 habits of highly effective people») se publicó en el 1989 y, a pesar de los años, sigue siendo uno de los libros más influyentes y valorados dentro de la temática de desarrollo personal.

Son muchas las personas que califican este manual como uno de los libros que marcó un antes y un después en sus vidas.

Pero, ¿por qué gusta tanto?

Investiguemos un poco sobre ello.

Al inicio del libro, Covey nos cuenta que la forma en la que vemos el mundo (lo que nos ocurre) se basa en nuestra percepción.

Según desde el ángulo o la perspectiva que miremos las cosas podemos caer en el victimismo y la autocompasión, o podemos responsabilizarnos de la situación.

La primera opción frena nuestro crecimiento, tanto personal como profesional.

Es por ello que a lo largo de todo el libro, el autor nos propone introducir 7 hábitos que nos ayudarán a hacer un cambio a nivel interno; un cambio que nos llevará a modificar esa percepción que tenemos del exterior.

¿Cuáles son los 7 hábitos de las personas altamente efectivas?

Covey nos presenta esos hábitos clasificados en 3 apartados distintos:

  1. El autodominio (o la “victoria privada”): el objetivo de los primeros tres hábitos que nos propone, nos ayuda a pasar de la dependencia a la independencia.
  2. Trabajo en equipo: del cuarto al sexto hábito desarrollamos la colaboración y las habilidades de comunicación para pasar de la independencia a la interdependencia.
  3. Crecimiento: con el séptimo hábito buscamos la mejora continua.

Como ya he mencionado, se trata de introducir estos hábitos para cambiar no solo a nivel superficial, sino a un nivel más profundo. Porque un cambio rápido y superficial será siempre efímero.

Parte 1: alcanzar la “victoria privada” o el autodominio

A continuación vamos a hablar de esos hábitos que llevan a una persona a tener autodominio y pasar de ser dependiente de lo que le ocurre, a ser totalmente independiente.

¿Cuáles son esos hábitos?

  • Ser proactivo.
  • Marcarse un objetivo.
  • Aprender a priorizar.

Vamos a verlos uno por uno.

  • Ser proactivo

Covey nos explica que en la vida podemos encontrarnos ante dos tipos de personas:

  • Personas proactivas: aquellas que son capaces de dar respuesta a problemas o temas, incluso antes de que aparezcan.
  • Personas reactivas: personas que adoptan posturas pasivas y esperan a que sea el “mundo” que los guíe y/o dé la solución. Son personas que, en vez de anticiparse, reaccionan ante la vida.

Las personas reactivas tienen la creencia de que ellos son la víctima de lo que sucede y que, por lo tanto, el problema es ajeno a ellos, es externo. Al final, esa postura hace que una persona reactiva se sienta siempre fuera de control.

Por el contrario, las personas que son proactivas tienen una gran capacidad de anticipación. Esto les lleva a asumir la responsabilidad, elegir la actitud que tendrán ante cualquier situación y ser completamente independientes.

¿Cómo podemos ser proactivos?

El autor nos cuenta que:

Para ser proactivos debemos enfocarnos en aquellas cosas sobre las que sí podemos hacer algo. De lo contrario, nos anclamos en las preocupaciones que no tienen solución y no avanzamos.

Lo que extraemos de este apartado es que nosotros podemos crear nuestra propia realidad.

Y si extraemos este hábito y lo aplicamos en el campo de la inversión, lo que necesitamos es formarnos para poder ser proactivos en esa área.

  • Empieza con una finalidad en mente

Los seres humanos siempre vamos en busca de cumplir nuestros sueños. Sin embargo, si no tenemos una meta en mente hacemos las cosas por inercia, y así es muy difícil que lleguemos a ningún lugar.

Por eso es importante hacerse estas preguntas:

  • ¿Qué es lo que quiero conseguir?
  • ¿Qué pasos tengo que seguir para conseguirlo?

Al marcarnos una meta o un objetivo caminaremos por la vida con un propósito. De este modo nos aseguramos que los pasos que estamos dando nos acercan a la dirección correcta.

Es por ello que el autor nos propone que nos visualicemos en un momento cercano a nuestra muerte y nos preguntemos: ¿qué me gustaría haber conseguido o haber hecho?

A nivel de inversión y finanzas marcarse objetivos financieros es esencial e imprescindible. Si quieres saber cómo hacerlo te invito a leer este artículo donde te hablo de ello en detalle.

>> Cómo marcar y alcanzar tus objetivos financieros de forma efectiva (y realista)

  • Prioriza: primero siempre va en primer lugar

Una vez tenemos una finalidad u objetivo en mente es importante saber priorizar. ¿Cuál será tu siguiente paso?

Para ello el autor nos propone dividir todas nuestras tareas en 4 bloques:

  1. Actividades importantes urgentes: proyectos que rozan la fecha límite, crisis, actividades no planificadas. En definitiva, son acciones que debemos atender cuanto antes personalmente. Sin embargo, estas conducen al estrés y al agotamiento. La persona tiene una sensación constante de estar apagando fuegos.
  2. Actividades importantes y no urgentes: planificación, networking, ejercicio, estudio, crecimiento. Son acciones importantes que a largo plazo nos acercan a nuestras metas. Son cosas que debemos hacer pero que si no están planificadas no las hacemos; de aquí la importancia de ponerles fecha.
  3. Actividades no importantes y urgentes: interrupciones, emails. Estas actividades podemos delegarlas. Las personas que dedican gran parte de su tiempo a estas acciones se sienten fuera de control y, además, sienten que sus relaciones se han convertido en algo superficial.
  4. Actividades no importantes y no urgentes: emails irrelevantes, trivialidades, televisión, etc. Son acciones que debemos eliminar porque nos restan un tiempo valioso.

Es muy importante saber diferenciar entre lo urgente y lo importante.

¿Por qué te digo esto? Porque a menudo atendemos tareas que son urgentes, pero que no son importantes y esto hace que no consigamos avanzar hacia nuestro objetivo.

De hecho, te recomiendo mucho el libro “Solo una cosa” de Gary Keller, una obra necesaria para aprender a priorizar y no morir en el intento. Puedes leer el resumen que escribí sobre este libro aquí.

Y, además, en el artículo sobre cómo ahorrar puedes ver claramente cómo priorizar a nivel de finanzas.

Parte 2: El trabajo en equipo

Dicen que solos podemos ir lejos, pero que si vamos acompañados llegamos mucho antes. Justamente de esto tratan los siguientes hábitos que nos propone Covey, de trabajar en colaboración con otras personas.

De este modo pasamos de la independencia (que conseguimos con los 3 primeros hábitos) a la interdependencia.

En este apartado vamos a hablar de los siguientes hábitos:

  • Pensar en el win-win.
  • Buscar entender y después ser entendido.
  • Generar sinergias.

Veamos cada uno de ellos en más detalle.

  • Piensa en win-win (o ganar-ganar)

Este hábito trata de ir en busca de un beneficio mutuo.

Cuando una persona se focaliza siempre en ganar y no tiene en cuenta a los demás, es habitual que al final el otro salga perdiendo o que no se llegue a ningún acuerdo. Esto hace que nuestras relaciones no sean fructíferas y que nosotros mismos nos veamos penalizados por ello.

Para ello debemos trabajar diariamente:

  1. La integridad: alinear nuestros actos con nuestros valores.
  2. La madurez: saber expresar las ideas con un equilibro entre la consideración y el coraje.
  3. La mentalidad de abundancia: creer que hay abundancia para todos, de lo contrario te quedas la información y el conocimiento para ti, y no compartes lo que hace que no tengas mentalidad expansiva.

Como el mismo autor dice:

“Para conseguir el win-win, no solo tienes que ser amable, además, tienes que ser valiente”.

Un claro ejemplo de ello lo encontramos en las inversiones inmobiliarias. Para que una operación rentable salga adelante, debe beneficiar tanto al comprador como al vendedor.

Si apretamos mucho la tuerca, queriendo ganar sin tener en cuenta las necesidades del vendedor, al final el vendedor se negará a vendernos y no podremos sacar ningún partido económico. Ambas partes saldrán perdiendo. Así pues, la clave radica en encontrar ese punto intermedio que permite ganar a ambas partes.

  • Busca entender y después ser entendido

Este hábito está ligado al anterior.

Si queremos tener relaciones en las que ambas partes ganen, primero tenemos que comprender qué es lo que la otra persona necesita y quiere y, sobre todo, qué significa para ella la palabra “ganar”.

No podemos ofrecer soluciones o proponer acciones si antes no hemos comprendido la profundidad de la situación.

Para ello debemos desarrollar la comunicación empática y aprender a escuchar de forma activa.

Esto es algo que utilizan siempre los grandes empresarios.

  • Genera sinergias

Cuando tratamos bien a las personas y buscamos el “win-win” conseguimos que nuestra “lista de contactos” crezca. Tendremos a nuestro alcance un listado de personas dispuestas a seguirnos o a ayudarnos cuando lo necesitemos.

Estas sinergias nos permiten, como grupo, encontrar nuevas alternativas y abrirnos a posibilidades.

Esto es muy cierto en el mundo de las inversiones.

Los intercambios de ideas y/o conocimientos que tengas con otras personas más experimentadas, te pueden hacer descubrir nuevas oportunidades de inversión rentables que, de otra manera, nunca llegarías a conocer.

Parte 3: La mejora continua

Según Covey, para poder seguir mejorando y aplicar todos los hábitos que hemos visto hasta ahora, es necesario introducir el séptimo y último hábito. El de afilar el hacha.

Veamos de qué se trata.

  • Afila el hacha

Cuando un leñador quiere cortar un árbol, si el hacha no está afilada no podrá cortarlo.

¿Qué significa esto?

Normalmente estamos tan enfocados en lo que hacemos que nos olvidamos de algo totalmente importante y necesario.

Debemos dedicar tiempo a recargar energía para poder seguir avanzando.

En este caso, la energía sería el hacha del leñador.

Por eso Covey nos habla de los 4 aspectos que debemos cuidar:

  1. Físico: hacer ejercicio, alimentarse de forma saludable, dormir las horas necesarias para recuperarse.
  2. Espiritual: meditar, autoconocerse, leer, escuchar música, etc.
  3. Mente: estar constantemente formándonos para seguir aprendiendo, explorar nuevas ideas y enseñar a los demás. Si quieres seguir aprendiendo sobre inversión y finanzas te invito a suscribirte a mi newsletter y ser el primero en enterarte de todas las novedades (al suscribirte recibirás una guía gratuita en la que te cuento las 4 mejores formas de obtener ingresos pasivos para alcanzar la libertad financiera).
  4. Corazón: dedicar tiempo a las amistades, la familia, la pareja y nutrir nuestras relaciones, siempre desarrollando una conexión emocional.

Mantener el hacha afilada será la base para poner en práctica el resto de hábitos de los que hemos hablado y la base para conseguir mejores resultados.

De nada sirve tener mucho dinero si no cuidas los demás aspectos de tu vida. Solo con un verdadero equilibrio lograrás la felicidad.

[Conclusión] Por qué aplicar los 7 hábitos de la gente altamente efectiva para ser mejor inversor

En el momento en el que adquieres estos hábitos y los aplicas diariamente, puedes ver claramente un antes y un después en cualquier ámbito de tu vida.

De hecho, quiero remarcar que…

Cada uno de estos 7 hábitos son aplicables al mundo de la inversión y las finanzas.

Por eso te recomiendo que leas el libro («Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva») y que empieces a introducir estos nuevos hábitos en tu día a día; verás cómo tu situación financiera (así como la personal y profesional) empieza a mejorar con el paso del tiempo.

Tal vez puedas apreciar pequeños cambios a corto plazo, pero a medio y largo plazo verás como los cambios son claros y exponenciales. Sin duda, tengo que decirte que la espera vale la pena porque he comprobado a título personal que la transformación que se experimenta conduce al éxito financiero y personal.

Espero que te haya gustado este artículo.

Si quieres sugerirme algún libro para que escriba un resumen para el blog de El Club de Inversión, escríbeme el título en comentarios.

Hasta el próximo artículo, te deseo unas muy felices inversiones.