Quién es John Templeton un inversor a contracorriente

Quién es John Templeton un inversor a contracorriente

Quién es John Templeton un inversor a contracorriente. Como muchos de los grandes inversores, Sir John Templeton ha pasado a la historia por diversos méritos. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.

Célebre es su máxima: “compra bajo y vende caro”.

Filosofía bajo la que supo aprovechar los momentos bajistas del mercado y así cosechar un enorme éxito con su propio fondo de inversión: Templeton Growth Funds. Una empresa por la que es considerado el creador de los fondos de inversión, tal y como los conocemos hoy en día.

Pero además, también fue un pionero en lo que se refiere a la diversificación geográfica. Supo siempre ir más allá en lo que se refiere a encontrar oportunidades en el mercado.

Su fundación, Templeton Funds, es una de las instituciones filantrópicas más importantes del mundo y está volcada en el progreso del conocimiento.

De su vida y sus ideas se pueden extraer aprendizajes muy valiosos, de ahí que hoy el protagonista de este artículo.

Índice

Breve biografía de John Templeton y el origen de “comprar bajo y vender alto”
1. Compra acciones de empresas en quiebra y consigue 40.000 $ de ganancias
2. Crea Templeton Funds: uno de los primeros fondos de inversión
Value investing, diversificación geográfica e inversión a contracorriente: los pilares de su estrategia como inversor
1. Value investing
2. Contrarian investing
3. Diversificación geográfica
La Fundación John Templeton: la faceta filantrópica de uno de los mayores inversores de la historia
Opinión personal: ¿Qué aprendí de John Templeton?

Breve biografía de John Templeton y el origen de “comprar bajo y vender alto”

Templeton nació en 1912 en Winchester, Tennessee (Estados Unidos).

Nació en el seno de una familia presbiteriana, donde adquirió las fuertes convicciones religiosas que mantuvo hasta el día de su muerte en 2008, y que en gran medida determinaron su forma de vivir y de entender los negocios.

Desde pequeño, Templeton ahorraba la mitad de cada dólar que ganaba como chico de los recados; principios que siempre mantuvo a la vez que un estilo de vida modesto (en la línea de lo que se explica en el libro El Millonario de la puerta de al lado).

Templeton fue un pionero en muchos aspectos de su vida.

Tanto es así que fue el primer habitante de su pueblo en ir a la Universidad.

Nada menos que a Yale, una de las universidades más prestigiosas del mundo, donde se graduó en 1934. Incluso fue más allá, y años después se graduó en Derecho en el Balliol College de Oxford (donde fue nombrado Rhodes Scholar).

Templeton siempre fue un inversor que nadó a contracorriente.

Como detalle podemos citar la controvertida decisión de renunciar a la nacionalidad estadounidense en favor de la británica y mudarse a las Bahamas.

Y no lo hizo solo por motivos fiscales.

Su propósito era alejarse del ruido de Manhattan, donde, según explicaba, le resultaba mucho más difícil tomar decisiones a contracorriente del resto de inversores (una estrategia que han seguido otras figuras como Nicholas Darvas, cuya biografía puedes leer aquí).

De esta manera, hasta el día de su muerte se mantuvo alejado del lugar que vio nacer su histórica carrera como inversor: Wall Street.


1. Compra acciones de empresas en quiebra y consigue 40.000 $ de ganancias

En 1939, dos años después de que Templeton hubiera entrado a trabajar en la bolsa de Wall Street, el mercado vivía una fuerte tendencia bajista.

Tras la crisis del 29, numerosas empresas estadounidenses estaban al borde de la quiebra.

Pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial supuso un aumento en la producción y, por ende, del valor de algunas de estas empresas.

Una situación en la que Templeton vio una oportunidad.

Solicitó a su jefe un préstamo de 10.000 $, y con este dinero compró acciones de 104 empresas que, en ese momento, cotizaban por debajo de 1 $ (por ejemplo, las acciones de Missouri Pacific tenían un valor de un octavo de dólar). Entre ellas, había 34 que en ese momento estaban en bancarrota.

De esas 104 empresas, 4 acabaron quebrando, pero el resto fueron un rotundo éxito.

Al cabo de 4 años las acciones que había comprado Templeton subieron a 5 $ de media, lo que le generó unas ganancias de 40.000 $.

De aquí nació su máxima más conocida: “comprar bajo y vender alto”.

Es decir, elegir compañías en su momento más bajo (“su máximo punto de pesimismo”) y esperar a que el valor de sus acciones remonte para obtener grandes beneficios en el largo plazo (gestión activa).

Como él mismo dijo:

“El mercado baja en momentos de pesimismo, sube en momentos de escepticismo, madura en momentos de optimismo, y termina en momentos de euforia”.

Esta estrategia no solo se ciñó a las acciones de empresas, sino que llegó a invertir incluso en deuda de países extranjeros (algo en lo que fue pionero).


2. Crea Templeton Funds: uno de los primeros fondos de inversión

En 1954, creó su propio fondo de inversión, el Templeton Growth Funds.

Un fondo que hasta 1992 (momento en que lo vendió al Grupo Franklin por 440 millones de dólares) cosechó un enorme éxito.

De hecho, en los casi 40 años que estuvo al frente del fondo logró mantener una rentabilidad anual en torno al 14,5%.

Para que te hagas una idea, eso significa que si en 1954 hubiésemos invertido 10.000 $ en este fondo, en 1992 esa cifra hubiera crecido hasta los 2 millones de dólares.

Y la base del éxito de Templeton está precisamente en su estrategia de inversión.


Value investing, diversificación geográfica e inversión a contracorriente: los pilares de su estrategia como inversor

Templeton fue un inversor de mente abierta e innovador en muchos sentidos.

Fue uno de los primeros en adquirir activos de países extranjeros, es decir, un pionero en la diversificación geográfica. Su filosofía se basaba principalmente en 3 aspectos:

  • Value investing.
  • Contrarian investing.
  • Diversificación geográfica.
  • Los vemos por separado.


1. Value investing

Templeton era un firme defensor de las inversiones a largo plazo y el value investing, recomendando siempre evitar las modas pasajeras.

El value investing, o inversión en valor, es una filosofía de inversión que busca generar rentabilidades positivas a largo plazo.

Es decir, se basa en la adquisición de valores de calidad a un precio por debajo de su valor intrínseco o real. La diferencia entre el precio de un valor y su valor intrínseco es lo que se define como margen de seguridad.

Esta filosofía la diseñó, en 1928, Benjamin Graham, aunque la popularidad se la daría más tarde Warren Buffett, uno de sus discípulos.


2. Contrarian investing

Templeton mantuvo su filosofía innovadora hasta su muerte en 2008.

Cuatro años antes, en 2004, con 95 años, invirtió en una desconocida KIA Motors, ya que sus acciones cotizaban a 5 veces su potencial beneficio. Invirtió 50 millones de dólares y poco tiempo después las acciones se revalorizaron un 174%.

Este es un gran ejemplo de cómo usaba Templeton el contrarian investing.

Un método que consiste en invertir en acciones o sectores penalizados por el mercado, cuando existen razones para pensar que el precio de estos activos no corresponde con su valor intrínseco.

Entre los mayores defensores de este método, podemos encontrar a Peter Lynch, uno de los mejores inversores de la historia, aunque todos los inversores tienen, en mayor o menor medida, un enfoque contrarian investing.


3. Diversificación geográfica

Según Templeton, a la hora de invertir, para encontrar más y mejores oportunidades debemos buscar a nivel global. Además, esta diversificación geográfica disminuye el riesgo de nuestra cartera.

Templeton era conocedor de la cultura japonesa y puso el foco en la economía nipona, siendo su empresa una de las primeras que invirtió en Japón durante los 60, para abrirse después camino en China, Rusia y otros mercados asiáticos.

La diversificación geográfica fue uno de los grandes aciertos de su carrera como inversor.


La Fundación John Templeton: la faceta filantrópica de uno de los mayores inversores de la historia

No es posible hablar de Templeton sin mencionar su vida como filántropo. Templeton tenía unos férreos principios éticos, que aplicaba tanto en sus negocios como en la vida en general.

Para él, el éxito reside en ayudar a los demás, más allá incluso de lo que se espera de nosotros: “Cuánto más ayudemos a los demás, más prosperaremos nosotros”.

Una filosofía que defienden numerosos autores y que yo misma comparto (como detallo en mi libro “Inversión. Claves para alcanzar la libertad financiera).

La misión de la fundación Templeton es, a grandes rasgos, apoyar el conocimiento respecto a las grandes áreas de la vida y el apoyo a las instituciones científicas y académicas.

Esta visión es el reflejo de la importancia que Templeton le otorgaba al aprendizaje continuo, y que se sintetiza en el propio lema de la fundación: “Qué poco sabemos, qué ganas de aprender”.

Entre los principales logros de esta fundación están:

  • La creación del Premio Templeton: un premio dotado con £ 1.000.000 y cuyo objetivo era premiar los trabajos que tuviesen que ver con el plano espiritual. Templeton pretendía que este premio fuera el Nobel de Religión.
  • Apoyo a todo tipo de investigaciones: por ejemplo, sobre temáticas como la evolución, el perdón, el libre albedrío, etc.
  • Diálogo: fomenta el diálogo entre científicos, filósofos, y teólogos.
  • En todos los casos su propósito es el mismo: «estimular la curiosidad y acelerar el descubrimiento”.

Los méritos de Templeton como filántropo le llevaron a ser investido Caballero del Imperio Británico por la reina Isabel II.


Opinión personal: ¿Qué aprendí de John Templeton?

Personalmente creo que es uno de los mejores inversores de la historia, un visionario que se atrevió a buscar oportunidades en mercados poco explorados, cuando nadie se atrevía.

Su visión sobre diversificación geográfica ha sido muy relevante para mí, pues de Templeton aprendí que no hay que tener miedo a explorar otros mercados fuera de nuestras fronteras (como es el el caso de las inversiones inmobiliarias que realizo en EEUU).

Los conocimientos que se extraen de su operativa siguen siendo muy de actualidad, casi un siglo después de su nacimiento.

Espero que este artículo te haya resultado interesante. Si quieres dejar un comentario aportando tu opinión o ampliando información será muy bien recibido.

Hasta el próximo artículo, te deseo unas muy felices inversiones.