¿Qué factores determinan la autonomía de un coche eléctrico?

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El vehículo eléctrico es el futuro de la automoción. Los expertos lo tienen claro y las marcas que fabrican los vehículos, también. Es innegable que los beneficios que aportan son muy positivos; ventajas fiscales, consumo reducido, respeto al medio ambiente… pero, ¿qué hay de la autonomía del coche eléctrico? ¿qué serie de factores son los que la determinan? ¿podemos utilizarlo igual que un vehículo convencional de combustión?

La batería afecta al rendimiento de la autonomía

A la hora de comprar un coche eléctrico, uno de los principales factores a tener en cuenta es su autonomía. Es decir: la distancia que puede recorrer el coche con una sola carga de batería. Es por eso que es más que frecuente recurrir a diversas preguntas que son las que luego influirán o no en nuestra decisión. ¿Tendré batería suficiente para ir y volver del trabajo con una sola carga? ¿Cada cuánto tiempo tendré que cargar el coche?

Estas son algunas de las dudas más comunes que nos asaltarán si estamos pensando en comprar un coche eléctrico, o dudando entre varias opciones. En parte, porque a pesar de que han ido aumentando considerablemente, la autonomía de este tipo de vehículos todavía no ha alcanzado su total esplendor. Esto nos lleva de la mano a sus baterías, las cuales, al igual que son el elemento fundamental en estos automóviles de nueva generación, son también los más sensibles.

Es cierto que cada vez se está trabajando más y mejor sobre las mismas, pero, a decir verdad, son las que más afectan al rendimiento de la autonomía y del propio coche eléctrico. A través de ella, e indistintamente de un uso mayor o menor, son las que más tienden a que el recorrido termine siendo más corto o, en su caso, haciendo porque la degradación aumente a un ritmo mucho más alto que de costumbre.

¿Cuál es la autonomía de un coche eléctrico?

Esta ansiedad de autonomía que las personas pueden experimentar antes de comprar un vehículo eléctrico se exagera. Lo vemos en países como Estados Unidos, donde el 87 % de los vehículos en carretera se podrían sustituir por vehículos eléctricos. Incluso cuando no se ha tenido la opción de recargarlo durante el día, un vehículo eléctrico puede aún conducirse del punto A al B. Mientras, en Europa, los conductores viajan un promedio de 40 a 80 kilómetros al día y realizan 2,5 viajes en coche al día.

coche

Con esto, los vehículos eléctricos en el mercado hoy día ya pueden cubrir las distancias diarias utilizando solo kilómetros limpios. Sin embargo, los fabricantes de automóviles reconocen este temor y se centran en el tamaño de la batería y, por lo tanto, en su autonomía. Pero, ¿cuánta autonomía tiene un coche eléctrico promedio? ¿Es igual para todos?

Podría decirse que, de media, los coches eléctricos en la actualidad tienen una autonomía de aproximadamente 250 km. Por encima de esta media se encuentran otros modelos que pueden ser de prestaciones más amplias, como es el caso de los BMW i3 o Hyundai Ionic EV superan los 300, u otros como el Volkswagen ID.3 y Skoda Enyak que se sitúan sobre los 500 km.

Obviamente, esto no es aplicable a todos los vehículos eléctricos por igual, sino que existen una serie de factores que influyen directamente sobre su autonomía y que debemos valorar para determinar la autonomía real.

Factores clave

Por un lado, y más allá de los siempre factores ambientales, hay una serie de costumbres de movilidad diarias que también pueden mermar la calidad de vida de su recorrido. Porque sí, existen algunos puntos que no dependen del conductor, mientras que en otros sí pueden ejercer su influencia. La mayor autonomía se obtiene en condiciones muy favorables cuando se cumplen todos los factores.

Un aspecto a tener muy en cuenta en este sentido es que las baterías que albergan una mayor capacidad se degradan de forma más lenta. Esto es porque harán falta menos ciclos para recorrer una cantidad determinada de kilómetros. Esta viene homologada según el ciclo WLTP, pero esto es solo orientativo, porque esta autonomía puede reducirse de manera considerable debido a varias razones.

Bien por una forma de conducción más agresiva, al tipo de terreno al que nos dirijamos, al tráfico… o las mismas temperaturas. De hecho, un frío excesivo puede alterar e interferir directamente en la duración de los trayectos. Lo que puede obligar a programar el recorrido. Ahí entrarían a formar parte algunos puntos. Estos serían los mencionados ciclos WLTP, EPA, y los NCDE.

  • Ciclo WLTP. Es el que determina y trata de actualizar las pruebas, lo que verdaderamente ha supuesto una caída muy importante en las autonomías homologadas por los coches eléctricos. Este somete a los coches a pruebas más largas, a mayores aceleraciones y a mayores velocidades. Para la medición se recarga por completo para conocer la energía consumida, incluyendo así las pérdidas energéticas. Con los datos recabado se obtiene el consumo medio.
  • Ciclo EPA. Es el que más se ajusta a la realidad en cuanto a la autonomía del coche eléctrico. Aquí se recarga por completo (por la noche) la batería del vehículo para situarlo en el banco de pruebas al 100%. Ahí el vehículo se somete a múltiples ciclos hasta que la batería se descarga completamente y se para por sí mismo.
  • Ciclo NCDE. Este varía en función de los países. Aquí se prueba el consumo y emisiones, simulando la aerodinámica y masa de cada vehículo. La prueba se efectúa a una temperatura de entre 20 y 30 grados centígrados, en llano y sin viento.

El tipo de terreno

El primero, y uno de los más importantes que pueden llegar a afectar y determinar esa autonomía del coche eléctrico tiene que ver con tipo de terreno. Y es que aquí, no será lo mismo circular por una autovía en buen estado, limpia (además del tráfico) que hacerlo en las ciudades donde hay más coches o en un lugar de tierra, piedras o vías en mal estado

 

coche electrico

Así, y si la carretera por la que vamos a desplazarnos está en malas condiciones, o es un camino de tierra sin asfaltar, el coche eléctrico requerirá un mayor esfuerzo y por tanto consumirá más batería. Si por el contrario, el terreno está en perfectas condiciones e incluso con pocas curvas o pendientes, el esfuerzo del vehículo será inferior, lo que reducirá el gasto de energía.

Realizar desplazamientos cortos

Algo importante, y que ha generado muchas dudas, es a la hora de realizar los trayectos. En este caso, bien es cierto que lo que mejor le vendría son los espacios de grandes dimensiones. Sobre todo porque, a la hora realizar desplazamientos de corta distancia, esto afectará directamente al acumulador del vehículo.

Las baterías acumulan energía y son capaces de funcionar gracias a un alternador que, tras el gasto energético del arranque y el consumo de otras funciones del coche como las luces o la radio, convierte la energía cinética del vehículo en energía eléctrica capaz de ser almacenada o de ser utilizada.

Es por este mecanismo que los trayectos cortos estropean la vida de la batería o afectan a su correcto funcionamiento, ya que en este tipo de desplazamientos la batería no tiene tiempo de recargarse correctamente tras haber gastado parte de la energía acumulada.

Velocidad

Una de las cosas que más afecta a la autonomía de un coche eléctrico es pisar el acelerador. Cuanto más se acelera, más energía consume. Esto provoca que vayamos más rápido, pero que el número de kilómetros a recorrer sea más reducido. La energía se utiliza para acelerar el coche y esto resta autonomía al coche.

Para evitarlo, hay que aprovechar más la inercia del vehículo, sin utilizar el acelerador. De esta manera no se gasta tanta energía para recorrer la misma distancia. Se estima que por cada kilómetro recorrido si pisar el acelerador se consigue incrementar la autonomía unos 300 metros, así que es una buena idea no hacer uso de una conducción agresiva con un coche eléctrico.

Temperatura ambiente

Como hemos mencionado anteriormente, las temperaturas bajas son un mal para la autonomía de este tipo de vehículos de nueva generación. Esto es porque el frío aumenta la resistencia interna de la batería. Esto es debido a la disminución de la difusión iónica en el electrolito y a la ralentización de las reacciones químicas en la batería.

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Esta es la razón por la que en países con temperaturas muy frías, los coches eléctricos incorporan un sistema de calefacción para la batería. A la vez, y directamente relacionada con esta causa, es la que provoca el uso (o abuso) del climatizador del coche. En los vehículos eléctricos, activar la calefacción es un gasto más para la pila, por lo que invierno es normal que el número de kilómetros recorridos por carga sea menor.

Neumáticos y circular por la ciudad

Tanto los neumáticos como circular por la ciudad influyen de manera importante en el recorrido de estos coches. Aquí, el consumo es más bajo porque se aprovecha la frenada regenerativa de la batería. Esto hace que la autonomía sea similar a lo que indica la homologación. En cambio, en autopista la autonomía es menor, ya que se circula a más velocidad.

Eso hace, por otra parte, que los neumáticos también sean responsables de su consumo. Aquellos que son estrechos y altos, con mayor presión, menor resistencia a la rodadura y mejor aerodinámica son los que menos consumen.