El PRD no pasa por su mejor momento: ex líderes, ahora separados del partido, lo acusan de ser un nido de corrupción y de no distinguirse en forma alguna de las otras opciones políticas que antes denunciara. La militancia del partido también ha disminuido tras el caso Ayotzinapa, en el que estudiantes resultaron muertos y otros 43 desaparecidos por orden de un alcalde del sol azteca.

Por si fuera poco, aunque el partido anunciara en noviembre que tomaría medidas para evitar la infiltración de criminales a sus filas y, lo que es más, a sus candidaturas. Sin embargo, recientemente se dio a conocer el caso de un aspirante a una alcaldía en Michoacán prófugo de la ley por su participación en un caso de secuestro.

El partido trabaja a marchas forzadas para hacer propuestas que le arrojen una luz favorecedora en temas de transparencia y disponibilidad ante la justicia, lo que no impedirá que llegue sumamente debilitado a las urnas en junio.

Este fin de semana, el coordinador de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, propuso la eliminación del fuero a todos los servidores públicos, lo que, junto a los sistemas nacionales de transparencia y anticorrupción, debería constituir un tercer pilar para recopilar la confianza en los ciudadanos.

El PRD busca integrar esta propuesta en el dictamen para la creación del Sistema Nacional Anticorrupción que el Senado discute como uno de sus últimos asuntos a considerar antes del final del periodo y del inicio del proceso electoral.

«El fuero poco ayuda y mucho estorba» afirmó Miguel Barbosa, el líder de la bancada. Los funcionarios, afirma, terminan usando el fuero como un elemento que facilita la «impunidad y no como una herramienta para cumplir adecuadamente con sus funciones». Tiene toda la razón, aunque quizá nada de credibilidad detrás para convencernos de que tal propuesta será aplicada o siquiera defendida por su sección parlamentaria en el futuro (el propio mini-sisistema anticorrupción que el partido implementaría en sus propias filas nunca llegó a hacerse efectivo). Por supuesto, existen personajes de la izquierda que saltarían de inmediato con ideas similares, y no precisamente en el PRD.

Con todo, sería en verdad deseable que se encontrara un método más efectivo para, por un lado, proteger a las instituciones de ataques políticos y, por otro lado, evitar la impunidad de la que gozan tantos servidores. Se nos ocurre uno: ¿una aplicación transparente de la ley e investigaciones eficientes de la PGR, quizá? Quién sabe, es sólo una idea…

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