No deberías consultar en Google tus problemas de salud

No deberías consultar en Google tus problemas de salud

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Por estos motivos no deberías consultar en Google tus problemas de salud

¡Espera, no lo hagas! Consultar en Google tus problemas de salud nunca da buenos resultados. Nunca. Hay una amplia serie de motivos por los que deberías evitarlo. Y eso seguro que lo sabes si ya lo has probado en alguna ocasión o si un conocido te ha hablado sobre ello. Por si estás dudando sobre hacerlo o no, hemos preparado un recopilatorio de motivos que te dejarán claro por qué no resulta recomendable.

Google no es un médico. Por mucho que tenga acceso a millones de páginas web y de información de todo tipo, es un simple buscador. Y, por ello, no debes hacerle preguntas sobre tu estado de salud o acerca de aspectos médicos que te pueden preocupar. Porque lo más probable es que acabes peor de lo que estabas, tan agobiado que creerás que estás en una situación sin vuelta atrás.

Te acabarás liando

Esto ocurrirá, posiblemente, en la mayor parte de los casos. ¿Te imaginas lo complicado que es hacer un diagnóstico médico? El cuerpo humano es complejo y Google no está preparado para entenderlo. En tu situación, lo más probable es que tengas unos síntomas que te están haciendo preocuparte. Esos síntomas pueden ser muy generales. Quizá, por ejemplo, comienzas diciéndole a Google en la búsqueda que te duele la cabeza, que tienes mareos y que no vas regularmente al baño. ¿Sabes cuántas posibles enfermedades y condiciones médicas pueden coincidir con estos síntomas tan básicos? Montones.

Por ello, lo que ocurrirá al hacer la búsqueda será que Google te dará algunas ideas iniciales. Y ahí es donde todo se descontrola. Es posible que esos resultados coincidan en un mismo tipo de enfermedad y que, por conclusión obvia, pienses que tiene que ser lo que te ocurre. Pero no, los resultados que te dé Google dependerán de muchos factores y no de la relación directa que tengan con tu estado de salud. Se verán influidos por el contenido de las páginas web, por su posicionamiento en Google o por las búsquedas que más se suelan repetir. Al final, es una serpiente que se muerde la cola que te acaba llevando a un agujero de gusano del que será difícil regresar.

Si no haces clic en los primeros resultados y avanzas varias páginas en ellos, verás que comienzan a salir otras posibles condiciones médicas y enfermedades. ¿No te deja claro que realmente Google no sabe nada de nada? Pero, como vas a ver, hay más aspectos a tener en cuenta.

Puede ponerte en riesgo

Aunque lo más habitual es que las consultas de salud que hagas en Google acaben derivando hacia las teorías y diagnósticos de mayor riesgo que puedas imaginar, también puede ocurrir lo contrario. Nunca se sabe y, por otro lado, los dos casos son negativos para ti. Si prácticamente no te pasa nada y te crees un diagnóstico demasiado negativo, te pasará factura psicológicamente y podría llevarte a que tengas más problemas. Y si en realidad te pasa algo grave y Google te hace sentir una falsa seguridad, quizá estés dejando pasar el momento adecuado para que recibas un diagnóstico médico que te ayude a curarte con rapidez o incluso a salvar tu vida.

Por ello, es fácil ver cómo en ninguno de los casos Google es útil. Y, por desgracia, en la mayor parte de las veces lo que acabará transmitiéndote el buscador será uno de los dos enfoques: o estás muy mal o estás muy bien. Que acierte es algo complicado.

No te tranquilizará

Es posible que el diagnóstico que encuentres en una página web encaje con lo que sientes o que pienses que, indudablemente, eso es lo que te ocurre. El problema es que la mínima tranquilidad que te pueda transmitir el buscador será temporal y, ante todo, fugaz. En poco tiempo te volverás a encontrar en la misma espiral de búsquedas en Google que habías empezado a hacer tiempo antes. Algo en tu cabeza te hará sentir inseguro. Y volverás a buscar. Usarás otras palabras y quizá, para ese momento, ya hayas comenzado a tener otros síntomas que quizá pongas dentro de la ecuación. El proceso se repetirá de nuevo.

Perderás tiempo, tu estado de ánimo se verá afectado y es posible que termines o más preocupado todavía o más relajado temporalmente cuando encuentres otro resultado que te haga sentir mejor. Al final, ni Google tiene capacidad para diagnosticar, ni tú tienes la habilidad de hacer deducciones médicas sobre lo que te podría estar ocurriendo. Además, en la mayor parte de las ocasiones todo lo que hayas leído en Google y el tiempo que hayas perdido, no te servirá de nada. Porque, al final, tendrás que ir al médico de cabecera, a Urgencias o a un especialista para que te haga un análisis y así puedas saber de forma real qué es lo que te pasa.

¿Y si ya esperas los resultados?

Tenemos que romper una lanza a favor de Google. Pero es una lanza muy fina que se puede romper con facilidad. Se trata de las búsquedas que hagas cuando ya tengas el diagnóstico y simplemente estés esperando a los resultados de tu caso particular. Aquí sí que tienes una información más concreta que consultar en Google, por lo que estarás quitándote de encima todos los líos y mareos de los que hemos hablado antes.

De todas formas, mucho ojo. La norma general que se suele apreciar en los resultados de búsqueda cuando consultas sobre los resultados posibles es que siempre se tiende a lo peor. Esto es algo absoluto. Al fin y al cabo, es lo que suele generar más lecturas entre los usuarios y lo que hace que las webs tengan un mayor índice de clics. Por ello, si vas a hacer este tipo de búsqueda, hazlo con la mente muy abierta y sabiendo que solo te van a poner en lo peor. El único aspecto positivo de esto es que cuando recibas los resultados reales de tus análisis, posiblemente te quedes muy tranquilo. Es la técnica de ponerte en lo peor para que, después, el golpe no duela tanto.

No obstante, de una forma objetiva diremos que tampoco es una buena idea hacer estas consultas. Lo mejor es tratar de desconectar durante el tiempo que esperas los resultados y dejar que todo fluya de manera natural. Porque quizá leas cosas demasiado malas y pases unos días de espera totalmente terribles.

Intenta tener cuidado

Como te habrá quedado claro, hacer búsquedas sobre la condición de tu salud no es algo que sea recomendable. Pero, si lo vas a terminar haciendo, porque es posible que la tentación te pueda, será necesario que tengas en cuenta que hay resultados de Google que merecen más confianza que otros. Los mejores son los de clínicas, hospitales, publicaciones médicas oficiales u otro tipo de contenidos similares que estén garantizados por parte de profesionales de la medicina. Pero, incluso así, algunos de los textos de ese tipo de páginas los escriben personas que no son médicos, así que mantente alerta.

Al mismo tiempo, no confíes en la información de foros, de páginas de preguntas y respuestas, de wikis o incluso de los influencers, porque cada vez es más habitual que publiquen vídeos sobre condiciones de salud. En general, todas las advertencias se resumen de una forma única: deja Google y ve al médico o incluso consulta con un servicio de telemedicina. Así saldrás de dudas.