Mentiras sobre la batería de tu smartphone
Las grandes mentiras sobre la batería de tu smartphone: siete mitos comunes para olvidar. Desde dejarlo cargando toda la noche hasta dejar claro qué pasa con la carga rápida. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Si hay que cargarlo al máximo antes de usarlo, si es perjudicial usarlo por las noches, qué pasa con la carga rápida y si conviene usarla.
Mitos más comunes sobre la batería de nuestros teléfonos
Tengo que cargar el teléfono antes de usarlo por primera vez.
Esta es, con diferencia, una de las preguntas que más me hacen en estas fechas navideñas. Se trata de un consejo heredado de hace bastantes años, cuando la composición de las baterías era de níquel-cadmio. Por aquel entonces, se solía recomendar una recarga completa y de unas ocho/diez horas por primera vez para calibrar la batería.
A día de hoy, con las baterías de litio, los fabricantes dejan claro que no es necesario. Las baterías vienen calibradas de fábrica y cargar más allá del 100% no tiene mayor sentido.
Cargar hasta el 100% es perjudicial.
Esta es una media verdad. Los dispositivos actuales cuentan con un sistema de carga que detecta cuándo llegamos al 100%. En ese momento, el teléfono deja de cargarse.
Pese a ello, la recomendación general y basada en la última evidencia científica es que la batería tiene un rango de funcionamiento idóneo para preservar su capacidad: entre el 20 y el 80%. Dejarla bajar del 20% o que suba del 80% genera un desgaste adicional.
No es demasiado realista pedir a un usuario que viva con un 60% de batería, por lo que aquí la recomendación es cargarlo sin preocuparse demasiado hasta el 100% y evitar que baje del 20% en la medida de lo posible.
La carga rápida destroza la batería.
Conforme pasan los años vamos teniendo mayor evidencia sobre la carga rápida. Pese a ello, aquí la investigación es escasa y nos suele llevar a una dirección: lo que más influye en la vida útil de las baterías no es la velocidad a la que cargan, sino la temperatura a la que lo hacen.
Actualmente, la inmensa mayoría de teléfonos tienen cargadores bastante optimizados, los cuales se encargan de recoger el calor para disipar al máximo la temperatura que puede llegar a alcanzar el dispositivo. No debería preocuparnos en exceso cargar de forma rápida o no, debería preocuparnos que el dispositivo se caliente más de la cuenta.
El fabricante dice que puedo usar la carga rápida 1.600 veces.
Otro de los grandes mitos no actuales viene por parte de los propios fabricantes. «He leído que puedo hacerle 1.600 ciclos con carga rápida». Los fabricantes suelen poner, junto al dato de miliamperios hora y potencia de carga, los ciclos que supuestamente soporta la batería.
Esto no es cierto: las pruebas de batería de los fabricantes no reflejan a qué potencia se ha cargado y, en múltiples ocasiones, la batería se lleva a laboratorios externos (fuera del propio cuerpo del terminal) para someterla a ciertas pruebas.
Esto no se traduce en que la carga rápida sea perjudicial por sí misma, pero sí tenemos que tener claro que los fabricantes suelen esconder el dato real de X ciclos a X potencia máxima de carga.
Es mejor cargar en frío.
Si bien el calor es un enemigo directo para nuestras baterías, la temperatura adecuada está lejos de ser fría. Fabricantes como Apple nos hablan de rangos idóneos entre 16 y 22°C. Es una cifra estimativa y casi imposible de mantener según la época del año, pero al igual que una temperatura superior a 30 grados no es adecuada para la batería, tampoco es recomendable cargar en entornos muy fríos.
Solo puedes usar el cargador original.
Uno de los miedos más infundados a la hora de cargar el teléfono para no dañar su batería es el de usar un cargador no oficial. Aunque nuestros teléfonos tienen protocolos de carga propios de cada fabricante, hay algunos comunes como QC o Power Delivery.
Cualquier cargador compatible con Power Delivery o QC es más que válido y, en ocasiones, son incluso más eficientes que los que incluyen los fabricantes. Es importante comprobar cuál es su potencia máxima y si nuestro teléfono trabaja al máximo bajo ese estándar.
Si dura poco es porque está desgastada.
Si la batería de tu teléfono dura menos que cuando lo compraste puede deberse al inevitable desgaste a lo largo de los ciclos. No obstante, la naturaleza de los propios sistemas operativos puede llevar a confusión.
Cada actualización suele hacer que tu móvil tenga un sistema más pesado, conforme pasa el tiempo instalas más apps, más procesos en segundo plano, más desgaste en las memorias internas… Puede que un formateo de fábrica o tener vigiladas las aplicaciones que instalas le de una segunda vida a tu batería.