Sentada en una silla plástica afuera de su pequeña tienda ubicada en la casa donde ella nació, frente al mar de Salinas, María Rocafuerte, de 65 años, espera que alguien llegue a comprarle algún producto.

Con nostalgia dice que hace poco más de siete años ella tenía grandes expectativas de que su economía mejore con el proceso de provincialización que estaba por concretarse para la Península. Sin embargo, expresa que sus ventas han disminuido aunque sus ingresos son mayores en la temporada de invierno, asegura.

El pasado jueves, un día antes de cumplirse el séptimo aniversario de provincialización, otras personas consultadas en Santa Elena y Salinas señalaron igual apreciación. “No hay mucho cambio. Sí hay poquito, pero no mucho, estamos casi lo mismo”, dice Teresa Borbor, de 54 años, quien reside en el barrio Pueblo Nuevo de Salinas.

Más plazas de trabajo, mejoramiento de vías secundarias, alcantarillado eficiente y agua potable son aspiraciones que aún están vigentes, según peninsulares consultados en los dos cantones.

Al contrario, Smeling Suárez, presidente de la Federación de Comunas de Santa Elena, considera que en la Península se han dado cambios positivos como provincia y destaca las obras en el área de educación.

Patricio Cisneros, prefecto de Santa Elena, fue uno de las personas que impulsó la provincialización. Dice que sí hay cambios positivos y que en varias obras se puede ver la transformación, aunque afirma que aún hay mucho por hacer.

Resalta como una de las principales acciones el mejoramiento vial, aunque no dio porcentajes sobre cuánto se ha avanzado y cuánto aún debe hacerse. “Nadie puede dudar lo positivo que es ser provincia”, indica.

Admite que entre los temas pendientes se hallan la adecuada y completa provisión de agua potable, lo cual ha sido resuelto temporalmente para las tres ciudades (Santa Elena, La Libertad y Salinas) y las comunas hasta San Pablo, pero que aún no tiene solución para el resto de zonas.

Cisneros atribuye que Santa Elena no se desarrollaba antes por la falta de coincidencias entre las autoridades, pero dice que ahora hay objetivos comunes entre alcaldes y prefecto.

En esto coincide el alcalde de Santa Elena, Dionicio Gonzabay, quien sostiene que ello ha permitido formar una mancomunidad e iniciar proyectos como el de desechos sólidos, del cual ya se aprobaron los estudios y se espera el crédito del Banco del Estado para crear el un relleno sanitario.

Añade que el agua potable es otro inconveniente a resolverse en conjunto. Reitera que contarán con el crédito de $ 16 millones para repotenciar la planta potabilizadora de Atahualpa y que se gestionan $ 20 millones más para cambiar la red de tuberías.

Dio a conocer que Aguapen comprará dos bombas el próximo año, la primera en cinco meses, para reemplazar las existentes, que ya cumplieron su ciclo de vida y han generado inconvenientes.

Como miembro de Aguapen, Gonzabay no especifica si en la actual administración se logrará dotar de agua potable a toda la provincia. Señala que ya se ha planificado crear, en el 2016, una estación en la regional Valdivia que costaría $ 700 mil, para llegar a las comunas San Pedro, Valdivia, Sinchal, Barcelona y Carrizal.

Agrega que la solución definitiva es la creación de una nueva planta, en San Vicente, y que el precio sería entre $ 55 millones y $ 60 millones. Por el costo de la obra, dice que es necesario el aporte del Gobierno Nacional.

Para César Palacios, gobernador de la provincia, el Estado ya ha contribuido al pagar una deuda de $ 32 millones, lo cual, afirma, permitió que Aguapen pueda acceder a un nuevo crédito para la repotenciación, por lo que señala que ahora este un asunto netamente municipal.

Agrega que el mejoramiento de la infraestructura en diferentes sectores, como salud y educación, es en donde se pueden notar los cambios de Santa Elena desde que se convirtió en provincia. Destaca como recursos turísticos de la provincia que aún faltan por aprovechar, las fortalezas de las playas y el potencial arqueológico.

Cambios (con la provincia), no muchos. Cambios en las vías pero yo esperaba fuentes de trabajo, uno debe migrar para buscar trabajo”.

Carlos Gómez

Morador de Manglaralto.