María Ortega deleita con el tradicional pan de trigo y maíz

Ambato –

Los tradicionales panes de maíz y trigo, así como los bizcochos cubiertos con dulce de panela o los popularmente conocidos mojicones, aún se los puede encontrar en el puesto de María Ortega y su esposo, José Toapanta, en el mercado América.

Advierten que ellos viven en la parroquia San Andrés de Píllaro, pero que para vender estos tradicionales productos acuden a las ferias de Ambato y también de Salcedo, en la provincia de Cotopaxi.

“Desde aquí nos llevan a diferentes sectores del país porque son muy apetecidos los panes y los mojicones”, señaló Ortega.

Indicó que el pan es especial porque para elaborar el de maíz compra el grano en Salcedo y lo lleva para molerlo en la casa, por esa razón dice que es más “limpio y natural”; que asimismo el de trigo de alguna manera reemplaza a la máchica que ya entre la niñez y juventud actuales poco la comen, pero era muy consumida entre los antepasados y que por esa razón eran más saludables.

Manifestó que los mojicones se venden siete a $ 1 y que como llevan en grandes cantidades a otras partes del país también se ofrecen a $ 11 las 100 unidades, mientras que los panes de maíz y trigo, 9 en $ 1.

Señaló que desde hace cerca de tres décadas como una herencia de la familia de su esposo se dedican a esta actividad de la panificación, pero con cierta nostalgia advierte que luego la tradición familiar se acabará porque sus hijos como tienen profesiones ya no se dedican a esta labor.

Toapanta recordó que cuando era adolescente se fue a trabajar como oficial en la panadería de sus tíos Melchor y Manuel Moposita, con quienes aprendió la forma de elaborar los panes y mojicones, pero que recién hace cerca de 30 años se decidió a dejar la albañilería para dedicarse a la elaboración de panes.

Recordó que anteriormente había más panificadores que hacían los mojicones, pero que al pasar de los años han ido muy pocos, que por esa razón casi los niños y jóvenes ni siquiera saben de qué se trata, que son las personas adultas las que más lo consumen.

“Los mojicones eran bastante apetecidos y consumidos por la gente de hace años, ojalá se pudiera recuperar estas tradiciones de nuestros antepasados”, comentó Toapanta. (I)