Alianzas impiden ver la tendencia de los ganadores de las alcaldías en Ecuador

Los hay de nombres muy singulares como el movimiento cantonal Ahora, que proviene de un acróstico que significa Ahora, Honra, Orden, Respeto y Amor.

Las alianzas también tienen nombres que no denotan la representación de un partido tradicional o movimiento y no reflejan una ideología como ‘Vuelve la Esperanza’, ‘Tiempo de Construir’ o ‘Unidos por el Cambio’, entre otros.

La proliferación de movimientos locales responde también a la facilidad para crearlos. Según la legislación, se necesita las firmas de al menos el 1,5% del registro electoral de la provincia, cantón o parroquia que corresponda. Para los partidos, al ser obligatoriamente nacionales, se requiere fichas de afiliación del 1,5% del registro electoral de todo el país.

El 92% de las organizaciones inscritas para las elecciones del 24 de marzo pasado son movimientos provinciales, cantonales y parroquiales.

Fernando Carrión, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sostiene que Ecuador vive un sistema de representación sin partidos ya que, según él, la opinión pública los ve de forma negativa.

“Con 278 partidos y movimientos que fueron legalizados difícilmente pueden haber tendencias políticas o partidos que sean ideológicamente políticos», indica.

El experto afirma que estos nuevos movimientos no muestran una ideología clara incluso desde sus nombres: «Cuando uno ve esta cosa (movimientos) que se llama Vamos, Alianza PAIS, Vive, etcétera, no es lo mismo decir, por ejemplo, Izquierda Democrática, Partido Social Cristiano, conservador, que sí que muestran claramente definiciones políticas».

Estas nuevas organizaciones, en su mayoría, dice Carrión, tienen nombres con verbos que «no dicen absolutamente nada» y añade que esto no es un fenómeno estrictamente ecuatoriano ya que está presente en América Latina y Europa: «Es un descrédito muy grande de los partidos políticos (tradicionales), de los sistemas de representación. En España mismo tenemos partidos como Podemos, que no sabemos qué quiere decir (el nombre), ¿qué quiere decir Ciudadanos?».

Sin embargo, puntualiza que en el caso ecuatoriano esta proliferación de organizaciones también sería una herencia de la década pasada. “En la Revolución Ciudadana prácticamente hubo un solo partido político y el desencanto, en este caso, también va en contra de este partido político”.

Las alianzas ganadoras con nombres fugaces que incluye de dos hasta siete tiendas partidistas o de movientos, deja la incógnita sobre a quien se le atribuye determinado postulante.

Agustín Casanova fue reelecto para la Alcaldía de Portoviejo con la coalición entre el movimiento cantonal Camino, junto al provincial Unidad Primero (UP) y el PSC.

Danny Zambrano, director de comunicación de Camino que significa Cambio, Integridad y Orden, dice que “el manejo y las decisiones políticas a nivel cantonal, todas las definió Camino. Nosotros no nos aliamos, el PSC y UP se unieron a esta alianza”.

Algo parecido ocurre con la coalición Alianza Loja Progresa, que cobija a seis partidos y movimientos (CREO, ex PRIAN, FE, Unión Ecuatoriana, Podemos y uno provincial) que obtuvo las alcaldías de seis cantones de la provincia de Loja.

Uno de ellos es el de Sozoranga, Romeo Moreno, quien dice que la alianza solo se dio para las elecciones y que su lealtad es con CREO del que dice ser parte.

Alfredo Suquilanda es el que gana en Macará, pero afirma que esos seis partidos y movimientos solo lo auspiciaron. “Soy liberal radical de formación, pero esa organización ya no existe”.

Otto Vera también retorna a la alcaldía de Santa Elena tras estar en entre el 2009 y 2014 de la mano del movimiento Alianza PAIS en ese entonces liderado por el expresidente Rafael Correa. Ahora gana en solitario con el Movimiento Peninsular Creyendo en Nuestra Gente. “Los problemas que hay, lo que se escucha (en referencia a las denuncias de corrupción), ha dañado un poquito la imagen de los movimientos nacionales, por eso era mejor participar con uno local”. (I)