Rescate sin resultados para salvar a elefante marino en Babahoyo

Babahoyo –

Los pasajeros se asomaban desde los buses y autos para captar fotos, videos o simplemente observar al elefante marino que reposaba a un costado de un canal colindante al estero Colorado de Pimocha, en el paso lateral de Babahoyo.

Los agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) voceaban y agitaban sus maNos para que los choferes avancen y no se detengan.

El tráfico registraba colas de más de un kilómetro en ambos sentidos de la vía que va de Babahoyo hacia Ventanas.

Aquello se daba por la presencia de un huésped inusual. En los últimos días, un gigante elefante marino, de la especie Mirounga Leonina, se adentró en un canal del estero entre maleza y cultivos de arroz.

Allí, un grupo de 20 rescatistas cumplieron tareas de rescate desde la mañana de este lunes.

Este mamífero fue hallado en la zona el sábado 27 de julio.

En los primeros días, personal del Ministerio de Ambiente y Bomberos usaron lanchas para tratar que el animal se encauce hacia el río San Pablo y luego vaya al río Pimocha. Ello no tuvo éxito puesto que terminó ingresando hacia el canal estrecho.

La mañana de este lunes, los rescatistas trabajaban intensamente ante la mirada de más de una treintena de peatones y choferes que se detenían a observar sus labores, algunos gritaban sugerencias o lamentaban cada uno de los intentos por atrapar al mamífero.

Fue un rescate dificultoso. Al inicio, el mamífero permanecía recostado encima de una zona tierrosa en el angosto estero, varias rejas le bloqueaban el paso al carretero ubicado a unos treinta metros.

Por encima de la ribera del canal, más de veinte funcionarios del Ministerio de Medio Ambiente, Cuerpo de Bomberos, Secretaría de Gestión de Riesgos y Policía iniciaron los trabajos abriendo una red de pesca trasmallo de tono rojo que iba extendiendo sobre las dos orillas para rodear a la especie.

En un primer intento, los rescatistas usaron la malla roja de trasmallo pero el elefante marino se escabulló y siguió nadando hacia la parte norte del angosto estero. El personal lo siguió hacia allá y el animal volvió a desviarse al sur. Así lo repitió por dos ocasiones más y la red terminó rompiéndose. Los rescatistas parecían estar desgastados al laborar bajo un intenso sol, mientras, en la carretera, pobladores lamentaban el fracaso de los intentos. Cada hora llegaban otros espectadores y otros se retiraban.

Johnny Beltrán y su cuñado parquearon su auto a un costado del carretero luego de realizar varios trámites en Babahoyo. “Aún no lo rescatan… ayer (domingo) habían colas de autos que pasaban por aquí”, recordaba. Esos comentarios se replicaban. “Pobrecito, tiren agua que se va a morir”, decía desesperada otra mujer.

En las inmediaciones, también, se sumaban comerciantes que ofrecían refrescar el ambiente con sus botellas de agua y conos de helados.

En tanto, la zona cercana al estero se mantenía acordonada por personal policial y varias rejas.

Y es que eran innumerables los buses y autos que iban lento. Desde las ventanas, los pasajeros asomaban a captar fotografías y videos. “Allí está, allí está”, pasaban gritando un grupo de viajeros que iban a Guayas.

Pasadas las 13:00, el animal volvió a reposar sobre tierra a un costado del canal donde movió sus aletas para echarse agua en su abultado cuerpo. Enseguida, los rescatistas buscaban un nuevo intento.

A las 14:15, armaron tres frentes para envolverlo en el trasmallo, pero el animal despertó con un largo sonido y se movió del área donde estaban colocando la extensa red. Al animal se lo observaba estresado, se movía de un sitio a otro. Ya lleva diez días en la zona.

A Santa Elena

Según Xavier Pareja, jefe de brigada del Cuerpo de Bomberos, se esperaba atrapar al animal con una red para que luego los técnicos del MAE le colocaran un sedante en la cola. Así, finalmente se lo trasladaría a un centro especializado de Santa Elena. Los funcionarios entre técnicos y biólogos del MAE, Policía y bomberos pugnaban por seguir intentando. En medio del escape de la especie, algunas personas y policías rescatistas usaban palos para inducir que el animal vuelva al área del acordonada. (I)