Jorge Barraza: Barcelona, sin juego, sin brújula, sin rebeldía

Nunca es bonito para el cronista hablar en la derrota, pero esta forma parte de la realidad, de lo que será historia mañana. La famélica demostración futbolística de Barcelona en la final de diciembre ante Emelec fue un síntoma inquietante para el mundo amarillo: jugar tan mal nunca es auspicio de tiempos mejores. Eso, más allá de perder el título. Y de cederlo ante el rival eterno. El mercado de pases renovó la ilusión (en Barcelona siempre reverdece a la hora de los refuerzos).

@elyex

f:eu.d