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¿Es bueno invertir en un banco? Ventajas y desventajas

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“Yo no sé nada de inversiones. Antes que arriesgarme a perder todo mi dinero, prefiero fiarme de lo que dice el asesor del banco”.

Afirmaciones de este tipo son bastante comunes entre los inversores primerizos.

Muchos creen que la bolsa es demasiado complicada para ellos, y que la mejor forma de invertir es delegar en un asesor.

Y, en concreto, una parte importante acude al asesor del banco, que es su figura de referencia para los asuntos financieros.

Pero:

  • ¿Invertir en un banco es una buena opción?
  • ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de hacerlo?
  • ¿Existen otras alternativas más interesantes?

Si tú también quieres empezar a invertir y tienes estas dudas, te animo a leer este post con mucha atención.

Aquí voy a contestarlas todas y te ofreceré mi punto de vista sobre este tema.

Vamos allá.

Nota: Es importante aclarar que en este artículo no voy a hablar sobre invertir en acciones de un banco. No es el propósito del artículo, y además la conveniencia de hacerlo o no dependerá de la situación del mercado y del sector, de la rentabilidad que ofrezca cada entidad concreta y de tu propia estrategia de inversión.

Invertir en un banco: ¿Es buena idea cuando estás empezando?

Desde mi punto de vista, no.

Dadas las condiciones que ofrecen los productos de inversión de las entidades bancarias, considero que no son la opción más adecuada para ningún inversor (primerizo o experimentado).

Más adelante te explicaré por qué lo pienso.

Pero cuidado, porque con esto no quiero decir que los bancos sean innecesarios en todos los casos.

Como ejemplo tenemos el apalancamiento inmobiliario: una estrategia en la que contratas una hipoteca para costear la compra de un inmueble (que luego alquilas o revendes para obtener una plusvalía).

Y la principal fuente de este tipo de financiación siguen siendo los bancos.

Por otro lado, cuando se trata de almacenar tu fondo de emergencia, lo más recomendable siempre es hacerlo en una cuenta aparte.

Salvando excepciones en esta línea, considero que la inversión a través de un banco no es la mejor opción.

Te explico por qué.

Ventajas y desventajas de invertir a través de una entidad bancaria

Con el propósito de ser totalmente transparente, quiero mostrarte las dos caras de la moneda.

Te mostraré cuáles son, desde mi perspectiva, los pros y contras de invertir en un banco (y por qué creo que los segundas superan a los primeras).

Ventajas

Como te decía, muchas personas se sienten inseguras cuando comienzan a invertir.

Hay decenas de posibilidades, la terminología es compleja… y ante todo, el riesgo de cometer un error y perder su dinero les asusta.

De ahí que decidan acudir a su entidad bancaria de confianza. Porque allí:

  • Tienen un asesor: una persona que puede atenderles y responder sus dudas. Aunque como luego te explicaré, esto es una ventaja a medias.
  • Lo tienen todo centralizado: si solo inviertes a través de tu banco no tienes que preocuparte de buscar un bróker (todas las entidades suelen ofrecerte uno) ni repartir tu dinero entre diferentes plataformas, lo cual facilita el seguimiento de tus inversiones.
  • Te ofrecen toda la documentación que puedas necesitar: por ejemplo, para la declaración de impuestos.

Además hay determinados productos de inversión a los que solo se puede acceder a través de una entidad bancaria.

Como ejemplo podría citar determinados fondos de inversión estadounidenses que un inversor particular no puede contratar por su cuenta (debido a la normativa europea en vigor) , pero sí a través de un banco.

Desventajas

Pasemos ahora a los motivos por los que NO recomiendo invertir con el banco.

  • A. El asesor no piensa en tus intereses, sino en los de la entidad

Un asesor es un empleado.

Su papel es colocar los productos financieros que ofrece la entidad para la que trabaja, ya sean:

  • Planes de pensiones.
  • Fondos de inversión.
  • Acciones del propio banco (si cotiza en bolsa).

Y que te los ofrezca no significa que sean los productos más adecuados para tus objetivos o tu perfil como inversor; simplemente son los que el banco tiene disponibles (además, en muchos casos el propio asesor cobra una comisión por venta, así que aquí también entran en juego sus propios intereses).

De hecho, esto se ve con un ejemplo muy sencillo.

Hasta hace poco, la mayoría de los bancos solo trabajaba con fondos de gestión activa (esto ha ido cambiando en los últimos años, pero tradicionalmente era así).

Los gestores de estos fondos realizan constantes operaciones de compraventa para intentar obtener una rentabilidad superior al mercado.

Sin embargo:

  • Está demostrado que la inmensa mayoría de estos fondos no logra batir al mercado a largo plazo.
  • Cobran unas comisiones muy elevadas (que reducen el beneficio neto que consigues con tus inversiones).

Así, para la gran mayoría de los inversores particulares resultarían mucho más rentables los fondos de gestión pasiva (un modelo que algunas entidades ya empiezan a ofrecer, y del que hablaremos más adelante).

¿Por qué entonces los bancos siguen incluyendo los fondos de gestión activa en su cartera de productos?

Entre otros aspectos, porque la entidad gana más dinero al colocarlos.

Y esto nos lleva al siguiente punto.

Nota: La baja rentabilidad que ofrecen los fondos de gestión activa ha sido demostrada por numerosos autores. Entre ellos destaca Burton G. Markiel con su libro “Un paseo aleatorio por Wall Street”, cuyo resumen puedes leer aquí.

  • B. Las comisiones son más elevadas (y se comen la rentabilidad)

En la mayoría de los casos el banco no ofrece sus propios productos, sino que actúa como intermediario.

Por ejemplo, cuando en tu oficina te sugieren invertir en un fondo de inversión determinado, están actuando como “comerciales” para ese fondo, a cambio de una comisión por venta.

Comisión que repercute en el cliente.

Es decir, si contratas un fondo a través de tu banco estarás pagando:

  • Las comisiones que cobra el propio fondo.
  • Las comisiones que percibe la entidad.

Eso significa que, de todo el dinero que ganes invirtiendo, el porcentaje que acabará en tu bolsillo será menor.

Si te saltaras al intermediario e invirtieras directamente en ese mismo fondo (en el caso de que esté disponible para un inversor particular, cosa que no siempre ocurre), las ganancias que podrías obtener serían superiores.

  • C. Su oferta de productos es muy limitada

En el mercado hay disponibles miles de fondos de inversión. Y sin embargo, cada entidad suele tener acuerdos con una parte muy pequeña de ellos.

Si inviertes a través de tu banco, estarás “obligado” a contratar uno de esos productos.

En cambio, si inviertes por tu cuenta (algo mucho más viable de lo que puedas creer) tendrás acceso a un número mucho más amplio de fondos y podrás elegir, de entre todos ellos, los que mejores condiciones te ofrezcan y más se adecúen a tus necesidades.

Alternativas a los bancos tradicionales para empezar a invertir en bolsa

Tras todo lo que te he contado, puede que ahora mismo estés pensando:

“No me importa ganar menos, prefiero invertir con el banco y dejar que sea un experto el que gestione mi dinero. Además, no quiero tener que pasarme el día delante de la pantalla mirando la bolsa, de eso que se ocupe otro”.

Para empezar, yo siempre recomiendo invertir solo en productos cuyo funcionamiento entiendas.

Incluso si delegas la gestión de tus inversiones, debes ser capaz de analizar si las opciones que te están ofreciendo son interesantes para ti (por ponerte un ejemplo: nunca firmarías un contrato hipotecario sin entender las cláusulas, ¿verdad?).

Pero además, puedo asegurarte que es posible invertir por tu cuenta:

  • Sin tener unos conocimientos muy elevados (sí que necesitas dominar las bases, pero no hace falta ser un economista experto).
  • De manera pasiva, dedicando unos minutos al mes a gestionar tus inversiones.

Te explico cómo.

Prioriza la gestión pasiva

Antes te hablé de los productos de gestión pasiva como contraparte a la gestión activa.

Y la diferencia entre ambos es muy simple:

Mientras que en la gestión activa se busca batir al mercado, la gestión pasiva se limita a replicarlo.

Por ejemplo, un fondo de gestión pasiva que replique el IBEX 35 (las 35 empresas más importantes de España) invertirá en acciones de las empresas que conforman este índice.

De esta forma la rentabilidad que obtienes es la misma que la del propio índice, menos las comisiones que cobra el fondo.

Comisiones que, en cualquier caso, son más reducidas que las de un fondo de gestión activa.

Además, te ofrecen:

  • Buena relación rentabilidad/pasividad: no tienes que dedicar demasiado tiempo a tus inversiones (analizando empresas, controlando la evolución de la bolsa, etc.) para conseguir una rentabilidad interesante.
  • Alta diversificación: al invertir en un producto de gestión pasiva estás comprando un “paquete de activos”, por lo que es una manera sencilla de tener tu dinero bien repartido y de reducir el riesgo de pérdidas.
  • Bajo capital de entrada: algunos productos de gestión pasiva te permiten comenzar a invertir con muy poco dinero.

Por todo ello son una opción muy interesante para inversores de cualquier perfil.

Si quieres saber más sobre la gestión pasiva y cómo acceder a este tipo de productos te recomiendo que le eches un vistazo a este post.

Invierte a largo plazo para reducir el riesgo

A muchos inversores primerizos les asusta la posibilidad de perder su dinero.

Y sí, la realidad es que ese riesgo siempre existe.

Pero lo que hacen los buenos inversores es aplicar estrategias para mitigar el riesgo y que, al final, el conjunto de sus activos les genere beneficios.

Estrategias entre las que se incluye la inversión a largo plazo.

Es decir, inviertes tu dinero con la idea de recuperar la inversión dentro de varios años.

De esta manera es posible obtener rentabilidades muy elevadas y, al mismo tiempo, reducir el riesgo de pérdidas.

Esta fórmula es la base de estrategias como el buy & hold (compras acciones de una empresa y las mantienes en tu cartera varios años, para venderlas cuando hayan aumentado su valor).

Además, es la fórmula que sigo en mi formación Alto Rendimiento en Bolsa a Largo Plazo (ARALP), donde combino la gestión pasiva con la inversión a largo plazo para obtener elevadas rentabilidades.

(Si quieres generar ingresos pasivos) Incluye acciones en tu cartera

Puede que tu objetivo no sea solo aumentar tu dinero a largo plazo, sino que además también quieras generar ingresos pasivos.

Para eso, una de las mejores fórmulas es invertir en acciones de empresas que distribuyan dividendos.

Esto lo puedes hacer:

  • Comprando acciones directamente: una fórmula muy interesante, pero que requiere unos conocimientos más avanzados para analizar las empresas en las que inviertes.
  • A través de ETFs: algunos ETFs (un producto de gestión pasiva que combina las ventajas de los fondos de inversión y de las acciones) distribuyen dividendos de las empresas cuyas acciones poseen.

Con este tipo de inversión puedes llegar a obtener un extra de ingresos pasivos todos los meses.

Nota: Si la inversión en dividendos te interesa pero no tienes el tiempo o los conocimientos necesarios para analizar por ti mismo las empresas que incluyes en tu cartera, he lanzado El Club de Dividendos. Una membresía donde cada mes explico en qué empresas estoy invirtiendo y por qué. Tienes toda la información aquí.

Cuando tengas experiencia, atrévete con otro tipo de inversiones

Con el tiempo, una vez poseas la experiencia necesaria, es posible que quieras ir más allá y aventurarte en inversiones fuera de la bolsa.

Me refiero a algunas como:

  • Inmobiliario.
  • Crowdlending.
  • Criptomonedas.
  • Whisky.
  • Inversión en startups.
  • Y un largo etcétera.

Incluso puedes probar otras estrategias de inversión en bolsa más avanzadas, como son la inversión en valor (value investing) o el swing trading.

Por supuesto, antes de dar el paso hacia cualquiera de estas opciones es necesario que te formes.

Mi opinión: si quieres invertir, evita los bancos y opta por la gestión pasiva y propia

Solo una vez he invertido a través de un banco.

Lo hice en un fondo de gestión activa (BlackRock), y fue porque, al hacerlo así, el banco me ofrecía unas condiciones más atractivas para la hipoteca que quería contratar con ellos.

En cuanto terminó el periodo mínimo de un año fijado por la entidad, para rescatar los fondos, y una vez hube recuperado las comisiones pagadas y el precio subió por encima del coste de adquisición, cerré el fondo e invertí el dinero por mi cuenta.

El motivo es que gestionando mis propias inversiones consigo una rentabilidad más alta que la que me ofrecía ese fondo.

Como ves, cuando te aconsejo que te mantengas alejado de los bancos para invertir, me baso no solo en la aplastante evidencia que existe al respecto, sino también en mi propia experiencia.

¿Y tú? ¿Has invertido alguna vez a través de tu banco?

Si quieres, puedes compartir tu experiencia o tu opinión al respecto en los comentarios, para que todos podamos aprender de ella.

Y si no quieres perderte ninguno de los artículos que comparto con consejos para invertir, te animo a suscribirte a la newsletter (además al hacerlo recibirás una guía gratuita con 4 formas de generar ingresos pasivos).

Hasta el próximo post, te deseo unas muy felices inversiones.