Error de conducción que puede acabar con tu motor

Error de conducción que puede acabar con tu motor

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Este error de conducción lo cometen casi todos y puede acabar con la vida de tu motor

A la hora de conducir hay ciertas prácticas que se extienden entre los conductores y no somos conscientes de que realmente pueden suponer un peligro a nivel mecánico que agoten la vida útil de nuestro motor. Esta es una de ellas.

Hay ciertos hábitos de conducción que la mayoría de los conductores adoptan, ya sea por recomendaciones de conocidos, porque lo han oído o porque lo han visto en Internet. El de ahora está muy extendido entre los conductores, y no son conscientes de que puede ser contraproducente y puede limitar el número de kilómetros que puede realizar nuestro motor.

Las bajas revoluciones pueden acabar con tu motor

La mayoría de la gente conduce a bajas revoluciones con el objetivo principal de gastar menos combustible. En ese punto, no hay mucho que discutir, pues puede ser correcto hasta cierto punto (aunque dependerá de si hablamos de consumo urbano o en carretera).

Sin embargo, abusar del uso de la conducción a bajas revoluciones puede acabar siendo perjudicial para el motor. El motivo es que se producen más vibraciones de las habituales, lo que puede desembocar en averías a largo plazo.

Cuando conduces a bajas revoluciones, al pisar el pedal del acelerador, el coche no responde o empieza a vibrar. Esto sucede porque entra más cantidad de gasolina o diésel en la cámara de combustión, pero el motor no es capaz de utilizarlo adecuadamente al no encontrarse en su rango recomendado. El resultado es que las siguientes piezas tienen que sobreesforzarse para compensar la situación: bielas, cilindros, válvula EGR, caja de cambios, pistones. Ese sobreesfuerzo provoca el desgaste prematuro de todas esas piezas.

Además de lo anterior, también hay que tener en cuenta la temperatura del aceite. A bajas revoluciones tarda mucho en alcanzar la temperatura de funcionamiento, situada entre los 80 y los 90 grados. Si el aceite no trabaja a esa temperatura, no lubrica correctamente los componentes del motor y, una vez más, puedes acabar siendo perjudicial.

También pueden resultar dañados los sistemas anticontaminación o los filtros antipartículas, debido a que no están funcionando a una temperatura óptima, que es más alta de la que se produce a bajas revoluciones. La consecuencia es que no puedan quemar los residuos y la posibilidad de que se acaben bloqueando.

Ventajas de conducir a altas revoluciones

Todos los vehículos tienen una curva de potencia; es decir, un rango de revoluciones dentro del cual ofrecen una determinada cantidad de potencia según la marcha seleccionada en la caja de cambios. Si un coche tiene una curva de potencia recomendada no es por gusto, sino porque dentro de esa horquilla el motor trabaja cómodo y ofrece sus mejores prestaciones. Circular aprovechando ese régimen de par máximo nos permitirá no sólo reducir consumos, sino contar con el empuje necesario para acelerar, evitando hacer trabajar de más al motor tanto por debajo de su zona óptima.

Lo que dicen los expertos es que conducir a altas revoluciones puede resultar ventajoso, siempre y cuando se ejecute de manera adecuada y en las circunstancias idóneas. Hay que tener en cuenta que las cajas de cambios actuales cuentan cada vez con más marchas, siendo el objetivo de las más altas es el desahogar el motor y poder conducir casi a vela en tramos llanos o cuando se circula a una velocidad constante en autopista.