Jorge Barraza: En el arranque del Mundial, el clima lo puso España

En doce días España se guillotinó al presidente del país y al técnico de la selección nacional. No es mal promedio. Y no es un país bananero. Funcionan los filtros, podría decir un observador optimista. O no funcionan los códigos, replicaría otro, menos inocente. En ambos casos sobrevuela el matrimonio que componen traición y dinero. Mariano Rajoy fue destituido por denuncias de corrupción, Julen Lopetegui acusado de infidelidad y codicia.

Cuando el pitido inicial de la 21ª. Copa Mundial ya estaba próximo y en Moscú no se veía ni siquiera una banderita, un cartel, una noticia de afuera de Rusia le puso al torneo el clima que no consiguió adentro, al menos en lo previo: el Real Madrid anunció oficialmente la contratación, por tres años, de Lopetegui para asumir el cargo de técnico que dejó libre Zinedine Zidane con su intempestiva salida. La nueva no tendría una importancia tan capital si no fuera porque Lopetegui era, hasta ese instante, el entrenador de España, que a las 72 horas se estrenaría en el Mundial frente a Portugal. Una bomba no hubiese causado tal onda expansiva.

Justo antes de comenzar el torneo se dio a luz que el conductor de uno de los tres favoritos al título (los otros son Brasil y Alemania) dejaría La Roja al finalizar su participación. Con un agravante: 21 días antes, en un acto en el que sostenía la camiseta de España, Lopetegui era fotografiado tras haber renovado contrato con la Federación Española hasta el final de la Eurocopa 2020. Como es habitual, habló de compromiso, de orgullo, largo plazo, etcétera.

Se habían nombrado diez posibles candidatos al banco merengue, pero nadie tenía la mínima sospecha de que finalmente sería el exarquero vasco el elegido. La novedad tuvo el efecto de una puñalada en la espalda de la España futbolera. Lopetegui se lo traía escondido bajo el poncho: mientras pedía entrega y concentración a sus dirigidos, negociaba con el Madrid, algo que evidentemente no pudo desmentir. Suena bajo, antiético, casi increíble.

¿Cómo lo habrán asimilado los jugadores del Barcelona que están aquí en Rusia…? Hablamos de Piqué, Alba, Busquets, Iniesta, quien sentimentalmente lo sigue siendo. Los del Atlético: Saúl, Koke, Diego Costa… Los del Valencia y el Sevilla… ¿Cómo podía Lopetegui, en estos días de negociaciones, abstraerse mentalmente del tema Real Madrid y concentrarse en la selección española…? ¿Daba conferencias de prensa como director técnico de España y al salir atendía las llamadas de Florentino Pérez…?

Es tan insólito que, creemos, no pasó nunca en la saga de los Mundiales. El técnico de Alemania, Joachim Löw, fue acaso el primero de los sondeados por el club blanco, pero declinó de manera rotunda. Lo mismo Mauricio Pochettino, Massimiliano Allegri y otros que tienen contrato con clubes.

La prensa ibérica estalló con títulos como ‘Misil del Madrid a La Roja’, ‘Florentino revienta a la Selección’, ‘Lopetegui debilita su condición de líder’, ‘Mal el Madrid, peor Lopetegui’, ‘Pésima noticia’ y otros por el estilo, todos encerrando una enorme decepción, pues lo toman como un mazazo a la ilusión de todo el país de lograr una segunda Copa, que esta decisión puede derrumbar. El director del madridista diario As, Alfredo Relaño, encabezó su columna con una dura sentencia: ‘El Madrid fabrica antimadridismo’. Y el periodista Roberto Gómez, de El Transistor, opinó que Lopetegui debía renunciar “mañana mismo en conferencia de prensa”. Pero no hizo falta. Xavi Hernández, el gran crack del Barcelona legendario, calificó la decisión del DT como “inoportuna, inesperada y precipitada”. Los hinchas de todos los clubes explotaron en las redes. La percepción es que el Madrid se sacó el problema del sustituto de Zidane endosándoselo a la selección.

Mientras, el terremoto sacudía al país de Cervantes, el flamante presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, cuyo primer acto de Gobierno fue prolongar la continuidad del seleccionador, llegaba a la concentración española en Krasnodar. Rubiales, un exjugador y expresidente del gremio de los futbolistas, considerado un duro total, asumió el 17 de mayo anterior y quiso que la extensión del vínculo de Lopetegui fuera su puntapié inicial como forma de demostrarle su respaldo absoluto de cara al Mundial.

Rubiales se enteró del tema después del anuncio del Madrid. Furioso, dejó el Congreso de la FIFA en Moscú, viajó a Krasnodar y liquidó a Lopetegui sin más trámite, una medida que el mundo del fútbol saludó como ejemplar. Lopetegui, oh casualidad, es representado por el mismo agente de Cristiano Ronaldo, el portugués Jorge Mendes, zar absoluto de los manejadores de futbolistas en el mundo, unido por una estrecha relación con Florentino Pérez.

Conste que el Real Madrid no hubiese informado de la contratación sin el aval del entrenador. Y que este se va exclusivamente por una cuestión de dinero. Lopetegui y el Madrid podrían ser abucheados en cada salida por las canchas españolas. Y si España fracasa en el Mundial después de la ilusión que abrigaban los hinchas, cada partido de visitante estará envuelto en una atmósfera hostil. Pero, peor que eso, la mancha en su reputación no la quita con nada. ¿Y si pierde tres partidos seguidos, lo sostendrá Florentino Pérez…?

Rubiales nombró de inmediato a Fernando Hierro en el lugar de Lopetegui. Hierro fue, como jugador, un líder excepcional, un Sergio Ramos sin el hacha. Seguro logrará transmitir su fibra. Como técnico tuvo apenas un breve paso de un año por el Oviedo. El tema no es él sino las rajaduras internas que el terremoto haya causado en el equipo. Con España en erupción, Portugal se frota las manos.

No significa que ya haya ganado, pero si el rival llega con problemas, tanto mejor. Y los demás que aspiran al título, empiezan a considerar a La Roja un adversario “ganable”. Una situación completamente inesperada que puede repercutir en el Mundial. Ajenas al escándalo, las selecciones de Rusia y Arabia Saudita acapararán por primera vez en su historia todas las miradas del universo futbolístico.

Porque darán el cóctel de bienvenida y porque será el único juego de la jornada. (O)

Luis Rubiales nombró a Fernando Hierro en el lugar de Lopetegui. Hierro fue, como jugador, un líder excepcional, un Sergio Ramos sin el hacha. Seguro logrará transmitir su fibra.