Controles no detienen los contagios de COVID-19 en Quito

Quito –

El reforzamiento del control en siete parroquias de Quito no ha frenado el aumento de contagios de coronavirus.

El 17 de julio, cuando se reforzó la presencia de Fuerzas Armadas, Policía Nacional y del Municipio de Quito, había 929 casos en Chillogallo. El 29 de julio, cuando el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional, adoptó nuevas medidas de restricción, van 1181 contagiados.

El objetivo de una ley seca y aumentar el toque de queda, desde hoy y hasta el 12 de agosto, es bajar la presión en el sistema de salud que está saturado, reducir, en algo, la circulación y la aglomeración de fin de semana, según indicó la ministra de Gobierno, María Paula Romo.

Pero Paola Pabón, prefecta de Pichincha, señaló que las medidas no son suficientes. Planteó que la provincia debe parar entre 10 y 15 días hasta recuperar la capacidad de los hospitales, ahora saturados.

Romo ve un confinamiento total «casi imposible». Adujo que a más de cuatro meses del inicio de la pandemia, la respuesta de la población no es la misma que al inicio, pues han empezado a producirse enfrentamientos con quienes hacen los controles.

Agustín Albán, presidente del COE de Pichincha, indicó que hay lista de espera para hospitalización y cuidados intensivos. En el primer caso, afirmó que pasaron de 521 a 960 las camas y de 120 a 275 las de cuidados intensivos para la provincia. «Estamos a un nivel de saturación del sistema hospitalario de la provincia, saturados, lo cual no quiere decir que estamos dejando de atender», agregó Albán.

Según Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud, en Quito, Pichincha y otras localidades se logró una contención de la pandemia. Para realizar los controles, Chistian Rueda, vocero de la Policía, mencionó que se coordinará con gobiernos locales y más entes. (I)