Iván Granda, ministro de Inclusión Económica y Social: Es muy difícil una estrategia sofisticada en este momento

El ministro de Inclusión Económica y Social (MIES), Iván Granda, está enfocado en que el bono de contingencia por la crisis sanitaria y los kits de alimentos para los más pobres lleguen a su destino. Por ahora las iniciativas están enfocadas en cubrir a los sectores más vulnerables. Sin embargo, reconoce que aún no hay un plan para cuando pase la pandemia de coronavirus y aclara que, si bien hay políticas intersectoriales, él no puede responder por lo que hacen otros funcionarios.

 

¿En qué consiste el bono de contingencia que está impulsando?

Es una asistencia social y económica de $60 destinada a personas que viven el día a día; por ejemplo, a quienes se dedican al comercio ambulante o tienen una pequeña peluquería, un pequeño bazar…, y que tienen un ingreso menor a $400. Se pagará en abril y mayo en los corresponsales no financieros, que son los bancos del barrio y Mi vecino, para que la gente no se aglomere en los bancos.

 

¿Y luego de mayo qué les queda a los más pobres por parte del Estado?

Ahorita lo que estamos generando son estas dos políticas cortoplacistas vinculadas a la protección familiar a través del bono de contingencia y los kits de alimentos. Pero hay 1 425 000 familias que reciben algún tipo de asistencia social (los bonos y ayudas que ya existían antes de la crisis). También estamos trabajando en un modelo para el corto y mediano plazos, para las pymes (pequeñas y medianas empresas) y la economía popular y solidaria. Por ejemplo, una carta de crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por $50 millones y estamos hablando con el resto de organismos multilaterales.

¿La entrega del bono y de los kits, en ciudades como Guayaquil y otras de la provincia de Guayas, no podría generar problemas por la movilidad que requieren este tipo de iniciativas?

La gente tiene que comer. Las personas que viven del día muy difícilmente pueden adquirir alimentos. Por eso hemos diseñado estos planes a lo largo y ancho del país. Ayer no existieron colas, hubo orden y distancia social. Cobraron 12 169 personas en el todo el país. En Guayas, 3482 cobraron el bono de contingencia; 8238 el de Desarrollo Humano; 5798, de adultos mayores; 1754, el de personas con discapacidad. Es el único modelo posible armado en dos semanas.

 

¿No se ha pensado en otras alternativas que permitan llegar a las personas más necesitadas sin debilitar la disposición de mantener y extremar el aislamiento social?

Muchas de las personas que reciben el bono no tienen cuentas bancarias, ese es el problema. En ocasiones, ni siquiera tienen página web ni un correo electrónico, no saben manejar mecanismos tecnológicos… Es muy difícil tener una estrategia sofisticada en estos momentos, porque no lo van a poder hacer. Se debe tomar en cuenta que nadie estuvo preparado en el mundo para una emergencia como la que estamos viviendo. Luego, sin duda, el país ya no será el mismo.

Por eso estamos diseñando un plan para luego de la crisis de coronavirus. Si usted me pregunta si nos debemos quedar con los bonos, la respuesta es no, no solo con los bonos. Pero sin caja fiscal (dinero en el Estado) y sin crédito de los organismos multilaterales, no hay posibilidad de sostener una política de inclusión económica.

Cuando se acabe la crisis del coronavirus, seguramente, se tomarán las medidas respectivas desde la perspectiva laboral y social. Claro, eso también tendrá que ver con la disponibilidad de recursos económicos.

Sin embargo, Guayaquil está desbordada y reclama mayor atención inmediata en lo social, que incluye, entre otros temas, la salud y la protección de los más pobres…

Si mi gente no está llegando a los barrios con alimento, con cerca de 100 mil kits en Guayaquil, es mi responsabilidad. Si los médicos hacen su trabajo o no es algo que debe preguntarle al Ministro de Salud. Hay políticas sociales que están integradas, que se pueden transversalizar, y otras que no.

 

Usted dice que Guayaquil está desbordada y es el mundo el que está desbordado. ¿No lo está Italia, España, Estados Unidos?

Sin duda, pero nuestra mayor preocupación está acá. Y yo le estoy respondiendo desde la situación global. Esto no puede ser visto desde una perspectiva local. Y le estoy demostrando que establecimos un sistema de prevención de contagios para adultos mayores desde el 26 de enero, que estamos atendiendo a 107000 personas y que hemos creado un bono en dos semanas.

 

Varios expertos, especialmente de la salud, sostienen que hay una falta de articulación entre la política social y la de salud para atender a los más vulnerables desde los barrios, desde lo micro, para evitar la saturación de los hospitales.

Eso no es verdad. Nosotros tenemos en todo el país atención domiciliaria y de cuidados intermedios; en Cuenca, Quito, Guayaquil se atiende a personas en situación de calle con médicos del barrio a diario… Usted está confundiendo dos preguntas. S

i estamos coordinando hoy, la respuesta es que sí, estamos coordinando en el gabinete conjunto, en el Comité de Operaciones de Emergencia. Si usted me pregunta qué he hecho para ver en el futuro lo que se hace con el Ministerio de Salud, le digo que nada, porque este no es el momento. Hoy es momento de una articulación para la crisis.(I)