Financiamiento para investigación y desarrollo es limitado en Ecuador

El último informe sobre Ecuador de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que mide el nivel de innovación de los países, resalta aspectos positivos como una mejor infraestructura, pero indica también como negativo el reducido número de patentes que se registran y la nula inversión en capitales de riesgo.

Destinar más fondos para investigación y desarrollo es una necesidad. Según los últimos datos reportados al Banco Mundial, 0,44 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país se destina con esos fines. En otros países de América Latina como México es 0,49 %; Argentina, 0,53 %; y Brasil, 1,2 %.

La diferencia es abismal con las economías más desarrolladas, como Corea del Sur que destina 4,23 % del PIB; Israel, 4,25 %; Japón, 3,14 %; Alemania, 2,9 %; Estados Unidos, 2,7 %; y China 2,11 %.

Sin embargo, cada vez hay más publicaciones científicas del país en revistas indexadas, según el libro Biomedicina en Ecuador, contexto a futuro y memorias del segundo congreso en Loja de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) publicado este mes.

Ramiro Díaz, profesor de la USFQ, menciona que desde 1997 existen aproximadamente 230 publicaciones científicas en áreas de investigaciones biomédicas en Ecuador, según la base de datos Pubmed. De estas, 165 (72 %) se publicaron en los últimos cinco años.

Una de las limitaciones para hacer seguimiento al nivel de innovación es la forma dispersa y esporádica como se mide. En Ecuador se realiza la Encuesta de Actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación, cuyos últimos resultados se presentaron en 2015.

Esta indica que entre 2012 y 2014 se invirtieron $ 4.263,88 millones en innovación. El 74,4 % del financiamiento en ese periodo fueron recursos propios de las empresas y apenas 5 % correspondió al apoyo gubernamental. El 20,6 % eran recursos de la banca privada y de otras fuentes del exterior.

Sobre el grado de novedad de las innovaciones, apenas 2,9 % de los bienes o servicios habían sido fabricados o implementados por primera vez en el mercado internacional. La mayoría fueron innovaciones que se hacían por primera vez en las empresas y en el mercado nacional y consistían en la compra de maquinaria o mejoramiento de productos y servicios.

Un análisis de la OMPI mide este aspecto agrupando a los países según sus niveles de ingresos. Ecuador está en el grupo de los que tienen un nivel de ingreso medio alto, pero el desempeño de la innovación está por debajo de la expectativa, pese al nivel de desarrollo alcanzado. En América Latina solo Guatemala está más abajo y más arriba está República Dominicana y Paraguay.

México, Brasil, Colombia, Perú y Jamaica están entre las naciones donde la innovación va acorde con el nivel de desarrollo esperado. Y solo Costa Rica supera la expectativa.

Andrés Caicedo, director del Laboratorio de Investigación y profesor de la USFQ, menciona que las razones de las brechas entre países con un ingreso económico similar, pero con diferente producción científica yace en que las naciones con una mayor producción presentan un sistema y políticas que promueven el desarrollo y dan estabilidad a la investigación.

Que existen colaboraciones interinstitucionales y redes, una fuerte unión entre lo público, lo privado y acceso a financiamiento sin diferencias entre instituciones, salvo la selección y adjudicación de fondos basados en la calidad académica y del equipo científico postulante”, indica.

Además, en sectores como el agrícola se debería aumentar la asignación de fondos concursables no reembolsables para el financiamiento de programas y proyectos de investigación por parte de instituciones del Estado o de la empresa privada, asegura María Fernanda Calderón, docente de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).

La especialista también considera importante que haya una colaboración con las diferentes instituciones estatales para el establecimiento de protocolos y metodologías que puedan servir de insumos para el manejo y conservación de los recursos naturales.

«(Hay que) promover la cooperación entre el sector privado y la academia, mediante el establecimiento de líneas de investigación… Que los productores puedan reducir su carga impositiva por anexarse a programas de investigación aplicados y consensuados. Reforzar la colaboración entre los centros de investigación del gobierno y los centros investigación de la academia«, indica Calderón.

(I)