esperanza de vida

Ecuador es el tercer país de la región con mayor esperanza de vida

En Ecuador, la esperanza de vida ha subido de 49,2 años en 1950 a 77,9 años en 2022, según un estudio de la Cepal, que muestra las proyecciones de vida para los ecuatorianos. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

Ecuador es el tercer país de Sudamérica con la mayor esperanza de vida, según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), publicado en noviembre de 2022.

El organismo dice que en 2022 un ecuatoriano puede vivir, en promedio, 77,9 años frente a los 49,2 años que vivía en 1950 y a los 77,3 años de 2019.

Mientras que para 2100, esta esperanza de vida se extiende aún más y, en promedio, un ecuatoriano podría vivir hasta 89 años.

La esperanza de vida en Ecuador está solo por debajo de la que registran países como Uruguay y Chile, con 78 años y 79,5 años, respectivamente.

Estos tres países están por encima del promedio de la región, que tiene una esperanza de vida de 73,7 años.

En el otro extremo aparece Bolivia, donde los ciudadanos llegan a cumplir solo hasta 64,9 años, seguido de cerca por Paraguay, con 70,5 años.

Martha Fors, investigadora de la Universidad de las Américas, define a la esperanza de vida como la cantidad de años que un recién nacido puede llegar a vivir si los patrones de mortalidad no varían a lo largo de su existencia.

Agrega que el indicador aumenta con el paso del tiempo, debido a factores como el avance de la tecnología, mejores tratamientos médicos y mayor cobertura de vacunación.

Se suman la disminución y erradicación de la desnutrición infantil, el aumento de nivel de escolaridad y la universalización de la educación.

La Cepal señala, además, que la disminución de la mortalidad en la niñez en los últimos 70 años “ha desempeñado un papel fundamental en el aumento de la esperanza de vida en la región”.

La tasa de mortalidad pasó de 208,7 muertes por cada 1.000 nacimientos en 1950, a 22,9 en 2010 y a 15,6 en 2022.

“Estos factores han ayudado a que la esperanza de vida se recupere tras la pandemia de Covid-19”, puntualiza el organismo.

Esperanza de vida durante la pandemia

América Latina perdió 2,9 años de esperanza de vida durante la pandemia de Covid-19, lo que la convirtió en la región más golpeada por esa enfermedad.

La Cepal detalla que Ecuador fue el país que reportó los peores indicadores. Entre 2019 y 2020 perdió 5,1 años; seguido de México, con 4,1 años; y Bolivia, con 3,4 años.

Entre marzo de 2020 y abril de 2021, Ecuador registró más de 57.000 muertes en exceso, una de las cifras más altas del mundo.

«La pandemia aún no ha terminado y todavía no sabemos el impacto final que tendrá sobre la región», dice el organismo.

Sin embargo, explica que la esperanza de vida volverá a niveles prepandémicos recién en 2025. Aunque aclara que el ritmo de recuperación dependerá de las muertes sufridas en 2020 y 2021, así como de la cobertura de la vacunación.

Hombres vs. mujeres

Investigaciones internacionales coinciden en que la esperanza de vida de las mujeres es mayor a la de los hombres.

La Cepal sostiene que en Sudamérica, los hombres viven 70,6 años, mientras que la edad en las mujeres llega a los 77 años.

¿Cuáles son las razones? La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que hay factores genéticos masculinos que acortan la vida.

El cromosoma Y, que produce la testosterona, estaría relacionado con el incremento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. En las mujeres ocurre todo lo contrario, pues los estrógenos reducen los niveles de colesterol malo e incremental el colesterol bueno.

A esto se suman los comportamientos y hábitos que determinan que las personas vivan más o menos años.

«Por lo general, los hombres se mueven más por impulsos y necesidades de vivir emociones fuertes, y son estos los que mueren más en accidentes de tráfico o deportes de riesgo», dice la OMS.