combustible en los coches híbridos

Contenido del combustible en los coches híbridos

Contenido del combustible en los coches híbridos. Los coches híbridos han ido avanzando constantemente, y con ellos su tecnología a modo de combustible. Lejos quedan los tiempos de cuando Toyota lanzó en 1997 el que fuera la semilla de un segmento que no ha parado de crecer, y que en más de una ocasión le ha puesto las cosas difíciles a los convencionales. Pero, ¿cuál ese combustible que utilizan en conjunto con los motores eléctricos? Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram  ingresa al siguiente enlace.

 

Contenido del combustible en los coches híbridos

Desde mediados de los años 20 del siglo pasado los coches híbridos estuvieron fuera de la palestra durante muchos años. Hay que esperar hasta mediados de los años 60, cuando la humanidad empieza a darse cuenta de las consecuencias de la contaminación y que ésta se está volviendo incontrolable.

 

Los coches híbridos no han dejado de evolucionar

Es a partir de ahí cuando, con la recomendación de Estados Unidos en 1966 para el uso de coches eléctricos o híbridos para reducir la contaminación ambiental, las firmas tradicionales de combustible empiezan a preocuparse. La industria comienza a moverse tímidamente. Entonces, el ingeniero eléctrico Victor Wouk dijo que el futuro no estaba en el motor eléctrico, sino en el híbrido gasolina-eléctrico. Le valió de muchas críticas, pero hoy la historia le da la razón.

Con todo, los vehículos iban pasando poco a poco a una fase en la que se sabía que en algún momento iban a sucumbir al mundo de la automoción, planteando un sistema no tan revolucionario, pero sí novedoso para aquella época. Es por eso que el combustible, tanto los de puramente gasolina como los de diésel, vieron que estaban ante una situación de la que tenían que adaptarse a toda costa.

Fue entonces cuando en 1974 Toyota da con la semilla, la patente de lo que en 1994 se convertiría en el primer motor híbrido de la marca nipona. Pero no es hasta 1997 cuando nace el primer automóvil con motor híbrido, el Prius que hoy conocemos. Esto dio para mucho recorrido, hasta el punto en que en la actualidad es posible encontrarse con diferentes tipos de este segmento… y también con varias formas de combustible como carburantes.

 

La fuente de energía del coche híbrido

Así, los denominamos híbridos cuando estos son impulsados por dos motores que pueden ser de distinta naturaleza: por ejemplo, un motor de combustión interna y uno (o hasta dos) de tipo eléctrico. Con esta configuración, el coche puede aprovechar ambas fuentes para obtener energía y moverse de forma económica, sin sacrificar su rendimiento. Cabe mencionar que el vehículo puede circular tanto en combinación de ambos motores o en forma puramente eléctrica.

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En su caso, la energía que utilizan estos vehículos de tecnología híbrida los hace funcionar de una manera muy similar a los vehículos tradicionales, de modo que queman gasolina y emiten gases a la atmósfera. Por lo que sí; a pesar de que mantienen un sistema a modo de motor eléctrico, y de lo que contaminan menos que uno tradicional, no son cero emisiones.

Eso permitirá, por su parte, que consigamos con él una mayor eficiencia del uso de combustible. Es decir, que no tendremos que repostar tan a menudo como con un coche tradicional, con el consiguiente logro de realizar más kilómetros en su mayor función. Eso nos lleva hasta los variados compuestos de carburantes.

 

Tipos de combustible

Las preferencias del conductor determinarán el trabajo de los motores. Por ejemplo, si se requiere una máxima potencia, el motor de gasolina entrará en funcionamiento, mientras que, para una velocidad media, el motor eléctrico puede bastar y se acuda al excedente de energía almacenada.

Ahora bien; gracias a que han sufrido distintas evoluciones en los últimos años, y de manera paralela a los vehículos 100% eléctricos, han ido surgiendo cada vez más nuevas formas para que la energía en forma de no sea exclusivamente desde el gasoil o gasolina. Y es que, dependiendo del principio de funcionamiento de los motores (híbridos en serie, híbridos combinados o híbridos en paralelo), o de la combinación de tecnologías (diésel-eléctrico o gasolina-eléctrico), disponemos de diferentes soluciones. Y es ahí donde entran los también considerados híbridos GLP o GNC.

Gracias a su buena acogida, y de la que han sido muchos los fabricantes que han adoptado nuevas herramientas para su movimiento, podemos decir que cada uno de ellos consigue funcionar de la manera más eficiente. Y todo a partir de mezclas que hacen de ellos el que puedan ser propulsados con claras ventajas. En el caso de los GLP o GNC, de gas licuado del petróleo y de gas natural comprimido, dos alternativas cada vez más utilizadas que se suman al combustible de gasolina y diésel.

 

Gasolina

Los coches híbridos a gasolina han sido los más populares, bien por sus prestaciones, por su funcionamiento en los coches utilitarios… y también por su precio. De hecho, en los primeros años de los que surgieron este tipo de vehículos, como el mencionado Toyota Prius o los Honda Civic y Audi Duo, se sitúo como la mayor preferencia.

Hoy, su eficiencia es muy grande gracias a dos cosas complementarias: el downsizing y el turbo. Gracias al segundo podemos disponer de motores más pequeños que, en la práctica, nos dan la misma potencia que otros motores menos eficientes, más grandes y que consumen más.

En el caso del downsizing, este es un exitoso sistema que consiste en la reducción del tamaño y la cilindrada de los motores para reducir el consumo y las emisiones manteniendo o aumentando la potencia. Muy particular en los coches híbridos que funcionan con combustible de gasolina (no tanto en los diésel), su movimiento se dio por la industria debido a la búsqueda del consumidor de un consumo más bajo. Funcionan realmente bien cuando se utilizan dos motores eléctricos.

 

Diésel

Al igual que en los coches convencionales, también damos con los vehículos de función híbrida en el que su funcionamiento se basa desde el combustible del diésel. Son motores de gasóleo que tienen un rendimiento superior a los de gasolina, ya que el combustible empleado produce más calorías por unidad de volumen en los régimenes en los que trabaja. Tenemos, a su vez, que el gasóleo casi siempre es más económico que la gasolina.

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De gran consideración en el segmento combinado de motores, son una opción muy a tener en cuenta en parte por el aumento de rendimiento en la inyección directa, sobrealimentación, o culatas multiválvula, entre otras. Un punto muy a favor de ello es que se complementa a la perfección con una tecnología híbrida que en sí es sinónimo de fiabilidad por la sencillez mecánica del motor eléctrico y a lo que se ha avanzado en baterías y sistemas de control.

Entre los puntos a tener en contra, es que los de diésel tienen más impurezas, por lo que, al quemarse, se convierten en partículas. En esas, es justo mencionar que un híbrido diesel siempre emitirá más partículas que un híbrido gasolina.

 

Gas Licuado del Petróleo (GLP)

También, y surgidos como una alternativa cada vez más tenida en cuenta por las marcas y fabricantes, es que estos coches híbridos también están avanzando porque lo hagan con combustible a gas. Tanto de licuado del petróleo, conocido como GLP, como en los de gas natural (GNC).

Sobre los primeros, se trata del gas Licuado del Petróleo, donde son coches que funcionan con una mezcla de butano y propano con una composición, características y proporciones que lo convierten en apto para la automoción. Lo hacen con un único motor de combustión, pero pueden quemar tanto gasolina como gas, más limpio y económico y, por tanto, beneficiado de la etiqueta ECO. En su caso, resalta porque es un carburante del utiliza propiedades iguales que un propulsor de gasolina.

Cada depósito de gas dura menos que uno de gasolina o gasoil, pero si no se es un conductor que apura hasta el último momento, apenas se necesitará repostar gasolina más que unas pocas veces al año. En el caso de nuestro país, los coches de GLP cuentan con varias ventajas si se comparan con los de gas natural (mayor oferta de vehículos y más estaciones de repostaje) o a los de combustible tradicional (menor coste de combustible por kilómetro).

 

Gas natural comprimido (GNC)

En su lugar, también encontramos los coches híbridos que funcionan con gas natural comprimido, un tipo de combustible que se alinea con este tipo de tecnología combinada con grandes resultados, tanto de rendimiento como de eficiencia.

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Los coches a GNC tienen al menos dos depósitos de combustible y dos bocas de rellenado: la de la gasolina y la del gas. Para acumular el gas natural este se almacena en uno o más tanques cilíndricos que lo acumulan a presión.

Este Gas Natural Comprimido es fundamentalmente metano. Es menos denso que el aire, así que en caso de fuga de los tanques se dispersa y ventila con cierta facilidad. Molecularmente hablando contiene una mayor proporción de hidrógeno frente al carbono que la gasolina, el gasóleo o el GLP. Esto hace que sea más limpio que el carbón, fuel, gasolina, gasóleo y GLP.