Cargar el móvil en el coche es lo peor que puedes hacer
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Por qué cargar el móvil en el coche es lo peor que puedes hacer
Cargar continuamente el teléfono móvil en el coche no es la mejor solución para la salud de la batería. Es una solución práctica que nos puede sacar de algún apuro, pero si se convierte en la norma puede hacer aparecer ciertos inconvenientes.
Vamos a repasar cuáles son estos inconvenientes, tanto si tu coche tiene la clásica carga por cable mediante USB como si es más moderno e incluye una base de carga inalámbrica.
Cargar en el coche es práctico, no recomendable
La inclusión de una ranura USB en nuestro vehículo es sin duda una de las principales comodidades de los coches de los últimos años. Estas pueden servir para reproducir música a través de un pen-drive, pero muchos son los que la utilizamos para conectar un cable y cargar nuestro teléfono móvil. ¿Es lo adecuado? No precisamente.
Los puertos USB de los coches fueron diseñados para trabajos que no requieren mucha potencia y que no necesiten de una transmisión constante de energía. El amperaje también es inferior a lo que requieren los dispositivos actuales, que están sobre los 2 o 3 amperios, provocando que se recarguen muy despacio. Las recargas muy lentas, al igual que las muy rápidas, deterioran rápidamente la batería.
Casi todos los teléfonos del mercado disponen de baterías de iones de litio. Estas sustituyeron progresivamente los materiales anteriormente utilizados, principalmente las de níquel-metal hidruro y las de níquel-cadmio, que ofrecían ciclos de carga muy limitados y con una vida útil demasiado escasa. Entre las desventajas o puntos débiles encontramos la extrema sensibilidad a las temperaturas. Esto puede hacer que, si el habitáculo está excesivamente caliente o frío, sea cero recomendable la carga en el coche.
También estos materiales de la mayoría de baterías actuales si se exponen a una sobrecarga (mucho tiempo enchufadas), una subida de la temperatura del terminal puede hacer que prendan fuego, ya que el disolvente orgánico de sus celdas es altamente inflamable. Relacionado con esto podemos encontrar otro de los handicaps de cargar el teléfono en el coche: usar cables no apropiados.
Muchos usuarios utilizan cables de carga no originales para cargar el teléfono en el puerto USB del coche. En mi caso, incluso me vino un kit de cables incluido en los accesorios del coche nuevo como cortesía del concesionario. El problema es que estos cables, además de una carga lenta, generan problemas a la circuitería del dispositivo y tampoco desconectan la salida de corriente en cuanto detectan que la carga está completa. Esta corriente puede acabar degradando la batería y reduciendo su vida útil.
Inconvenientes de los cargadores inalámbricos
Aunque reducen en gran medida muchos de los problemas anteriormente descritos, los cargadores inalámbricos y las bases que ya integran muchos modelos no estás exentas de problemas. Principalmente, en la carga por inducción, el teléfono tiene que trabajar más.
Además, genera más calor y recolecta más energía para poder llenar una batería del mismo tamaño. Según los cálculos por ejemplo de OneZero, hace falta un 47% más de energía para cargar de 0 al 100% un teléfono móvil comparado con la carga por cable.