Call of Duty Advanced Warfare – REVIEW

Mucho se ha hablado de Call of Duty Advanced Warfare, sobre todo después del aparente declive de la serie en los últimos años. Sin embargo, desde que esta nueva entrega se anunció de manos de Sledgehammer Games hemos querido volver a creer en una de las series de acción más importantes de la historia del videojuego. No es solo su ambientación futurista, su propuesta en constante evolución o el constante optimismo que Glen Schofield y Michael Condrey exudan cada vez que hablan de su ‘pequeño’, hay algo más.

Quizás sea culpa de haber tenido tres años de desarrollo, puede que parte del mérito sea de lo aprendido al trabajar con Infinity Ward en Modern Warfare 3 o quizás nos estemos equivocando. El caso es que Call of Duty: Advanced Warfare nos ha parecido el mejor título de la serie en los últimos años a casi todos lo niveles. Y eso, hablando de una serie que ha revolucionado el mundo de los juegos de acción en primera persona, es mucho decir. Por otra parte es difícil explicar ese ‘algo’ especial del título de Sledgehammer. Digamos (de momento) que da buenas vibraciones desde el primersegundo.

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Pero lo hace sin renovar la fórmula de base, contentándose con ofrecer las mismas tres patas de todo Call of Duty en los últimos años, modo campaña, cooperativo para cuatro jugadores y modo multijugador. Cada uno de ellos entendido de una manera completamente independiente a los otros, con sus propias normas y mecánicas, pero con un denominador común que es el que cambia la cara de Call of Duty: Advance Warfare, el traje Exo. Bajo este peculiar nombre se esconde una armadura que potencia las habilidades de nuestro soldado en todos los modos de juego, permitiéndonos hacer dobles saltos, deslizarnos en aire y tener poderes más propios de los héroes de cómic que de un marine o un soldado real.

En la práctica amplía las posibilidades clásicas de Call of Duty de una manera inimagible, dotando a la acción en cualquiera de sus modos de juego de una verticalidad y una flexibilidad que pocas veces hemos visto (ni siquiera en Titanfall, por mucho que algunos se obcequen en ver paralelismo entre los dos títulos). Los combates en Call of Duty: Advanced Warfare son más rápidos y frenéticos que nunca antes, ya que en primer lugar se eliminan las limitaciones de terreno por culpa de las habilidades de los soldados. Por otra parte se añaden nuevas capas de sofisticación que ayudan a hacer más variada la experiencia en todos y cada uno de los modos de juego disponibles.

Pero vayamos por partes, empezando por el modo campaña. Una vez más nos encontramos ante la típica propuesta lineal de la serie, aunque esta vez hay cambios que contribuyen a hacer más rica la experiencia. Quizás al que más importancia se le ha dado hasta ahora es a la parte argumental, que nos situa en un futuro próximo en el que las corporaciones militares privadas comienzan a tener tanta fuerza como los ejércitos. Nosotros empezamos como un simple marine un una misión en Corea. Tras ella los hechos se precipitan (no queremos spoilearos ninguna de las pequeñas sorpresas que os aguardan) y acabamos dentro de la corporación Atlas, cuyo lider es Jonathan Irons (interpretado magistralmente por un Kevin Spacey que parece que sigue metido en su papel de House of Cards). Un personaje lleno de fuerza que no duda en hacer lo que cree conveniente para su país, sin tener que subyugarse a las normas gubernamentales. Todo ello ambientado en un clima geopolítico plausible que da aún más credibilidad a la trama.

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