Aníbal Fuentes, artesano de Las Carmelas, en Tena, hace utensilios de madera como sus ancestros

Salcedo –

Aníbal Fuentes es del recinto Las Carmelas, cantón Tena, provincia de Napo, Amazonía ecuatoriana. Él recorre diferentes ferias de Ecuador con el propósito de comercializar y dar a conocer la variedad de artículos que hace con madera.

“Nuestra labor en la ganadería y piscicultura se combina con la elaboración de las artesanías en aliso”, cuenta.

Bateas para amasar la harina para el pan o para las tortillas, tal como hacían los antepasados, además de la tradicional mama cuchara –como las que aún utilizan las abuelitas para preparar los alimentos en ollas grandes cuando las familias se reúnen– son parte de los productos que hace y ofrece.

También están las tablas, los bolillos y una variedad de cucharas (de diversos tamaños y modelos), que elaboran de forma manual y con las técnicas de sus antepasados.

Comenta que su padre le enseñó a fabricar estas artesanías, tal como hicieron sus abuelos con su progenitor.

“Esta es una herencia que se transmite de generación en generación, porque además de ser un medio de vida, es con lo que nuestros ancestros realizaban las tareas en los hogares y nosotros los seguimos cultivando”, afirma Fuentes.

Comenta que en Las Carmelas todavía existen familias que utilizan estos artículos como parte de su vida diaria, pues con ellos preparan todos los alimentos. Y él cuando tiene oportunidad sale a los mercados de otras ciudades y provincias para mostrar su arte.

Asegura que en las ciudades la gente compra los artículos de madera principalmente para adornar las casas. Aunque también están las personas que las adquieren para usarlas en la cocina, como hacían los antepasados. Los precios de sus productos van desde $1, depende del tamaño de este.

Destaca que para no afectar el entorno natural del recinto los miembros de la asociación en Las Carmelas siembran y cuidan las plantas de aliso. Así se aseguran de tener la materia prima para la elaboración de los utensilios de madera.

Son 18 los colonos que forman la organización. Ellos luchan para que no se pierda la tradición de sus ancestros. Por eso replican los conocimientos a sus hijos y nietos, quienes ya conocen este arte.

Cuando hay ferias artesanales en otras ciudades del país, los miembros de la asociación acuden de manera alternada. Así dan a conocer todos los trabajos que hacen. (F)