Xiaomi 13, análisis

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Xiaomi 13, análisis: romper con el pasado, a veces, es buena idea

Ya conocíamos tanto el Xiaomi 13 como el Xiaomi 13 Pro y teníamos muchas ganas de hincarles el diente en occidente para ver qué tal la colaboración entre Xiaomi y Leica, pero también para comprobar si el asalto a la gama premium fue flor de un día con los Xiaomi 12.

Llevamos una semana con ellos y mi compañero Ricardo ha analizado el Xiaomi 13 Pro, un móvil superambicioso en todos los aspectos. Por mi parte, voy con la review del Xiaomi 13 que sí, es algo más contenido en tamaño y especificaciones, pero tiene sus armas para plantar cara a OPPO, Samsung y Google.

Ficha técnica del Xiaomi 13

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Diseño: premium por los cuatro costados, pero un paso atrás en comodidad

El Xiaomi 13 demuestra que no es necesario irnos a los 16 centímetros para encontrar móviles premium. Está en la misma familia que el Google Pixel 7 o el Samsung Galaxy S23 (este último algo más pequeñito) de móviles que podrían pasar por ‘premium’ debido a los acabados, pero que son los nuevos compactos.

Xiaomi sigue sin comprometerse con la continuidad en lo que a diseño se refiere y, de la pantalla curva y la trasera de cristal texturizado del Xiaomi 12, pasamos a pantalla plana y cristal brillante en este Xiaomi 13.

La pantalla me encanta y ahora te hablaré de ella, pero la trasera, aunque llamativa, es un imán para las huellas. Si lo llevas sin funda lo vas a tener sucio a la mínima, pero bueno, tienes el protector de cortesía en la caja y no es de mala calidad.

Eso sí, si te atreves, te recomiendo llevarlo sin protector porque el tacto de los laterales de aluminio y de la trasera, pese a lo que supone a nivel de suciedad, es excelente..

Considero que es un paso atrás en comodidad respecto al del año pasado, ya que la curvatura de la pantalla y la fusión de la trasera con los cantos (que ahora son planos) hacía que fuera más cómodo entre manos, pero es innegable que está en la gama alta.

Los botones, la relación pantalla/frontal del 89,4% (según GSM Arena) es llamativa, la simetría entre la barbilla y el marco superior, todo está muy cuidado y, además, por fin tenemos certificación IP68. Era algo que echamos de menos el año pasado y que no tenía sentido que, teniendo en cuenta que quieren estar en la gama TOP y sus rivales lo tienen, siguiera fuera de la ecuación.

Y bueno, en la parte superior seguimos teniendo los micrófonos y el emisor de infrarrojos que Xiaomi se resiste a abandonar. Siempre está bien tener más opciones y hay formas de sacarle partido.

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Pantalla: la moda de las pantallas planas en esta gama me alegra el corazón

Vamos a la pantalla porque es uno de los puntos más importantes de un móvil (y al que le saco muchísimo partido porque veo mucho contenido). Xiaomi no ha reciclado el panel de la generación anterior y aquí tenemos un pelín más de diagonal, más brillo y mi cambio favorito: una pantalla plana.

Se trata de un OLED de 6,36 pulgadas que cuenta con resolución FullHD+. Esto se traduce en 2.400 x 1.080 píxeles y no niego que me habría gustado contar con QHD+, pero bueno, eso parece reservado a los hermanos ‘Pro’ en casi todas las familias.

El refresco es de 120 Hz y no tenemos panel LTPO (que también es para los ‘Pro’).

Aquí puedes elegir 60 o 120 Hz, pero también un modo automático que, por mis pruebas, no funciona mal, así que es el que he terminado dejando. La respuesta es excelente, se nota a la hora de jugar y me encanta que el acabado sea plano.

Esto es una preferencia estrictamente personal, pero te ahorras las sombras de la curvatura, las zonas raras con brillos extraños, que haya parte de la interfaz de algunas apps que se ‘doble’ y, sobre todo, los toques accidentales. Me alegra mucho que Xiaomi haya hecho este cambio que, por otra parte, cada vez vemos más en móviles de esta gama.

El brillo también ha aumentado considerablemente. Según el fabricante tenemos 1.200 nits con picos (puntuales bajo condiciones muy específicas) de 1.900 nits. Esto se traduce en que vas a ver perfectamente la pantalla en la calle un día soleado. Ahora bien, el sensor de brillo automático, o el software que lo controla, tiene problemas.

En la calle hay veces que no pone el brillo al máximo

Y tengo que estar regulándolo manualmente y en casa, en un ambiente nocturno con solo una luz auxiliar y la tele iluminando el salón, el brillo se queda demasiado alto.

Más allá de eso, metiéndonos en el software tenemos bastantes posibilidades a la hora de configurar la paleta de colores. Está el modo saturado, el original y los ajustes avanzados que nos permiten definir diferentes perfiles basados en P3 y sRGB.

También puedes configurar la pantalla siempre encendida (con una gran personalización marca de la casa) y funciona bien. Llegan las notificaciones, tenemos el doble toque para despertar y, en definitiva, es una pantalla que me ha gustado. Eso sí, hay que pulir el sensor de brillo porque termina siendo molesto tener que ir graduando algo que debería funcionar perfectamente en automático.

Sonido: banda sonora mientras estás en la ducha, pero ojo con subir al 100%

El Xiaomi 13 cuenta con un sistema estéreo. Era algo que esperábamos, a estas alturas de la película, de un móvil de esta gama. Además, Xiaomi se ha caracterizado por introducir un doble altavoz en prácticamente todas sus gamas. La calidad me parece buena y tiene un volumen bastante alto, pero no lo subiría más allá del 80%.

En la mayoría de teléfonos, cuando superas el 80% los graves se diluyen y los agudos son muy estridentes. Aquí no estamos ante una excepción.

Rendimiento: el Snapdragon 8 Gen 2 es una bestia si se acompaña de una buena disipación

El Snapdragon 8 Gen 2 es el mejor System on a Chip que Qualcomm ha diseñado en unas cuantas generaciones. Tras el decepcionante 8 Gen 1 fabricado por Samsung que era un desastre controlando tanto el consumo como la temperatura y un Snapdragon 8+ Gen 1 -fabricado por TSMC- que arreglaba los problemas del anterior, llega un 8 Gen 2 que es una auténtica maravilla.

Ya lo hemos probado en el Samsung Galaxy S23 Ultra

En el Galaxy S23+ y en el OnePlus 11 y las sensaciones no pueden ser mejores. No hay estrangulamiento térmico, no se calienta en cuanto entras al menú de un juego y el rendimiento es bestial.

Nosotros tenemos la versión con 12 GB de memoria RAM (más tres GB virtuales que sirven de poco) y 256 GB de almacenamiento. Como cada vez es más habitual en móviles de ciertas gamas, no vas a poder ampliar este almacenamiento mediante microSD.

Hay versiones de 128 GB, 256 GB y 512 GB, así que elige bien tu versión porque, además del espacio disponible para instalar, el estándar del almacenamiento es distinto. Esto lo hemos visto ya en varios modelos y, mientras los módulos de 128 GB son UFS 3.1, los de 256 GB en adelante son UFS 4.0, más rápidos tanto en lectura como en escritura.

Pero bueno, dicho esto, vamos a pasar a los tradicionales test sintéticos. Cuando hablamos del rendimiento de un smartphone no nos basamos solo en los numeritos de los test, pero lo cierto es que nos permiten ver comportamientos extraños entre terminales con el mismo SoC y, sobre todo, comprobar fácilmente si hay estrangulamiento térmico.

XIAOMI 13

XIAOMI 13 PRO

ONEPLUS 11

IPHONE 14 PRO

SAMSUNG GALAXY S23+

XIAOMI 12

ASUS ZENFONE 9

PROCESADOR

  • Snapdragon 8 Gen 2
  • Snapdragon 8 Gen 2
  • Snapdragon 8 Gen 2

Apple A16 Bionic

  • Snapdragon 8 Gen 2 (for Galaxy)
  • Snapdragon 8 Gen 1
  • Snapdragon 8+ Gen 1

RAM

12 GB

12 GB

16 GB

6 GB

  • 8 GB
  • 8 GB
  • 8 GB

GEEKBENCH 5/6 (SINGLE/MULTI)

1.422 / 5.173 (6)

2.019 / 5.308 (6)

1.176 / 4.960 (5)

2.508 / 6.306 (6)

2.019 / 5.308 (6)

1.120 / 3.531 (5)

1.317 / 3.944 (5)

3D MARK WILD LIFE UNLIMITED

11.101

11.325

14.018

12.344

14.250

9.526

3D MARK WILD LIFE STRESS UNLIMITED

11.186 / 11.171

11.125 / 11.036

14.250 / 11.186

12.344 / 7.931

14.018 / 13.968

10.892 / 8.166

PCMARK WORK

14.350

16.344

11.406

15.823

13.097

16.243

Como puedes ver, aquí tenemos un rendimiento en la línea del resto de móviles que hemos probado con Snapdragon 8 Gen 2, pero lo más interesante son las pruebas de rendimiento sostenido que nos permiten ver si hay thermal throttling en el SoC.

La primera prueba es la de la aplicación que pone a tope el hardware durante un periodo de tiempo y nos muestra de forma muy visual cómo rinde el procesador y la GPU bajo presión.

El resultado es muy interesante porque antes del Snapdragon 8 Gen 2 solíamos ver que el rendimiento iba bajando poco a poco, en algunos casos de forma extrema, pero en la gráfica del Xiaomi 13 tenemos picos de casi el 100% durante los 15 minutos que dura la prueba.

También

Otro test que hemos querido hacer es el del ‘loop’ de 3D Mark. Se trata de un test que pasa varias veces la misma prueba (20 repeticiones) para ver el estrés de la GPU al repetir tareas pesadas.

No puedo describir mi cara de sorpresa al ver el resultado: un 99,9% de estabilidad. Cuando fui a ver los resultados numéricos de cada prueba vi que no era un error, sino que en cada vuelta había una cifra distinta, pero todas comprendidas entre los 11.171 puntos y los 11.186 puntos.

Estos test me gustan bastante porque suelen ser representativos del día a día cuando jugamos, por ejemplo, y aquí lo cierto es que no he tenido calentamiento apreciable en títulos como ‘Genshin Impact’ o ‘Call of Duty Mobile’ con los gráficos y los FPS al máximo.

En ‘Genshin’, que es un devorador de recursos, consigo una cifra muy cercana a los 60 frames por segundo. Es una barbaridad y me muevo entre los 55 y los 60 FPS. Esa constancia hace una generación en Android era impensable (y más con la excelente respuesta térmica de este SoC).

También

Unido a la buena respuesta del panel estamos ante una auténtica bestia para jugar y tengo curiosidad por ver cómo los móviles gaming, que traen mejores sistemas de disipación, podrán estirar las capacidades del Snapdragon 8 Gen 2.

Y algo curioso es que los Snapdragon 8+ Gen 1 se me calentaban más, dependiendo del móvil, jugando a Xbox Game Pass por streaming que a títulos locales. Aquí, tras media horita a Forza Horizon 5, el Xiaomi 13 seguía bastante fresco. Hay que aplaudir tanto a Qualcomm por la eficiencia del SoC como a Xiaomi por el sistema de disipación.

Antes de pasar a hablar del sistema, no quiero pasar por alto el sensor de proximidad. Estos últimos años hemos sido bastante críticos con esto porque Xiaomi prescindió de un sensor físico y optó por uno por software que, ciertamente, no funcionaba bien.

Ahora tenemos un sensor de proximidad que apaga la pantalla en cuanto ponemos algo delante y es curioso que tengamos que comentarlo como algo positivo, ya que era un jardín en el que se metieron ellos solitos

Sistema: MIUI 14 sigue siendo una capa muy asiática, aunque los cambios internos se notan para bien

Como era de esperar, el Xiaomi 13 llega completamente actualizado a Android 13 y con la nueva versión de MIUI. Hace unos días te contamos las novedades de la MIUI 14 y se nota que es una capa que se ha renovado pensando, sobre todo, en el rendimiento.

Más que una renovación, de hecho, te diría que es un ajuste interno porque prácticamente todos los cambios juegan a favor del rendimiento y a estabilidad. No he tenido bugs importantes, no he sufrido cuelgues y la experiencia con el terminal ha sido perfecta esta semana.

La fluidez es extrema, cambiar de aplicación deslizando el dedo sobre la barbilla es una gozada y, aparte del rendimiento, si te gustan los sistemas personalizables vas a disfrutar de lo lindo. MIUI 14 hereda toda la personalización de la versión anterior, con un montón de temas y nuevos widgets bastante interesantes.

También

Game launcher sigue siendo un acierto si te gusta jugar en el móvil por las opciones de rendimiento, por los atajos a aplicaciones y porque te deja ver en tiempo real el rendimiento del terminal a través de una gráfica. El modo de ahorro de batería funciona genial y no he tenido bugs con apps que se quedan consumiendo de más..

Aunque como comentaba no he tenido bugs importantes, alguno hay. TikTok deja pillado el brillo en ocasiones. Me da la sensación de que sube un poco automáticamente cuando entro en la app y no me molesta, pero cuando salgo se mantiene igual. Tengo que bajar la barra de herramientas y pulsar un par de veces en el icono de brillo automático para que vuelva a su lugar.

También

Y cuando me llegan mensajes de Telegram y otras apps mientras veo un vídeo de YouTube, la tarjeta de notificación es transparente y es complicado ver el contenido. Realmente, no es algo que afecte notablemente a la experiencia y MIUI se ha ido puliendo estos últimos meses, por lo que esperamos mejoras en próximas actualizaciones

Sigue siendo una capa recargada que está más pensada para el mercado chino y, además, en cuanto lo enciendes te chocas con una cantidad ingente de bloatware. Que sí, que se puede desinstalar fácilmente, pero hay muchísimas aplicaciones de inicio.

Biometría: aunque no me chifla la ubicación del sensor, no me ha dado ningún fallo

En el desbloqueo biométrico no encontramos sorpresas: tanto el reconocimiento facial como el lector de huellas bajo la pantalla funcionan de forma precisa y rápida. El desbloqueo facial se realiza con el tradicional sistema 2D es veloz, pero al tratarse de una mera “foto” no es tan seguro como los sistemas 3D.

Por su parte, el lector de huellas en pantalla me ha gustado por la fluidez al desbloquear gracias al reconocimiento y a la animación de MIUI, pero me habría encantado que estuviera algo más centrado y no tan pegado a la barbilla. Al ser un móvil más compacto no hay que hacer un gesto exagerado con la mano, pero aun así habría sido más cómodo un poco más arriba.

Autonomía: 4.500 mAh que dan para pasar el día con un uso avanzado

Las especificaciones de la batería son exactamente iguales que las que vimos en el Xiaomi 12. Tenemos una batería de 4.500 mAh con una carga por cable de 67 W con, Xiaomi todavía lo mantiene así, el cargador en la caja.

Sin embargo, he visto una mejora respecto a lo que pude comprobar el año pasado en la generación anterior. Con el Xiaomi 12 apenas llegaba a las cinco horas de pantalla en un día no muy movido. Si tenía muchas notificaciones y jugaba un poco, el móvil moría con cuatro horas/cuatro horas y media, de pantalla.

Ahora tampoco es que sea una exageración, pero he tenido en un día normal (y con bastantes notificaciones tanto de trabajo como de redes) cinco horas 42 minutos de pantalla con un total de 30 horas 28 minutos lejos del cargador. Básicamente desde las 8:00 hasta las 14:30 del día siguiente.

Si a mí me ha durado eso, y si no juegas, seguro que como mínimo podrás llegar a las seis horas de pantalla, que está bastante bien teniendo en cuenta el brillo y la capacidad de la batería. Ahora bien, un día en el que salgas a hacer fotos o juegues, te vas a quedar sobre las cinco horas de pantalla.

La carga de 67 W te permite un empujón interesante en muy poco tiempo con una carga total en 41 minutos. Te dejo cuatro tramos para que te hagas una idea:

  • 15% en 3 minutos
  • 50% en 15 minutos
  • 75% en 25 minutos
  • 100% en 41 minutos

Y también tenemos carga inalámbrica de 50 W y carga inversa de 10 W. La opción de la carga inversa está algo escondida en los ajustes de batería, pero no tienes que irte ahí para activarla porque tienes un botoncito en la barra de herramientas.

Cámaras: nuevo y confuso estilo ‘made by Leica’

Vamos al punto álgido de esta review porque sí, un móvil puede ser perfecto en todos los apartados, pero si las cámaras pinchan, hay mucha competencia que lo hace bien. Aquí puedes estar tranquilo porque las cámaras del Xiaomi 13 Pro te van a dejar satisfecho, pero no son perfectas.

Antes de ver ejemplos y la aplicación, vamos con el detalle de las cámaras traseras y la aplicación. Tenemos la misma configuración que en el 13 Pro, pero bajan los megapíxeles y el tamaño de los sensores:

  • Principal: sensor de 50 megapíxeles con apertura f/1.8 y un tamaño de 1/1,49 pulgadas. Fotodiodos de 1 µm, estabilización óptica y una equivalencia focal a 23 milímetros.
  • Teleobjetivo: 10 megapíxeles con apertura f/2.0 y un tamaño de 1/3.75 pulgadas con fotodiodos de 1 µm. Estabilización óptica y 3,2 aumentos que equivalen a un 75 mm.
  • Gran angular: 12 megapíxeles con apertura f/2.2 con un sensor de 1/3,06 pulgadas y fotodiodos de 1,12 µm. Cubre 120º y es equivalente a un 15 mm.

Además

Leica se encarga de dotar de dos “estilos” a las tomas con las diferentes cámaras. Tenemos un estilo ‘Authentic’ y otro ‘Vibrant’ de los que te hablaré más adelante, pero te adelanto que los nombres engañan y el más procesado, curiosamente, es el ‘Authentic’.

Y la aplicación es la que conocemos de sobra: muchísimas opciones (algunas no vienen preinstaladas y somos nosotros quien elegimos si bajarlas o no), un rendimiento fluido, Google Lens integrado en un botoncito en la parte superior, opciones de seguimiento de objetos y un modo Pro que nos deja tirar en RAW.

Me ha gustado que el procesado de los archivos tanto RAW -limitados a 12 megapíxeles por alguna razón- y las fotos a 50 Mpx es muy rápido. En el modo automático también puedes hacer varias fotos seguidas sin que haya retardo y, en general, el software funciona genial.

Cámara principal

Pero vamos a los ejemplos, que al final es lo que importa. Ya te he dejado dos muestras y, aunque parecidas, hay diferencias. El ‘Vibrant’ tiene una saturación algo mayor, así como un mejor contraste y unos resultados, curiosamente, más naturales.

Cuando hablo de ‘naturalidad’ me refiero a los colores que estoy viendo con mis ojos, vaya. El ‘Authentic’ hace cosas raras. Las sombras son algo más apagadas, el balance de color también difiere, tirando a una especie de orange & teal muy leve, pero que está ahí, y mete una especie de viñeteo.

No es un viñeteo artístico como el que podemos aplicar por software o el que tienen algunos objetivos muy luminosos en su máxima apertura, es… algo raro. No es constante, no siempre aparece y no entiendo muy bien este procesado, si te digo la verdad.

De hecho, te recomiendo disparar en modo ‘Vibrant’ porque es el más bonito. Pero bueno, si compras el móvil siempre puedes hacer tus propias pruebas porque es tan fácil como seleccionar un modo u otro en la parte superior.

La cámara principal no peca de sharpening y, excepto el tema de los colores y el procesado en algunas fotografías, pienso que Xiaomi ha hecho un buen trabajo en lo que a procesado se refiere para conseguir fotos naturales que, incluso, admitirían cierto retoque en su JPG con programas como Snapseed.

De noche tenemos un procesado que se porta bien. En el carrusel tenemos un modo nocturno que, de todos modos, podemos configurar para que salte de forma automática en el modo estándar.

También

Trata bien los puntos de luz como las farolas, aunque dependiendo de cómo incida la luz parecerá que tenemos el cristal sucio cuando no es así. Esto es algo de lo que pecan muchísimos terminales y es de noche cuando la calidad tanto de las lentes como de los cristales protectores sale a relucir. Pero bueno, puedes hacer fotos nocturnas sin preocuparte.

Lo que no me ha gustado tanto es el HDR. Aquí creo que va de la mano del procesado y, si bien no noto luces quemadas, las sombras en algunas fotos están demasiado oscuras. Con el modo ‘Authentic’ es normal porque ya he comentado que las apaga bastante, pero en ‘Vibrant’ debería cambiar la película y hay veces en las que no es así.

Los 50 megapíxeles

Además de en automático, tenemos un modo ‘Pro’ que tiene detalles interesantes como las cebras para ver si estamos sobreexponiendo la imagen, así como unos controles totalmente manuales.

En este modo ‘Pro’ vas a poder tirar en RAW, pero lamentablemente Xiaomi no permite, al menos con la versión de software actual, sacar un RAW de 50 megapíxeles, por lo que no podemos ver lo que da de sí el sensor.

Pero no hay que ir al modo ‘Pro’ para tirar a resolución completa, ya que podemos hacerlo desde el menú de ‘Más’, a la derecha del todo del carrusel. Me ha impresionado lo bien que trata (en este modo sí) las sombras, con la exposición correcta, y también lo rápido que procesa la imagen.

En el selector de focal tenemos un 2X que es digital y que hace un recorte del sensor. Tiene buena calidad y es lo que conseguiríamos, más o menos, haciendo un recorte al 100% de una foto en el modo de 50 megapíxeles.

El retrato

Y algo que me ha gustado mucho es que se nota que Xiaomi va poco a poco mejorando su modo retrato. Ahora sí da la impresión de ser un retrato disparado con un tele con una amplia apertura y no algo muy forzado por software.

Podemos hacer este retrato tanto con el 3,2x como con la cámara principal, pero sin duda me quedo con el del teleobjetivo. Me gustan los colores, me gusta cómo trata los dedos, los bordes del gorro, el pelo y hasta las gafas.

Vas a poder controlar la profundidad tanto antes como después de dispara y tienes un montón de filtros de Leica que, la verdad, no me entusiasman. Se ven muy artificiales, pero bueno, es cuestión de gustos.

Telefoto

Con el telefoto (con unos extraños 3,2 aumentos, pero unos más que lógicos 75 milímetros) tengo sensaciones encontradas. Para el retrato me encanta y algunos planos de edificios me han gustado.

Tiene un procesado algo distinto al de la cámara principal, no demasiado, pero sí lo justo como para saturar algo más los cielos. Ahora bien, si en la imagen se cruzan árboles o algún elemento así, hay ocasiones en las que no ocurre nada, pero otras en las que las texturas de las ramas y del fondo quedan empastadas.

Es algo inconsistente en esto cuando no debería, pero es un buen tele para ir de vacaciones y capturar detalles de edificios o situaciones del día a día. De noche cae en las zonas de sombra, pero no se mantiene mal.

Por cierto, puede enfocar desde muy cerca y no es un macro, pero te va a permitir captar detalles interesantes y con un cierto desenfoque de fondo.

Gran angular

Sin ser un gran angular puntero, lo cierto es que me ha gustado. Considero que trata considerablemente bien las líneas verticales siempre que nos coloquemos correctamente. El procesado es algo distinto al de la cámara principal, pero tampoco demasiado, y no tenemos un exceso de nitidez artificial, pero sí noto que, precisamente, hay elementos a los que les falta algo de definición extra (las ramas de los árboles, por ejemplo).

En el centro de la imagen tenemos bastante calidad, pero a medida que nos acercamos a los laterales vemos que va apareciendo el clásico “lavado” de texturas de muchos grandes angulares.

Cámara frontal

En el frontal tenemos una cámara de 32 megapíxeles f/2.0 con píxeles de 0,7 µm y una focal equivalente a un 22 milímetros. Se porta bien si no ampliamos, ya que ahí noto una falta de definición en las texturas.

Además, el balance de blancos es radicalmente distinto al que se usa para procesar las fotos con la cámara trasera. Es cierto que con la trasera estoy algo más pálido de lo normal, pero con la frontal estoy naranja.

Claramente, es el eslabón débil del apartado fotográfico de este Xiaomi 13. Además, aunque esto es algo que le ocurre a casi todos, cuando cae la luz el detalle se desploma.

También

Y el vídeo, junto al selfie, es el otro apartado flojo del conjunto. Los sensores pueden hacerlo bastante mejor, pero aquí el procesado no es el que debería. Para empezar, los colores están bastante saturados en algunas ocasiones, en 8K tenemos artefactos y está muy pensado para tomas estáticas (con un fuerte EIS para que la imagen no se mueva y, así, reducir artefactos) y el 4K no es como esperaba.

Tenemos 4K60 en la cámara principal y en el tele, pero 4K30 en el gran angular y 1.080p30 en la cámara frontal. Esa resolución en la frontal debería ser pecado a estas alturas, pero bueno. El enfoque es bueno en general y con la cámara principal tenemos los mejores resultados, pero está lejos de la competencia.

Xiaomi 13, la opinión de Xataka

Y, al final, la compañía lo ha hecho bastante bien con este terminal. Es continuista en muchos aspectos como la batería, la carga, el sistema de altavoces o la cámara frontal y sus resultados, pero tiene argumentos como para que queramos decantarnos por él.

El nuevo Snapdragon cuida muy bien los 4.500 mAh de la batería a la vez que ofrece un rendimiento y eficiencia excelentes. La pantalla mantiene resolución y tasa de refresco respecto a la generación anterior, pero el mayor brillo y el acabado plano es un plus. Y, obviamente, el apartado fotográfico me ha convencido.

Faltan detalles por pulir como un mejor vídeo, un sensor de brillo más preciso y ágil y seguir puliendo MIUI, pero lo cierto es que analizar este Xiaomi 13 ha sido una experiencia muy cómoda. Además, me llevo auténticos fotones para mi álbum personal.

9,0

Diseño                9,25
Pantalla              9,25
Rendimiento     9,75
Cámara              9,25
Software            8
Autonomía        8,75

A favor

  •  La pantalla plana es una delicia.
  •  Qué bueno que llegaste, Snapdragon 8 Gen 2.
  •  Diseño premium en un cuerpo «compacto».

En contra

  •  Sensor de brillo impreciso y perezoso.
  •  La grabación de vídeo no está a la altura.
  •  La trasera se ensucia con suma facilidad.