Vivo X90 Pro, análisis

Vivo X90 Pro, análisis

Vivo X90 Pro, análisis – Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.

Vivo X90 Pro, análisis: una de las cámaras más divertidas del año en un bestial conjunto de gama premium

Vivo ya no es un nuevo participante en España. El año pasado pudimos probar el X80 Pro, el buque insignia de la compañía para territorio europeo. Este año ya tengo entre manos el X90 Pro, la apuesta para el presente curso. Sensor de una pulgada, carga rápida de 120W y un procesador al que no le había echado aún el guante.

He analizado en profundidad el Vivo X90 Pro, tengo claras sus fortalezas y debilidades, así que voy a contarte todo en este análisis. Un poco de contexto previo: este no es el mejor móvil de Vivo. El flagship estrella es el Vivo X90 Pro+, con un panel LTPO 2K, el Snapdragon 8 Gen 2 y un sensor periscópico de cinco aumentos. No obstante, la postura de Vivo es que este es el modelo que mejor encaja en el mercado Europeo. Y quizás, esto tenga sentido, pensando en el posible precio que pudiera tener la versión Plus.

Ficha técnica del Vivo X90 Pro

1

Diseño: bienvenido sea lo diferente

El diseño del Vivo X90 Pro es diferente, como ya lo era la estética del Vivo X80 Pro. El absoluto protagonista vuelve a ser el módulo de cámara, sencillamente descomunal en dimensiones. Pero lo primero que destacaré de este módulo no es su tamaño: es el equilibrio en peso que se ha logrado. En algunos rivales, también con sensor de una pulgada, el peso de la cámara desbalancea el dispositivo, haciendo que quiera precipitarse constantemente hacia delante.

Apostar por el cuero sintético es una gran opción para aligerar peso y seguir dotando de aura premium. La duda es la durabilidad de este material
No es el caso de este Vivo X90 Pro que, además, se siente especialmente ligero pese a contar en báscula con 214 gramos. Apostar por el «cuero vegano» (cuero sintético en el que no se ha tratado con piel animal) ha sido una gran solución para evitar un peso excesivo, dando el toque premium que falta con el aluminio de sus laterales. Por un lado, me agrada la decisión en materiales pero, por otro, el remate no es el que esperaba en un móvil de casi 1.200 euros. Me explico.

Hay tres capas en los laterales de este dispositivo: los laterales de aluminio, una segunda capa también de aluminio que funciona como transición hacia el cuero, y la propia placa de cuero vegano. Esta transición entre el cuero y el aluminio no es del todo suave, y noto que el dedo raspa ligeramente. No me ha preocupado lo más mínimo, ya que lo he usado con la funda transparente que viene en la caja. Pero si bien el móvil se siente premium, no alcanza la cota de excelencia que querría ver un flagship.

Por lo demás, el móvil tiene la botonera bien rematada y en una posición más que correcta (gracias Vivo, por no subir los botones en un móvil tan grande), los bordes laterales son redondeados y planos en el caso de los cantos superior e inferior. En el superior vemos el mensaje de «Professional Photography». Más adelante comprobaremos si es así.

En definitiva, una calidad de materiales excelente, un acabado bastante distinto a lo que acostumbramos a ver en sus rivales, y una personalidad que podrá gustar o no, pero que queda patente cada vez que miramos el dispositivo.

Pantalla: el foco son tus ojos

El panel Quad HD+ con brillo máximo de 1.800 nits queda reservado para el modelo Pro+. En este teléfono tenemos una pantalla AMOLED con resolución Full HD+, brillo máximo de 1.300 nits y tasa de refresco entre 60 y 120 Hz. A nivel tecnológico, es un panel que queda algo por detrás de lo que estamos empezando a ver en la gama alta de 2023. Es un panel similar a los de gama alta en el pasado curso.

Me ha gustado especialmente la interpretación del color y la nitidez, pese a no ser Quad HD+. De hecho, hay dos modos: 2400 x 1080 y 2800 x 1260. Recomiendo este último, ya que el impacto en autonomía es ínfimo y es la resolución nativa del panel.

Desde los ajustes tenemos varias opciones de configuración de color. Por defecto viene en estándar, muy saturado y no demasiado realista. Tenemos los modos «Pro, Brillo y ZEISS Natural Color». Este último es el que más me ha convencido. Los ángulos de visión son algo mejorables, eso sí, ya que perdemos bastante información conforme inclinamos la pantalla. Tenemos también opción de interpolar FPS en los juegos para contar con mayor tasa de refresco y un motor XDR para aumentar el rango dinámico de los vídeos que reproduzcamos. Si queremos naturalidad, recomendamos no activar ninguna de estas dos opciones.

Esta pantalla es especialmente cuidadosa con la vista. Los que nos pasamos la vida delante de una pantalla por motivos laborales, lo agradecemos
El otro gran punto de este panel es que cuenta con distintas tecnologías para proteger la vista, algo que agradecemos los que nos pasamos la vida delante de una pantalla. Vivo ha trabajado con MediaTek para adaptar el Dimensity 9200 a ciertas tareas del dispositivo. En concreto, además de contar con un parpadeo de panel modulado por ancho de pulsos de hasta 2160 Hz, el chip es capaz de detectar en tiempo real la luz azul emitida por el panel, para regular la calidez fotograma a fotograma.

Por último, tenemos el gran punto negativo de este Vivo: la curva. No es ya solo el hecho de que el panel sea curvo, sino que es de los más curvos que he probado. El sombreado que genera esta curva tan exagerada no es muy agradable y es el panel tan curvo que hay sombreado hasta mirando el móvil de frente. La tendencia actual es a reducir la curvatura y primar ergonomía y experiencia útil en pantalla, así que espero que Vivo reduzca un par de marchas en este aspecto.

1

Sonido: potente, pero descafeinado

El sonido es el aspecto que más me ha decepcionado en este Vivo X90 Pro. El volumen máximo es muy, muy contundente, y he disfrutado del mismo sobre todo en juegos. Pero cuando te dispones a escuchar música, se aprecia el mejorable trabajo en ecualización. Faltan graves, hay mucha más distorsión de la habitual y, en general, no es el audio que esperaba en el buque insignia de Vivo.

Rendimiento: un nuevo participante con mucho que decir

El Vivo X90 Pro monta una versión personalizada del MediaTek Dimensity 9200. Es un chip fabricado por TSMC (grandes noticias), en proceso de 4 nanómetros y con un núcleo Cortex X3 que alcanza una frecuencia máxima de 3.05 GHz. Son excelentes cifras para un teléfono que llega con 12 GB de RAM LPDDR5X y 256 GB de memoria interna UFS 4.0. Es también el primero de su familia con WiFi 7 y cuenta con tecnología de trazado de rayos, como los últimos Qualcomm. Para refrigerar esta bestia, contamos con una cámara de vapor de 4,002mm².

El MediaTek Dimensity 9200 no tiene demasiado que envidiar a los mejores procesadores del momento. Es de lo más potente que hemos probado

¿Cómo se ha comportado este procesador? Muy, muy bien. No hemos tenido rastro de lag, tirones o el más mínimo extraño con el rendimiento. El móvil vuela, puede con cualquier juego pesado y nos da una experiencia similar a la de un Snapdragon de primera línea. El principal problema que hemos tenido tiene que ver con la optimización de algunos juegos. Por ejemplo, en ‘PUBG: New State’ no hemos podido configurar los gráficos en Ultra. También hemos tenido en este mismo juego algunos problemas con la carga gráfica del mapa, que constantemente se redibujaba.

En otros juegos, como ‘Genshin Impact’, hemos configurado todo al máximo. Lo mueve sin problema y con una estabilidad enfermiza. En otras palabras, este procesador compite directamente con el Gen 2 de Qualcomm y el A16 Bionic de Apple. De un tiempo a esta parte MediaTek ha mejorado notablemente sus SoCs, y este 9200 nos deja un sabor de boca inmejorable, a falta de un par de optimizaciones por parte de los desarrolladores.

2

En las pruebas sintéticas corroboro lo que he experimentado con este SoC (al menos, funcionando en este Vivo): hay algo que parece impedirle brillar del todo. La puntuación en este tipo de test está algo por debajo de lo visto en el Gen 2, a pesar de que técnicamente está a la altura. En la prueba de estrés térmico de GPU se ha comportado bastante bien, cayendo solamente en un 17%.

Datos similares he obtenido en la prueba de GPU de 3D Mark, con una caída del 23%. Son buenos datos, lejanos del 99% en CPU que hemos llegado a obtener con el Snapdragon 8 Gen 2, pero que demuestran el buen desempeño del teléfono tras un rato trabajando al máximo.

Biometría

Este teléfono cuenta con la combinación habitual en gama alta: lector de huellas bajo pantalla y reconocimiento facial. El lector no es todo lo preciso que me gustaría, con más tasa de error de lo que acostumbro a ver en gama alta. Cuando funciona, lo hace bien y rápido, pero no ha habido día en el que no haya tenido que posar el dedo alguna vez adicional para hacerlo funcionar. El reconocimiento facial funciona de forma casi inmediata, siendo su principal punto a resolver los entornos de baja luminosidad.

FuntouchOS 13 no es tan divertido

FuntouchOS 13, basado en Android 13. Esta es la ROM que da vida a este Vivo. Es una iteración muy similar a la propuesta del año pasado, para bien y para mal. El launcher es relativamente similar a Android Stock. Iconos Material Design, redondeados, algún widget discreto, Google Discover en la pantalla izquierda. Todo en su sitio.

Nos han gustado también algunas apps nativas de Vivo, como la de notas, o el tiempo, bastante visual y basada en la información meteorológica de Accuweather. La implementación del marco de apps de Google es completa, con Chrome como navegador, Files como explorador de archivos y demás.

Al bajar la barra de notificaciones, vemos que empiezan las discrepancias con la línea de diseño Material You que propone Google para Android 13. No tenemos temas automáticos adaptados al fondo de pantalla. Tendremos que ser nosotros los que, de forma manual, escojamos el color de acento del sistema adaptado a dicho fondo. En otras palabras, la integración está, pero no es automática. Detecta la paleta de colores del fondo y, manualmente, podemos escogerla como acento.

Los menús, el aspecto de la interfaz fuera del launcher, el bloatware… Vivo necesita adaptar un poco más su software al consumidor europeo
El menú de ajustes es de un solo color, un paso atrás respecto a la generación pasada. Se hace algo complicado distinguir los iconos, entre el sombreado de la curva, lo pequeños que son y que todos estén del mismo color. Tampoco termino de entender la división que se hace en los ajustes. Hay varios bloques: Redes y Bluetooth (bien), pantalla, pantalla de bloqueo, aplicaciones, etc. (bien)… aunque hay otras divisiones en las que, por ejemplo, el modo de juego está en el mismo bloque de Cuentas u opciones de accesibilidad. Un menú algo más limpio y claro para próximas actualizaciones sería una gran noticia.

A nivel de bloatware hay cierta carga: Facebook, TikTok, Lingvist, Snapchat, Booking, LinkedIn y, lo más molesto, un acceso directo a la web de Vivo que muestra siempre el icono de notificación. Podemos eliminar todo esto sin problema, pero destacar que el grupo BBK Electronics está implementando, poco a poco, cada vez más apps preinstaladas.

Autonomía: 120W que le sientan como un guante

Estoy satisfecho con las cifras de autonomía en este Vivo X90 Pro. Cuenta con 4.870mAh que me han permitido dos jornadas de uso con cerca de cinco horas de pantalla, y una jornada intensiva con algo más de seis horas y media. En otras palabras: un día completo dándole uso, o un par de días de uso ligero. La carga rápida es de 120W, cargando del 0 al 50% en unos 8 minutos y cargándose al completo en 25 minutos. Son cifras más que dignas para un teléfono de esta gama. No competirá por el podio en autonomía, pero no me ha dado quebraderos de cabeza.

La carga rápida de 120W no viene activa por defecto. El modo de fábrica es el «modo equilibrado», que permite cargar hasta el 100% en 29 minutos. En este modo, el teléfono regula la carga en base a la temperatura, para maximizar su vida útil. Si lo desactivamos, los 120W serán la norma y pasaremos a cargar el teléfono en 25 minutos, una cifra espectacular.

Las gráficas de uso no están del todo bien calibradas. El tiempo de pantalla se mide correctamente, pero el tiempo de uso de las apps es algo ambiguo
Hay dos puntos de mejora claros. El primero tiene que ver con las gráficas de autonomía. El «uso» confunde segundo plano y tiempo realmente en uso. Por ejemplo, en una jornada de 20h con 4h de pantalla, me ha marcado casi 18 horas de uso de YouTube. Vivo necesita afinar aquí algo tan básico como distinguir entre tiempo de pantalla y tiempo de uso, aunque la medición del propio tiempo de pantalla sí que es precisa.

Por otro lado, no tenemos opción para limitar la carga hasta el 80% o hasta el porcentaje que decida el usuario. En un móvil con 120W, y vista la temperatura que alcanza durante la carga, vendría bastante bien contar con este añadido. No obstante, pese a esto, sensación positiva con la batería. No es la mejor de la gama alta, pero no nos hará sufrir demasiado.

Cámaras: todo un despliegue de la mano de Zeiss

Tenía bastantes ganas de probar la cámara de este Vivo. No hay que dejarse impresionar por el tamaño de su sensor (una pulgada), ya que tenemos claros ejemplos de que esto no siempre se traduce en mejores fotografías, pero siempre se agradece la ambición en hardware.

  • Sensor principal: 50.3 MP, f/1.8, 23mm, 1.0″, 1.6µm, enfoque por detección de fase, láser AF, OIS
  • Sensor teleobjetivo para retratos: 50 MP, f/1.6, 50mm, 1/2.4″, 0.7µm, autofocus, zoom óptico 2x, OIS
  • Sensor ultra gran angular: 12 MP, f/2.0, 108˚ 16mm (ultrawide), AF.

Antes de hablar de los resultados, vamos a comentar qué tal se comporta la cámara de Vivo. Como es habitual (desgraciadamente), no tenemos procesado del HDR en la vista previa. Esto significa que veremos cielos y zonas quemadas que, posteriormente, se corregirán en la galería. La otra pega que hemos encontrado tiene que ver con algunos modos, que están bastante escondidos.

Por ejemplo, este Vivo cuenta con la interesante función de corregir la distorsión de los disparos en ultra gran angular. La lógica dictaría que, si queremos corregir la distorsión del UGA, al activar el UGA, tuviésemos un botón para este propósito. No es así. Tenemos que irnos a «más», «paisaje y arquitectura», seleccionar el ultra gran angular y, desde ahí seleccionar la opción (APC de ZEISS). Yo he sido capaz de encontrar esta opción gracias a la guía de revisión que proporciona Vivo, pero el sistema no invita a encontrar estas funciones.

Es una app que tendremos que explorar, ya que las posibilidades son abrumadoras. Tenemos modo astrofoto, modo Super Luna (sí, la dibuja por IA), doble exposición, retrato de grupo con IA, larga exposición, stickers de RA… Incluso, al seleccionar el modo retrato, tenemos una inmensa cantidad de estilos de bokeh de Zeiss para escoger. Si te gusta cacharrear la app de cámara, te lo vas a pasar bien.

Por último, destacar que Vivo es uno de los fabricantes que mejor trabaja la velocidad de disparo, el zero shutter lag. Incluso con el ultra gran angular hemos logrado disparar a objetos en movimiento, como motos, dejando completamente congelada la imagen. Bien por Vivo por trabajar en uno de esos puntos clave que a veces quedan olvidados.

Fotografía con el sensor principal

Empiezo con fotografías en entornos de luz diurna favorable. En primer lugar, destacar que tenemos dos modos de disparo: normal y ZEISS. Al disparar en el modo ZEISS la colorimetría reduce una marcha y obtenemos tonos algo más naturales y menos saturados. Es un arma de doble filo ya que en algunas circunstancias apaga el color de más. En otros escenarios, funciona a la perfección, como el ejemplo que te muestro.

De la cámara del Vivo X90 Pro me ha gustado su balance de blancos ligeramente inclinado hacia tonos cálidos. El HDR también se comporta de forma digna, y al menos en texturas como paredes, suelos y demás no suele haber un lavado excesivo.

Al contar con un sensor gigantesco, tenemos la gran ventaja de un bokeh natural bastante acusado, y la contrapartida de que puede ser algo difícil enfocar en ocasiones. Incluso tratando de enfocar de forma manual, ha habido objetos cercanos que se han resistido. Al contar con un segundo sensor 2x, siempre podemos recurrir a este en ese tipo de escenarios.

Donde no he quedado satisfecho ha sido con el procesado. No es bueno. Pese a ser un sensor capaz de captar una cantidad de detalle brutal, Vivo procesa algunas fotografías de una forma muy artificial: matando texturas cuando la luz no es completamente perfecta, aumentando la nitidez de forma artificial y ofreciendo una fotografía con un look algo extraño.

Sí, todos los fabricantes están apostando por esta corriente de la fotografía computacional artificial, pero en el caso de Vivo algunos ejemplos son aún más extremos. No vamos a obtener malas fotografías en ningún escenario, pero siguen sin ser los resultados que esperaríamos en un sensor de una pulgada. De hecho, con sensores más pequeños se pueden conseguir mejores fotografías. Disparar a 50 megapíxeles nos ayudará a obtener algo más de detalle, pero el procesado sigue siendo similar.

No hay RAW a tamaño completo y los 50 megapíxeles no solucionan el procesado (aunque nos hacen ganar detalle). Los sensores de una pulgada no son fáciles de implementar
Desde el modo Pro podemos disparar en RAW. Un RAW algo procesado y a 12 megapíxeles, por lo que podemos aprovechar el sensor. Teniendo en cuenta la potencia del procesador y que este teléfono aspira a ser uno de los reyes en fotografía, me cuesta entender que se le siga dando tan poca importancia al RAW en bruto, el que deja a la suerte del fotógrafo el resultado final.

Fotografiar personas con el Vivo es una gozada. En este ejemplo, con luz directa sobre el sujeto, ha sido capaz de mantener a raya las altas luces y exponer correctamente. Los colores se han distorsionado por completo, eso sí, aunque era una escena premeditadamente difícil. El detalle en el pelo es bastante brutal, y el trabajo con la piel es correcto (aunque algo más de nitidez aquí no vendría mal).

Cuando cae la noche, tenemos resultados similares. Este tipo de sensores y lentes lo tienen difícil para desfallecer en situaciones de baja luminosidad. El modo noche es automático (se puede desactivar) y nos permite obtener un extra de luz. En el recorte superior podrás apreciar que las texturas son bastante artificiales al ampliar. Aquí sí que es bastante agresivo con el ruido, y llega a lavar por completo algunos objetos para eliminarlo.

Pese a esto, y pensando en el común de los usuarios, el apartado fotográfico nocturno es de nivel. Si no te preocupa lo más mínimo la ampliación, quedarás contento con los resultados. El control de altas luces es exquisito, el balance de blancos vuelve a ser de los mejores que he probado este año, y el ejercicio de color es impecable incluso sin activar el modo ZEISS. Los cielos negros son negros, sin azules inventados ni extraños por aquí.

Ultra gran angular

El trabajo con el ultra gran angular es bastante bueno. El sensor de menor resolución hace buen trabajo, con una cantidad de detalla más que aceptable y un equilibrio general similar al de la cámara principal (se nota que el procesado se ha afinado por igual en cada uno de los sensores). La distorsión en esquinas es bastante notable, pero Vivo ha ideado un modo para solucionarlo.

Desde los ajustes (y buceando un buen rato para encontrarlo), tenemos un ajuste que permite corregir la distorsión de los disparos en ultra gran angular. No recorta la imagen, sino que se corrige por completo la perspectiva de la misma para acabar del todo con las distorsiones generadas al disparar en 13mm. Parecerá una fotografía tomada con el sensor principal, pero con más información. Un diez a Vivo en este aspecto.

Zoom y retrato

El zoom es «tan solo» un 2x, ya que Vivo lo ha querido orientar principalmente a retratos. Se comporta de forma digna, y es bastante consistente en colorimetría y rango dinámico con el resto de sensores. Vivo ha calibrado los tres para que los resultados no sean muy dispares.

El modo retrato me ha gustado, mucho. Sigue chocándome que el procesado de la piel no sea más natural. Sé que este sensor de una pulgada es capaz de obtener una textura menos artificial y más detallada, pero el procesado me lo impide. Hechos los ruegos y peticiones, reitero que es un retrato excelente, para disfrutar. Vivo es la compañía que más opciones brinda aquí, permitiendo cambiar el tipo de bokeh y simulando algunos de los desenfoques de sus lentes.

Me ha llamado especialmente la atención el efecto lens flare artificial. Algunos móviles, como el iPhone, suelen sufrir. Se trata de reflejos en la lente que pueden arruinar algunas fotografías. Para evitarlos, las lentes del Vivo X90 Pro tienen un tratamiento especial antirreflejos. No obstante, estos flares pueden aprovecharse de forma artística, por lo que han añadido un modo de software que los dibuja. Más allá de la curiosidad, me agrada que el usuario tenga tantas opciones para divertirse disparando.

Selfie

El selfie aprueba con nota, sobre todo cuando lo hacemos en modo retrato. El control de altas luces es bueno y, aunque hay ese exceso de contraste que nos ha acompañado a lo largo de este análisis, estamos ante una cámara frontal bastante aprovechable.

Vídeo

A nivel de vídeo, podemos grabar hasta 8K 24 FPS, encontrándose el teléfono especialmente cómodo en 4K 60 FPS. El trabajo de estabilización es bastante bueno, y en general estamos satisfechos con los resultados. No es un vídeo que aspire a competir con lo mejor del mercado, pero es más que válido.

Vivo X90 Pro, la opinión de Xataka

El Vivo X90 Pro es un gran contendiente en el mercado de la gama alta. Es un móvil equilibrado, con potencia de sobra, un buen apartado fotográfico y un sistema de carga rápida que convence. Nos quedamos con el sabor agridulce de tener bastante claro que el sensor de una pulgada no se aprovecha del todo, ni en automático ni en manual, y de que el software necesita algo más de adaptación al mercado europeo.

El Vivo X90 Pro es una buena alternativa para los que quieren una cámara repleta de opciones. Un móvil diferente, equilibrado y capaz

La competencia aprieta, y alejarse tanto de los 2.000 nits en su pantalla no son las mejores noticias. No obstante, este teléfono es una opción a barajar si queremos un móvil completo con el que podemos pasar horas y horas experimentando con los múltiples modos de su cámara.

9.1

Diseño               9,25
Pantalla             9,25
Rendimiento    9,5
Cámara             9,25
Software           8,5
Autonomía      9

A favor

  • Pese a no ser perfectas, nos han gustado sus cámaras.
  • El rendimiento es genial.
  • Un móvil diferente, para lo bueno y para lo malo.

En contra

  • Esas curvas. Bajen una marcha, por favor.
  • La pantalla es algo justa comparada con sus rivales directos.
  • Funtouch OS necesita más cariño.