
Visas para trabajar en Italia
Visas para trabajar en Italia: tipos, requisitos y cómo solicitarlas. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.
Italia es un país que enamora, y no solo por su comida o su historia. Cada año, miles de personas deciden mudarse para buscar trabajo, vivir una temporada o incluso establecerse definitivamente. Sin embargo, si no tienes pasaporte europeo, necesitarás una visa para trabajar en Italia.
Aquí viene lo importante: no todas las visas sirven para todo. Cada una tiene sus propios requisitos, plazos y condiciones, y entender cuál se adapta a tu caso puede ahorrarte muchos dolores de cabeza, y meses de espera.
Por eso, en esta guía encontrarás lo esencial: qué tipos existen, qué necesitas para solicitarlas y cómo hacerlo paso a paso, sin tecnicismos innecesarios.
Si eres ciudadano de la Unión Europea
Si tienes pasaporte español o de cualquier otro país de la UE, las puertas están abiertas. No necesitas visa para vivir o trabajar en Italia, solo registrarte localmente y obtener tu codice fiscale, una especie de NIF italiano.
Después deberás empadronarte en el ayuntamiento (Comune) donde vivas y, si vas a quedarte más de unos meses, darte de alta en el sistema sanitario público (Servizio Sanitario Nazionale). En nuestra guía sobre vivir en Italia siendo extranjero encontrarás todos estos pasos explicados al detalle.
Si, en cambio, no eres ciudadano de la Unión Europea, el proceso cambia y entra en juego un sistema que Italia utiliza para regular la entrada de trabajadores: el Decreto Flussi.
El Decreto Flussi: la puerta de entrada legal
El Decreto Flussi es el mecanismo que marca cuántos trabajadores extracomunitarios pueden entrar a Italia cada año y en qué sectores. Cada convocatoria abre un número determinado de plazas, y las empresas italianas deben solicitar la autorización para contratar a extranjeros dentro de ese cupo.
Por eso, si no tienes ciudadanía europea y quieres trabajar en Italia, la forma más directa es conseguir una oferta laboral con una empresa que pueda tramitar tu permiso durante este periodo.
En los últimos años, el Gobierno ha autorizado más de 150.000 nuevos permisos, sobre todo en sectores como el turismo, la agricultura, la logística o los servicios. Puedes ver cómo buscar ese tipo de ofertas en nuestra guía cómo buscar trabajo en Italia desde tu país.
Tipos de visas de trabajo
La visa más común es la de trabajo subordinado, es decir, para quienes tienen un contrato con una empresa italiana. En este caso, el empleador debe solicitar una autorización previa (nulla osta al lavoro) en Italia y, una vez aprobada, tú podrás tramitar la visa en la embajada o consulado italiano de tu país.
Otra opción es la visa de trabajo autónomo, destinada a freelancers, emprendedores y profesionales independientes. Requiere acreditar experiencia, ingresos suficientes y, en algunos casos, estar inscrito en un colegio profesional italiano. Con ella podrás darte de alta con una Partita IVA y trabajar legalmente en el país.
Este visado resulta especialmente atractivo para quienes trabajan online o en remoto. Si ese es tu caso, en sistema de impuestos en Italia explicamos cómo tributan los autónomos y qué ventajas fiscales existen para nuevos residentes.
También existe la visa de trabajo de temporada, muy solicitada en agricultura, hostelería y turismo. Suele tener una duración máxima de nueve meses, aunque algunos trabajadores regresan cada año con la misma empresa. Es una puerta de entrada habitual para quienes quieren probar suerte sin comprometerse a largo plazo.
Por último, están las visas por investigación, voluntariado o prácticas, pensadas para quienes participan en programas de intercambio o formación profesional. No siempre permiten empleo tradicional, pero sí una actividad remunerada o una beca temporal.
Cómo solicitar la visa
El proceso comienza siempre con una oferta o contrato de trabajo (excepto en casos de trabajo autónomo o voluntariado). Primero, la empresa italiana solicita el nulla osta en la Sportello Unico per l’Immigrazione. Cuando el permiso se aprueba, tú puedes presentar tu solicitud en la embajada o consulado italiano, junto con el pasaporte, certificado de antecedentes penales, seguro médico, prueba de alojamiento y las tasas consulares pagadas.
Una vez recibas la visa y viajes a Italia, deberás solicitar el permiso de residencia (permesso di soggiorno) en los primeros ocho días tras tu llegada. Este trámite se realiza en la oficina de correos, y después tendrás que acudir a la Questura (comisaría de inmigración) para finalizarlo. En permisos de trabajo y residencia en Italia te contamos cómo hacerlo y qué documentos piden normalmente.
El tiempo de espera varía según el tipo de visa y el país desde el que la tramites, pero suele ir de dos a cuatro meses. Durante el Decreto Flussi, los expedientes se procesan por orden de llegada, así que cuanto antes prepares la documentación, mejor.
Alternativas y opciones temporales
Si todavía no tienes una oferta laboral o simplemente quieres vivir una temporada en Italia para conocer el país antes de dar el salto, hay opciones más flexibles. Una de las más populares entre extranjeros es cuidar casas en Italia. No requiere visado laboral, permite vivir gratis a cambio de cuidar una vivienda o mascota, y puede ser una buena forma de aclimatarte al país sin asumir grandes gastos mientras buscas trabajo.






