Se ‘desayunaron’ con el colapso de la casa
Una vivienda se desplomó y atrapo a tres jóvenes que en ese momento se prestaban a desayunar.
Las muchachas son primas y fueron rescatadas con vida y llevadas hasta el hospital Regional Vicente Corral Moscoso con politraumatismos en sus extremidades inferiores y fracturas.
Las víctimas, Valeria de 16, Érika de 14 y Anita de 21 años d edad quedaron atrapadas bajos los escombros de la casa de tres plantas que se vino al suelo.
“Se escuchó un ruido fuerte, pensé que se trataba de un terremoto” expresó Olga Pauta, tía de las chicas.
La mujer, sin salir aún del estado de shock que le sobrevino, al descubrir que la vivienda de tres plantas, de adobe y carrizo había caído. Enseguida pensó que los diez miembros de la familia que habitaban ahí habrían quedado atrapados.
El hecho se registró a eso de las 10:40 de este sábado 24 de marzo en el sector de la Loma de Cullca, al norte de Cuenca.
Otras dos viviendas colindantes quedaron debilitadas y en peligro de caer, por lo que la Secretaria de Gestión de Riegos, solicitó su inmediata evacuación.
La estructura se habría debilitado por los trabajos de construcción de una planta más, sin haber tomado las medidas técnicas convenientes.
“A eso hay que sumarle la humedad del terreno debido a las lluvias de los recientes días”, aseveró el jefe de cuerpo de bomberos de Cuenca, Patricio Lucero.
“Al momento del fenómeno solo se hallaban en el interior de la vivienda las tres muchachas, el resto de la familia había salido a sus ocupaciones personales”, aclaró el jefe de bomberos.
Todas a salvo
Sobre las jóvenes había caído solo la tierra y algunos maderos y no hubo gravedad en sus heridas, salvo para Anita de 21 años, quien presentaba varias fracturas de tibia, peroné, brazo y codo izquierdo.
Las tres fueron llevadas hasta el hospital Vicente Corral Moscoso.
Los pocos bienes y utensilios quedaron bajo los escombros, mientras que los vecinos y parientes, pese a la disposición de los técnicos de socorro del peligro de colapso de las casas aledañas, se empecinaron en remover la tierra y las vigas para rescatar las propiedades.
“Somos familias pobres y humildes, no tenemos dinero y hemos perdido el techo donde vivir”, dijeron mientras pedían la solidaridad ciudadana con alguna ayuda.






