Una fractura que está en la corteza terrestre sobre la cual se asienta la capital ecuatoriana es la Falla de Quito, que se caracteriza por hacer que la zona donde está la ciudad se levante sobre los valles de Los Chillos y de Tumbaco.

De acuerdo a los expertos del Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, la gran estructura que atraviesa todo el valle en la capital ecuatoriana se origina al sur, en el sector de Santa Rosa, en Tambillo, y se prolonga hasta San Antonio de Pichincha, en la Mitad del Mundo. Atraviesa todo el valle de la capital donde se asientan sectores como La Ecuatoriana, Guamaní, centro histórico, centro norte de la ciudad y Pomasqui.

Conocida como falla inversa, se calcula que este sistema de fallas tiene una longitud de alrededor de 60 kilómetros, pero está segmentada. Tiene por característica ser como un plano sobre el cual se mueven grandes bloques.

La falla de Quito se evidencia en la formación de una cadena de colinas que avanza por el perfil oriental de la ciudad: El Tablón, Puengasí, Lumbisí, Batán-La Bota, Carcelén-El Inca, Calderón-Bellavista y Catequilla.

La falla que inició su actividad hace 2 millones de años genera relieve de manera constante. «Los valles están más abajo que Quito y la actividad sigue. En los últimos millones de años se ha generado un relieve de 500 metros, aproximadamente”, dijo la experta del Instituto Geofísico Alexandra Alvarado en una entrevista hace un par de años.

Los 18 sismos reportados este martes en Quito, seis de los cuales alarmaron a los ciudadanos no excedieron los 2,8 de magnitud, pero la poca profundidad hizo que se sintieran muy claramente en la ciudad. Se movieron bajo la zona del centro comercial El Bosque, explicó la directora del Geofísico, Silvana Hidalgo.

La falla de Quito, que subyace en esta capital se produjo hace siglos por el movimiento de la placa de Nazca hacia el interior del continente. Esto se va acumulando permanentemente porque la placa de Nazca empuja a la placa Sudamericana. La energía ahí acumulada, por lo tanto la amenaza está, señala el técnico Hugo Yepes. (I)