Correcto diagnóstico es fundamental para que pacientes le ganen la batalla al cáncer de mama en Ecuador

Una campaña para realizar exámenes de mama llegó a un coliseo en la isla Santa Cruz, Galápagos, en 2008. Ya que en el archipiélago no hay oncólogos, María Isabel Daza, educadora ambiental y guardaparques, decidió ir a realizarse los chequeos porque sentía una bolita en el seno derecho.

Los resultados preliminares confirmaron que María tenía cáncer. Los especialistas le aconsejaron ir de forma “urgente” al continente para que tratara la enfermedad lo más rápido posible. Luego de varios días llegó a Guayaquil para realizarse exámenes y una biopsia.

Después viajó a Quito para iniciar el tratamiento con la ayuda de una colecta de dinero que hicieron sus compañeros guardaparques, pues no logró tener acceso al IESS. En 2011 fue declarada libre de cáncer, pero debía seguir en controles.

Sin embargo, en diciembre de 2015 empezó un dolor fuerte en el seno izquierdo. María recuerda que se aplastó la mama y le salió sangre por el pezón. El miedo se apoderó de ella otra vez. Luego de los análisis se confirmó que era cáncer.

Esta vez, el IESS cubrió los gastos, pero debía ir a Guayaquil y quedarse en hoteles porque no tiene familia en la ciudad. Luego de varias quimios y radioterapias volvió a vencer al cáncer. Actualmente está en controles que se han visto afectados o retrasados por la actual pandemia y está buscando reagendar sus citas.

María dice que el diagnóstico correcto y temprano la ayudó a salvar su vida. La realidad de ella es totalmente opuesta a la de Mónica Orellana, quien describe como un “calvario” lo que pasó para llegar al diagnóstico adecuado.

Luego de la confirmación de que tenía cáncer, a finales de 2019, en el seno izquierdo, Mónica acudió a un centro de salud particular reconocido a nivel nacional para que le realizaran una biopsia, pero se la “hicieron mal”.

El procedimiento que me tenían que hacer era con una maquinita parecida a un eco para saber dónde estaba la bolita, pincharla y sacar la muestra, pero lo hicieron mal y en los resultados no salió nada. El doctor no me decía qué pasaba”, dice.

Después de un mes le realizaron otra. Le abrieron la zona alrededor de la aureola del pezón para extirpar la mitad del tumor, pero también fallaron, cuenta.

“Los exámenes los hicieron practicantes. Perdí dos meses. Aunque no parece mucho, el tiempo es esencial para tratar esta enfermedad”, afirma Mónica, quien decidió usar el seguro extendido de su esposo en el IESS y allí le entregaron el diagnóstico correcto.

Miguel Rueda, de la Sociedad Ecuatoriana Multidisciplinaria de Mastología, recalca que las pacientes deben tratarse el cáncer de mama con especialistas en la enfermedad, como los mastólogos, cirujanos oncólogos.

Aclara que si bien hay algunos ginecólogos que manejan muy bien el cáncer de mama, “no todos saben sobre la patología” y esto conlleva demora en el diagnóstico correcto.

Cuando una mujer tiene alguna novedad en el seno o quiera realizarse chequeos debe ir con un médico que tenga la especialidad en mama. Hay que reconocer que los ginecólogos tienen bases en la parte mamaria, hormonal, pero ya hablando de los tumores malignos es mejor que la mujer busque un especialista para tener un mejor panorama de su diagnóstico y manejo”, enfatiza. (I)