En la Universidad de Guayaquil, un aula es un laboratorio de producción

Un laboratorio de la Facultad de Ingeniería Industrial de la Universidad de Guayaquil se convierte todas las tardes en un laboratorio de producción en el que se envasan frutos y granos secos en bolsas de plástico, a través del funcionamiento de una máquina volumétrica de granos que es operada por estudiantes de la carrera de Ingeniería Industrial.

De lunes a viernes, de 18:00 a 22:00, y los sábados, de 08:00 a 13:00, los universitarios realizan un trabajo práctico de producción distribuidos en diferentes áreas, como línea de producción, calidad, mantenimiento, seguridad y recursos humanos, como parte de un trabajo de clase de la materia Gestión de Producción.

Así como un trabajo de clase es como nace el proyecto Envasadora de frutos y granos secos, que comenzó en mayo del 2018 y en el que han participado unos 80 estudiantes de esa carrera.

El objetivo es desarrollar en los jóvenes habilidades en ingeniería industrial a través de las prácticas sobre la administración de un proceso productivo, uso de recursos y aplicación de sistemas informativos, según Rina Vera, docente y tutora del proyecto.

Es así como los estudiantes se encargan de la limpieza, clasificación, dosificación, pesaje electrónico, envasado y etiquetado del producto.

“A lo que se quiere llegar con este proyecto es a convertir el laboratorio en un espacio destinado a prácticas preprofesionales reales, en el que además, el uso de la máquina sirva como canal para generar fondos internos que sean destinados para comprar nuevos aparatos y adecuar un laboratorio industrial mejor equipado, ofreciendo el servicio de envasado a microempresarios”, dice.

La estudiante Ariana Lecaro cuenta que lo primero fue generar fondos para adquirir la máquina a través de la autogestión. “Por seis meses hicimos varias actividades, como rifas, mañanas de integración, venta de comida, para conseguir los $ 7.000 para comprar la máquina envasadora. Después hicimos el trabajo práctico durante todo un semestre más, rotando por todas las áreas de trabajo”, comenta.

Para Édison Olaya, otro estudiante, el área más emocionante fue la de mantenimiento y proceso. “A veces nos quedábamos hasta altas horas de la noche calibrando la máquina, es que si no acondicionábamos correctamente el equipo no salía bien el producto final, nuestro trabajo era el más importante”, comenta emocionado.

Control de calidad

Cuenta Vera que al momento de la práctica el proceso se realizaba bajo parámetros reales de calidad, los estudiantes usaban mandil, cofia, casco y mascarilla, y se llenaban formularios y registros para llevar un control del producto. “Estas prácticas de campo nos dan más seguridad para hacer lo que sabemos, afianza nuestros conocimientos”, añade Ariana.

La máquina está completamente habilitada desde febrero de este año, pero el proyecto no concluye aquí. Vera explica que un nuevo grupo de estudiantes se encargará de mejorar el funcionamiento del aparato y de comenzar con la producción y venta interna de UG nuts, un mix de almendras, maní, pasas y nueces. “Queremos conseguir, a través de algún convenio, un acercamiento con agricultores a los que podemos ofrecerles el servicio de envasado y sellado y así producir a mayor escala y hacer prácticas reales de la carrera”, concluye Vera. (I)