Curiosos que alteren escenas de delitos pueden ir presos tres años en Ecuador

Un conductor fue acribillado en un semáforo del norte de Guayaquil el lunes 20 y tras perder el control chocó su carro contra un negocio esquinero.

Decenas de personas se acercaron al vehículo y con sus celulares grabaron la escena y el cuerpo del fallecido, pues alguien abrió la puerta del carro supuestamente para verificar si estaba con vida y hasta se habrían sustraído cosas.

Ese video muestra a otros curiosos con sus celulares, relatando lo sucedido, como si fueran reporteros. Lo mismo ocurrió el jueves en Ventanas, donde hubo otro sicariato y dos hombres fueron baleados en una camioneta. Una de las víctimas aún estaba con vida mientras decenas de personas la grababan. Las imágenes se viralizaron en minutos.

En accidentes de tránsito, donde los segundos son vitales, se repite esta situación. La presencia de curiosos muchas veces retrasa el ingreso de las ambulancias.

El paramédico Jairo Sánchez pide a la ciudadanía no intervenir y asegura que a veces al mover a la persona se le causa más lesiones. Incluso explica que las balas se pueden mover al cambiar a alguien de posición, tocar órganos vitales y causar la muerte.

El capitán Santiago Guzmán es agente de Criminalística. Él comenta que en muchas ocasiones, la presencia de curiosos contamina las escenas y las huellas y otros indicios ya no se pueden usar como pruebas en los tribunales.

“El momento en que alguien manipula la escena no solo corre el riesgo de modificar la identidad de los autores, sino de dejar rastros, fluidos o cabellos que van a inculpar a la persona que solo fue por curiosa”, explica Guzmán.

Él recuerda que la semana pasada hubo un asesinato en el Guasmo. El herido fue llevado al hospital por su familia porque recibió ocho disparos.

Cuando los agentes llegaron al sector había más de 100 personas donde ocurrió el crimen y solo lograron encontrar dos de los casquillos.

Ejemplos como estos son claros y perjudican una investigación, asegura el fiscal William Aguilar, quien con el Código Orgánico Integral Penal en las manos sostiene que hasta tres años de cárcel puede ser sentenciado alguien que altere una escena del crimen.

El artículo 292 es claro. La persona o la o el servidor público que altere o destruya vestigios, evidencias materiales u otros elementos de prueba para la investigación de una infracción será sancionado con pena privativa de libertad de uno a tres años.

Aunque ningún curioso ha sido procesado por hechos como estos, el fiscal considera que si en algún momento Criminalística o los investigadores de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) llegan a determinar la identidad de alguien que contaminó la escena de un crimen, deben hacer un parte y darlo a conocer a la Fiscalía para que se inicie una investigación y se sancione de ser necesario.

Pero ¿por qué la gente interviene, por qué grabar?

Carlos Tutivén, docente de Sociología de la Comunicación, analiza esta situación recurrentemente con sus alumnos.

Él comenta que ahora se vive en la era del espectáculo, es decir, nuestro vinculo social está mediado por la imagen, por una imagen tecnológicamente producida.

“La sociedad está tan complicada que lo que antes hubiera sido fácil interpretar como una ayuda a alguien que necesita auxilio, ya está totalmente contagiado por los imperativos de la imagen, del morbo, del espectáculo fugaz, por la complejidad del tiempo que corre, ya no está tan limpio ese deseo de ayudar”, dice Tutivén, quien recuerda que hay varias ciudades donde está prohibido, por ejemplo, tocar a una persona que se ha desmayado y cuenta que en Nueva York “uno debe limitarse a llamar al 911 y esperar que el profesional atienda al afectado; si uno mete mano y lo complica, puede hasta ser acusado de negligencia”.

Lo que dice la ley:

Artículo 292 del Código Orgánico Integral Penal.- La persona que altere o destruya vestigios, evidencias materiales o prueba para la investigación será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. (I)