¡Agua solo con tanqueros!

Un canalete con tubos plásticos se ha convertido en el sistema colector de agua en el hogar de María Elsa Morocho Padilla.

La mujer vive desde hace dos años en el recintoBajo Verde, ubicado en el desvío por el kilómetro 22 de la vía a la costa, en lo que antaño se conocía como Casas Viejas, en la ciudad de Guayaquil.

A ese caserío no ha llegado aún el servicio de aguapotable, por lo que los moradores deben adquirirla de los tanqueros que visitan el sector una vez por semana.

María Elsa dice que cada semana gasta veintedólares para llenar los tanques que la abastecen durante esos días para las labores domésticas.

En esta temporadainvernal, la mujer y su familia han implementado este curioso sistema de recolección por la falta de acceso al servicio básico.

“Aquí no llega el agua. Y el tanquero viene solo una vez por semana. Aprovechamos el agua de las lluvias, la recolectamos en baldes, lavacaras, tachos y pomas y la utilizamos en el lavado de ropa y aseo de platos”, explicó María.

Ese sistema le ha permitido ahorrar en el abastecimiento por tanquero, aunque es consciente de que una vez terminada la época de lluvias, de nuevo volverá a gastar $ 80 al mes por el líquido vital.

El acceso al servicio de agua es una necesidad imperiosa que aún no se consigue al cien por ciento en muchas partes del globo. Al menos 884 millones de personas en el mundo carecen de este servicio y se calcula que para 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua.

En Guayaquil, la Empresa de Alcantarillado y Agua Potable establece una cobertura del 95 % de la población; pero sectores periféricos como Bajo Verde aún forman parte de ese 5 % que no tiene agua potable.

EN MONTE SINAÍ

En una zona más cercana y poblada de la urbe, en Monte Sinaí, al noroeste, tampoco existe servicio por redes al cien por ciento.

Miriam Arámbulo habita desde hace nueve años en la parte posterior del hospital general de la zona y cada mañana le toca sacar los cuatro tachos para que el tanquero sepa que ahí debe detenerse y abastecerla del líquido.

Una mañana aprovechó el aguacero que cayó la noche anterior y pudo llenar tres tanques. Esa agua serviría para lavar platos, ropa y realizar el aseo de los baños, pero no para consumirla porque tenía larvas.

En el sector, las personas gastan un dólar por cada tanque que llenan y ese gasto, a veces insostenible, les hace temer que en algún momento no podrán alimentar a su familia. Aunque Emapag indica que en ese sitio existe un descuento en el costo del tanque.

La falta de agua, dicen vecinos como Francisco Padilla, se debe a que el sector no tiene los predios legalizados.

Hace unos días Emapag inauguró la bocatoma del proyecto ‘Agua del Sinaí’ que, según proyecciones, beneficiará a más de cien mil habitantes. Sin embargo, mantiene el mismo sistema de distribución por tanqueros, que la gente quisiera evitar, pues prefiere tener agua en los grifos. (KSG)