Tras la pista del esplendor maya en las entrañas de Chichen Itzá
Un grupo de geofísicos mexicanos estudiará con técnicas tomográficas las profundidades del sitio arqueológico de Chichén Itzá, una de las Nuevas Siete Maravillas del mundo moderno, en busca de una hipotética «cápsula del tiempo» que los mayas habrían dejado como ofrenda inicial de su construcción.
La pirámide de Kukulkán o El Castillo será sometida a una tomografía eléctrica tridimensional para buscar túneles, cámaras y elementos de interés arqueológico, informó René Chávez, geofísico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). «Antes de construir, se colocaba una ofrenda relacionada con la construcción inicial debajo de la pirámide, en alguna parte de la superficie; era como una cápsula del tiempo, explican los arqueólogos», indicó el experto.
El estudio durará dos semanas a partir del 5 de octubre y en participarán expertos del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería, ambas de la UNAM, y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, informó la universidad, considerada la máxima casa de estudios del país.
La pirámide será rodeada por 96 electrodos de cobre que estarán interconectadas con casi un kilómetro de cable, directamente a un ordenador que generará una secuencia similar a la de una tomografía, explicó Chávez. Después de semanas de recolectar datos comenzará el análisis para ofrecer resultados preliminares a partir de enero de 2015.
Existe el plan de hacer lo mismo tres meses después con el cuerpo de la pirámide de Chichén Itza, manifestó el científico. La UNAM explicó, en un comunicado, que la tecnología a usarse no representa un riesgo para la pirámide y es similar a la que se ha utilizado en países de Europa para estudiar el subsuelo de algunas iglesias medievales. En México, esta técnica permitió detectar en una época reciente los túneles que están debajo de la Catedral de Morelia, en el estado occidental de Michoacán, señaló la institución.
Cada uno de los electrodos transmite o mide el potencial eléctrico de un punto determinado y mediante una fórmula matemática se puede conocer lo que se llama resistividad de los materiales por debajo de la pirámide, lo que permite generar la imagen por contraste. Chávez tiene antecedentes en este tipo de estudios desde finales de la década de 1980, cuando colaboró con un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, donde se encuentra en un intercambio académico.
La institución detalló que cerca de 250 kilos de equipo se usarán en el estudio de la pirámide de Chichén Itzá. La llamada tomografía eléctrica tridimensional permite generar una imagen del subsuelo mediante una tecnología no convencional desarrollada por los científicos mexicanos que está en proceso de patentar y que supone un nuevo uso a una herramienta comercial de exploración. Para el estudio, se usará un aparato francés que los expertos mexicanos programaron para utilizarlo de una manera no convencional que les permitirá hacer el estudio de la pirámide.
La ciudad prehispánica de Chichén Itzá fue el principal centro de la cultura maya en el llamado periodo clásico, entre el año 200 D.C. y el 900 D.C. En 2008 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2007 fue escogida entre las Siete Nuevas Maravillas del mundo moderno. Se calcula que cada año recibe 1 millón de visitantes, que pueden acceder a un área de 47 hectáreas, aunque la zona protegida,que incluye la totalidad de los edificios monumentales de la ciudad se extiende por 15 kilómetros cuadrados.Un grupo de geofísicos mexicanos estudiará con técnicas tomográficas las profundidades del sitio arqueológico de Chichén Itzá, una de las Nuevas Siete Maravillas del mundo moderno, en busca de una hipotética «cápsula del tiempo» que los mayas habrían dejado como ofrenda inicial de su construcción.
La pirámide de Kukulkán o El Castillo será sometida a una tomografía eléctrica tridimensional para buscar túneles, cámaras y elementos de interés arqueológico, informó René Chávez, geofísico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). «Antes de construir, se colocaba una ofrenda relacionada con la construcción inicial debajo de la pirámide, en alguna parte de la superficie; era como una cápsula del tiempo, explican los arqueólogos», indicó el experto.
El estudio durará dos semanas a partir del 5 de octubre y en participarán expertos del Instituto de Geofísica y de la Facultad de Ingeniería, ambas de la UNAM, y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, informó la universidad, considerada la máxima casa de estudios del país.
La pirámide será rodeada por 96 electrodos de cobre que estarán interconectadas con casi un kilómetro de cable, directamente a un ordenador que generará una secuencia similar a la de una tomografía, explicó Chávez. Después de semanas de recolectar datos comenzará el análisis para ofrecer resultados preliminares a partir de enero de 2015.
Existe el plan de hacer lo mismo tres meses después con el cuerpo de la pirámide de Chichén Itza, manifestó el científico. La UNAM explicó, en un comunicado, que la tecnología a usarse no representa un riesgo para la pirámide y es similar a la que se ha utilizado en países de Europa para estudiar el subsuelo de algunas iglesias medievales. En México, esta técnica permitió detectar en una época reciente los túneles que están debajo de la Catedral de Morelia, en el estado occidental de Michoacán, señaló la institución.
Cada uno de los electrodos transmite o mide el potencial eléctrico de un punto determinado y mediante una fórmula matemática se puede conocer lo que se llama resistividad de los materiales por debajo de la pirámide, lo que permite generar la imagen por contraste. Chávez tiene antecedentes en este tipo de estudios desde finales de la década de 1980, cuando colaboró con un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, donde se encuentra en un intercambio académico.
La institución detalló que cerca de 250 kilos de equipo se usarán en el estudio de la pirámide de Chichén Itzá. La llamada tomografía eléctrica tridimensional permite generar una imagen del subsuelo mediante una tecnología no convencional desarrollada por los científicos mexicanos que está en proceso de patentar y que supone un nuevo uso a una herramienta comercial de exploración. Para el estudio, se usará un aparato francés que los expertos mexicanos programaron para utilizarlo de una manera no convencional que les permitirá hacer el estudio de la pirámide.
La ciudad prehispánica de Chichén Itzá fue el principal centro de la cultura maya en el llamado periodo clásico, entre el año 200 D.C. y el 900 D.C. En 2008 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2007 fue escogida entre las Siete Nuevas Maravillas del mundo moderno. Se calcula que cada año recibe 1 millón de visitantes, que pueden acceder a un área de 47 hectáreas, aunque la zona protegida,que incluye la totalidad de los edificios monumentales de la ciudad se extiende por 15 kilómetros cuadrados.