En mi casa son un clásico de cuando asoman los primeros rayos de sol para amenizar los aperitivos del domingo mientras disfrutamos de una buena cerveza o de un vermut. Además, las tortillitas de camarones no pueden ser más fáciles de hacer, pues el único secreto para que queden crujientes es el uso de la harina de garbanzo.
Ingredientes para receta de Camarón
- Camarones pequeños. 200 g
- Agua de cocer los camarones o fumet de marisco, 250 ml (*)
- Cebolleta, 100 g
- Perejil fresco, 1/2 manojo
- Harina de trigo, 200 g
- Harina de garbanzo, 100 g
- Sal, 1 cucharadita
- Aceite de oliva suave para freír
A mí me gusta hacerlas con un fumet casero hecho con las cabezas de unos cuantos gambones o langostinos, pues el sabor es mucho más potente que el del agua de cocer los camarones que, al tener una cocción muy breve, tiene mucho menos sabor, pero será lo que usaremos si no tenemos otra cosa.
Preparación para receta de camarón
Paso 1
Si no tenemos a mano un buen fumet de marisco, ponemos a calentar unos 300 ml de agua con sal y cuando rompa a hervir, echamos los camarones. Cuando hierva de nuevo el agua, esperamos un minuto y los sacamos. Reservamos los camarones por un lado y el agua de haberlos cocido por otro.
Paso 2
Picamos por un lado la cebolleta y por otro el perejil en brunoise -trozos entre uno y dos milímetros-. Para asegurarnos de que el picado es muy fino podemos hacerlo con un procesador de alimentos o un robot de cocina dando unos cuantos golpes de turbo.
Paso 3
En un bol ponemos la harina de trigo, la de garbanzo, la sal, la cebolleta picada, el perejil picado, el fumet o el agua de cocción fría y lo mezclamos todo muy bien. Añadimos los camarones y mezclamos bien para que se repartan por toda la masa.
Paso 4 para la receta de camarón
Ponemos a calentar aceite de oliva abundante en una sartén y vamos friendo las tortillitas hasta que estén doradas por ambos lados. Cuando estén listas las vamos sacando y las vamos dejando sobre un colador grande para que escurran bien el aceite.
Paso 5
Se sirven calientes y solas como aperitivo en una fuente para que cada uno vaya cogiendo, pues la gracia es comerlas con las manos, pero también podemos servirlas emplatadas acompañándolas de una ensalada como entrante.