La sonda «Messenger» de la NASA tendrá un final espectacular. Si todo transcurre según lo previsto, el próximo jueves, 30 de abril, se estrellará en Mercurio, poniendo fin así a más de diez años de investigaciones.
Para entonces se habrá agotado todo el combustible y «Messenger» impactará en el planeta más cercano al Sol a una velocidad de cuatro kilómetros por segundo, dejando un cráter de unos 16 metros de diámetro.
Como despedida, la NASA reveló una espectacular imagen captada por la sonda Messenger, Mercurio en todo su esplendor.
Misión cumplica
La sonda ‘Messenger’ ha tomado más de 250 mil fotografías de Mercurio. Foto: NASA
«La sonda dejará de funcionar, pero consideramos que la misión de ‘Messenger’ fue todo un éxito», afirmó el director de ciencia de la NASA John Grunsfeld. «Al mismo tiempo, ahora comienza una misión mucho más larga, que consiste en analizar los datos que permitirán conocer los secretos científicos de Mercurio». La sonda ha tomado más de 250.000 fotografías y recopilado grandes cantidades de información.
«Messeger» llevó a cabo en parte un trabajo pionero. Despegó en agosto de 2004 desde el centro espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, después de más de tres décadas sin una sola misión a Mercurio. «Mariner 10», su única predecesora, sólo había cartografiado la mitad de la superficie del planeta, de cuya existencia se tiene conocimiento desde hace más de 3.000 años.
Desde el inicio de la misión, «Messenger» recorrió más de 12.000 millas. La sonda, de unos 500 kilogramos, llegó a la órbita de Mercurio en 2011. En realidad su objetivo era dar una sola vuelta alrededor de un planeta que tiene aproximadamente el tamaño de la Luna. Pero como las circunstancias fueron favorables y había suficiente combustible, la misión se prolongó en dos ocasiones, por lo que duró cuatro años más.
Mercurio más a fondo
Si hoy se sabe que hay hielo en Mercurio o que el planeta cuenta con cráteres de los que no se tenía conocimiento hasta hace un par de años es gracias a ella.
«Messenger» no se encontró con un planeta especialmente acogedor, como ya tenía claro la NASA antes del inicio de la misión. Durante la noche las temperaturas de Mercurio bajan hasta los -200 grados Celsius, mientras que durante el día llegan a superar los 400. Y el sol se pone sólo una vez cada 88 días terrestres, el tiempo que dura un día en Mercurio.
«Messenger» sorprendió a los investigadores con sus fotografías y datos de este planeta. Protegida del calor por un escudo de cerámica especial y equipada con ocho instrumentos científicos, la sonda descubrió una inesperada y fuerte actividad volcánica, una insospechada escasez de hierro en la superficie e indicios de la existencia de agua.
Además, «Messenger» fotografió la última zona todavía desconocida del planeta. «Por primera vez en la historia tenemos un conocimiento real sobre Mercurio, que lo presenta como una parte fascinante de nuestro Sistema Solar», explicó Grunsfeld.
La NASA estará en contacto con «Messenger» hasta aproximadamente diez minutos antes de que se estrelle en Mercurio. Después tocará decir adiós, sin poder siquiera dar una última mirada a la sonda, que se estrellará en la cara oculta para la Tierra. (I)
Un grupo de científicos consiguió datar en 4.470 millones de años la edad de la Luna con un novedoso análisis de los meteoritos que salieron despedidos en el momento de creación del satélite y cuyos restos acabaron aterrizando en la Tierra, según un estudio que publica esta semana la revista Science.
El grupo multidisciplinar de científicos de la NASA, la Universidad de Arizona y el Instituto Superior de Estudios Teológicos (ISET) descubrió huellas del momento de creación de la Luna en los restos de los meteoritos rocosos que han ido llegando a la Tierra desde hace millones de años.
Los expertos concluyeron que la Luna se formó a partir del «mayor impacto» de la Historia del Sistema Solar, cuando un protoplaneta (pequeño cuerpo celeste considerado un embrión planetario) colisionó con el cuerpo celeste que más tarde se convertiría en la Tierra.
Se desconoce exactamente cuándo se produjo este impacto, pues los científicos siguen debatiendo la edad de las muestras de suelo y rocas lunares que trajeron de regreso a la Tierra los astronautas de las misiones Apolo.
Sin embargo, los investigadores han descubierto que, en el momento del choque, meteoritos de más de un kilómetro de largo golpearon con mayor velocidad de la normal un cinturón de asteroides.
Entonces, la superficie de los meteoritos se calentó más de lo normal y dejó tras de sí «un registro permanente del impacto», que ha permitido saber a los científicos que la Luna se formó hace 4.470 millones de años, tal y como apuntaban otros estudios anteriores.
«El antiguo impacto lunar se grabó a sí mismo», afirman los investigadores, que pudieron descifrar las huellas del tiempo midiendo y analizando los meteoritos que se produjeron tras las colisiones con el cinturón de asteroides.
«Esta investigación nos está ayudando a definir nuestras escalas de tiempo para saber cuándo paso qué en el Sistema Solar», apuntó Bill Bottke, alumno del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona.
Los científicos están evaluando la utilización de estos nuevos conocimientos para saber cómo se formaron otros antiguos cuerpos celestes, como el asteroide gigante Vesta, que se encuentra en el cinturón de asteroides comprendido entre las órbitas de Marte y Júpiter y que alberga cientos de cuerpos celestes.
La sonda Dawn de la NASA visitó, durante 14 meses, entre 2011 y 2012, a este asteroide gigante y consiguió tomar más de 30.000 imágenes para proporcionar a los expertos mejores conocimientos sobre la composición y la historia geológica de Vesta, que tiene un diámetro medio de 525 kilómetros.
Un grupo de científicos consiguió datar en 447.000 millones de años la edad de la Luna con un novedoso análisis de los meteoritos que salieron despedidos en el momento de creación del satélite y cuyos restos acabaron aterrizando en la Tierra, según un estudio que publica esta semana la revista Science.
El grupo multidisciplinar de científicos de la NASA, la Universidad de Arizona y el Instituto Superior de Estudios Teológicos (ISET) descubrió huellas del momento de creación de la Luna en los restos de los meteoritos rocosos que han ido llegando a la Tierra desde hace millones de años.
Los expertos concluyeron que la Luna se formó a partir del «mayor impacto» de la Historia del Sistema Solar, cuando un protoplaneta (pequeño cuerpo celeste considerado un embrión planetario) colisionó con el cuerpo celeste que más tarde se convertiría en la Tierra.
Se desconoce exactamente cuándo se produjo este impacto, pues los científicos siguen debatiendo la edad de las muestras de suelo y rocas lunares que trajeron de regreso a la Tierra los astronautas de las misiones Apolo.
Sin embargo, los investigadores han descubierto que, en el momento del choque, meteoritos de más de un kilómetro de largo golpearon con mayor velocidad de la normal un cinturón de asteroides.
Entonces, la superficie de los meteoritos se calentó más de lo normal y dejó tras de sí «un registro permanente del impacto», que ha permitido saber a los científicos que la Luna se formó hace 447.000 millones de año, tal y como apuntaban otros estudios anteriores.
«El antiguo impacto lunar se grabó a sí mismo», afirman los investigadores, que pudieron descifrar las huellas del tiempo midiendo y analizando los meteoritos que se produjeron tras las colisiones con el cinturón de asteroides.
«Esta investigación nos está ayudando a definir nuestras escalas de tiempo para saber cuándo paso qué en el Sistema Solar», apuntó Bill Bottke, alumno del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona.
Los científicos están evaluando la utilización de estos nuevos conocimientos para saber cómo se formaron otros antiguos cuerpos celestes, como el asteroide gigante Vesta, que se encuentra en el cinturón de asteroides comprendido entre las órbitas de Marte y Júpiter y que alberga cientos de cuerpos celestes.
La sonda Dawn de la NASA visitó, durante 14 meses, entre 2011 y 2012, a este asteroide gigante y consiguió tomar más de 30.000 imágenes para proporcionar a los expertos mejores conocimientos sobre la composición y la historia geológica de Vesta, que tiene un diámetro medio de 525 kilómetros.
Un grupo de científicos ha detectado, por primera vez, componentes orgánicos esenciales alrededor de una distante estrella joven, lo que alienta la posibilidad de que haya vida más allá del Sistema Solar.
Según un artículo que publicará mañana la revista científica «Nature» y que avanzó hoy en un comunicado el Observatorio Meridional Europeo (ESO), este equipo internacional ha detectado «grandes cantidades de cianuro de metilo (CH3CN)» en el «disco protoplanetario que rodea a la joven estrella MWC 480».
Este descubrimiento es clave, según argumentan los expertos que han llevado a cabo la investigación, porque esta molécula contiene enlaces entre átomos de carbono y de nitrógeno.
Estos lazos químicos son «esenciales» para la formación de los aminoácidos, que a su vez son unos elementos básicos de las proteínas y, por lo tanto, «componentes esenciales para la construcción de la vida».
Tanto el cianuro de metilo como su pariente más sencillo, el ácido cianhídrico (HCN), fueron encontrados «en los fríos confines del disco recién formado» en torno a la estrella MWC 480, un astro unas dos veces mayor que nuestro Sol y a aproximadamente 455 años luz de la Tierra, en la región de formación estelar de Tauro.
Lea también: Detectan elementos orgánicos de posible cometa
El hallazgo, llevado a cabo con un telescopio especial de la ESO en el desierto de Atacama (Chile), «reafirma que las condiciones que dieron lugar al nacimiento de la Tierra y el Sol no son únicas en el universo», según el comunicado.
«Ahora tenemos aún más evidencias de que esta misma química existe en otras partes del universo, en las regiones que podrían formar sistemas solares no muy distintos al nuestro», explica Karin Öberg, astrónoma del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica de Cambridge y principal autora del artículo.
Öberg destacó que tanto las moléculas descubiertas en torno a MWC 480 como sus concentraciones son similares a las de los cometas del Sistema Solar, algo interesante ya que estos cuerpos celestes «conservan, desde el periodo en que se formaron los planetas, la información original de la química temprana del Sistema Solar».
Si el contexto químico en el que surgió la Tierra y el resto de planetas posibilitó el surgimiento de la vida y estas condiciones se dan en otros lugares del universo, es lógico pensar que pueda haber vida más allá del Sistema solar, apunta el estudio.
«Ahora sabemos que tampoco somos únicos en cuanto a nuestra química orgánica. Una vez más, hemos aprendido que no somos especiales. Desde el punto de vista de la vida en el universo, es una buena noticia», indicó Öberg. (I)
La NASA invitó este lunes a los ciudadanos de todo el mundo a compartir en las redes sociales los videos y fotografías de sus lugares favoritos de la Tierra con la etiqueta #NoPlaceLikeHome (no hay lugar como el hogar) para celebrar el Día de la Tierra, que se conmemora cada año el 22 de abril.
«En la NASA exploramos un montón de planetas y hay mucho que amar: las montañas de Marte, los anillos de Saturno, la inclinación axial de 99,77 grados de Urano. Pero ¿qué tal un poco para el equipo local? Es el Día de la Tierra. Vamos a explorar también nuestro planeta», señaló la agencia espacial en un comunicado.
Por ello, en las próximas dos semanas, la NASA pondrá su granito de arena y mostrará al mundo imágenes inéditas de los mares, bosques, desiertos o capas de hielo de la Tierra, tomadas por sus satélites desde el espacio.
La NASA compartirá sus imágenes en diferentes redes sociales como Twitter, Vine, Instagram o Facebook, y todas ellas estarán identificadas con la etiqueta #NoPlaceLikeHome.
«La vista desde el espacio puede ser imponente, pero nuestros satélites no ven el mundo como tú lo haces, ni explican qué hace especial un rincón de la Tierra, qué le hace ser tu casa», destacó la agencia aeroespacial estadounidense para invitar a todos los habitantes del planeta a enviar imágenes y vídeos.
«Cuál es tu lugar favorito de la Tierra?», preguntó en su web la NASA, que quiere movilizar a los ciudadanos por el Día de la Tierra y lograr que llenen las redes sociales con sus lugares favoritos, sea un parque, un lugar de vacaciones o el imponente Everest.
El año pasado, la NASA convocó a los ciudadanos a hacerse una autofotografía y compartirla en las redes sociales con la etiqueta #GlobalSelfie para crear un mosaico único de la gente que habita el planeta.
Este año, además de fotografías, los habitantes de la Tierra pueden compartir vídeos en Vine e Instagram, dos plataformas que permiten publicar vídeos cortos.
La NASA recordó en su comunicado que los científicos han descubierto más de 1.800 planetas más allá del Sistema Solar, pero apuntó que, hasta ahora, no se ha encontrado ninguno que coincida con la complejidad de la Tierra.
Por eso, la agencia espacial tiene 20 misiones que captan nuevas imágenes de la Tierra cada segundo y ayudan a los científicos a observar diferentes fenómenos, como la lluvia o la nieve, y construir una visión más completa de un planeta «dinámico».
El Día de la Tierra se celebra en diferentes lugares del mundo desde 1970, cuando el senador Gaylord Nelson promovió en Estados Unidos una manifestación para rendir homenaje al planeta y concienciar de problemas como la contaminación o la desaparición de la biodiversidad.
Como cada año, se espera que el próximo 22 de abril diferentes ciudades del mundo se vistan de verde para crear conciencia en el mundo sobre la necesidad de proteger el planeta.(I)
Un equipo internacional de astrónomos descubrió el sistema planetario más antiguo que se conozca hasta el momento en nuestra galaxia: en sus 11.200 millones de años, ha dado lugar a cinco planetas parecidos a la Tierra.
«Nunca hemos visto nada igual. Una estrella tan vieja con un número tan alto de pequeños planetas; esto la hace muy especial», dijo Daniel Huber, de la Universidad de Birmingham en Gran Bretaña y uno de los responsables de este descubrimiento.
El hallazgo fue posible gracias al telescopio Kepler y fue publicado este martes en la revista especializada The Astrophysical.
Sistema con cinco planetas
El sistema planetario fue bautizado Kepler-444. Su estrella es una «enana naranja», 25% más pequeña que el Sol y por tanto menos caliente. A su alrededor orbitan cinco planetas de diámetros que varían entre 0,4 y 0,7 veces el de la Tierra, es decir que sus medidas se asemejan a las de Mercurio o Venus.
Kepler-444 está a 117 años luz de la Tierra (un año luz equivale a 9.460.730 millones de kilómetros) y se trata del sistema planetario más antiguo de toda la galaxia Vía Láctea -de la que el Sistema Solar es apenas un punto-, al menos que se sepa por el momento.
No obstante, los exoplanetas están muy cerca de su estrella, a distancias que los vuelven demasiado calientes y por tanto no habitables por los humanos, suponiendo que fuera posible hacer tal viaje.
«Ahora sabemos que se han formado planetas del tamaño de la Tierra durante casi toda la existencia del Universo, que se originó hace 13.800 millones de años», escribió Tiago Campante, de la Universidad de Birmingham y principal autor del estudio.
«Esto podría significar que hay la posibilidad de que exista vida antigua en la galaxia», comentó.
«Este descubrimiento abre el camino para una mayor comprensión de la formación de los primeros planetas en la galaxia (…), lo cual nos acerca al Grial de los astrónomos», dijo también el profesor Huber, refiriéndose a una reliquia cristiana cuya infructuosa búsqueda alimentó numerosas leyendas medievales, entre ellas las del rey Arturo.
En este caso, el «Grial» sería «descubrir un exoplaneta similar en tamaño a la Tierra, que se tome más o menos un año en orbitar alrededor de una estrella que se parezca a nuestro Sol», dijo Huber. (I)