La cantidad de casos de ébola en el África de Occidental subió por primera vez este año, indicó la Organización Mundial de la Salud, advirtiendo de que la próxima temporada de lluvias podría complicar los esfuerzos por contener la enfermedad.
La semana pasada se confirmaron 124 casos, indicó en un comunicado en internet la agencia sanitaria de Naciones Unidas, frente a los 99 de la semana anterior.
La OMS dijo en su informe del miércoles que sigue habiendo problemas para seguir la pista de los contagios y que sólo el 21% de los casos nuevos en Sierra Leona se debía a contactos identificados, lo que supone que las autoridades sanitarias no saben cómo se están infectando la mayoría de los pacientes. Además, el ébola sigue extendiéndose en zonas nuevas en Guinea, cerca de la frontera con Mali.
La OMS señaló que un único entierro sin medidas de seguridad realizado en Guinea a principios de enero provocó 12 nuevos casos. Los cuerpos de las víctimas del ébola son muy contagiosos y las prácticas tradicionales de enterramiento, que implican lavar o besar el cadáver, suponen un enorme riesgo.
«Un aumento en la incidencia muestra que la respuesta aún se enfrenta a desafíos significativos», dijo la OMS, añadiendo que la temporada de lluvias complicará el acceso a zonas remotas.
Se cree que la pandemia ha matado hasta ahora a unas 9.000 personas, con una tasa de mortalidad de entre el 50 y el 60 por ciento en el África Occidental para los pacientes hospitalizados.
En una reunión de la OMS sobre la enfermedad el mes pasado, la jefa de la agencia, Margaret Chan, dijo que los datos muestran que «hemos cambiado la tendencia y evitado el peor escenario posible», tras estimaciones previas de que los casos podrían aumentar hasta 10.000 semanales. La agencia, señaló la doctora Chan, ha tornado su objetivo a conseguir que no haya nuevos casos, pero sigue registrando «situaciones de alto riesgo».
Fuera de California, entre los casos ligados al brote de Disneyland, Arizona presenta el mayor número.
Por fin un respiro en la lucha contra el ébola. Una de las vacunas comenzará a probar su efectividad en el escenario de esta enfermedad en Liberia.
La epidemia de ébola en África occidental sigue siendo una emergencia sanitaria de alcance internacional, según decretó este miércoles la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, que aceptó la recomendación en este sentido del Comité de Emergencia del organismo.
Este Comité -formado por expertos en distintas áreas- se reunió por cuarta vez ayer para evaluar la actual epidemia de ébola, decidir si aún constituye una amenaza a la salud pública mundial y establecer recomendaciones.
En un comunicado hecho público este miércoles por la OMS, se explica que el Comité decidió «por unanimidad» mantener el estatus de «emergencia sanitaria de alcance internacional», así como las recomendaciones hechas sobre cómo actuar para frenar su expansión, tanto en el interior de las fronteras de las tres naciones más afectadas, como en terceros países.
La evidencia sobre el terreno demuestra que los casos están disminuyendo, lo que confirma que la estrategia aplicada está funcionando en Guinea Conakri, Liberia y Sierra Leona, los países más afectados.
Asimismo, el Comité concluyó que a pesar de algunos casos aislados de expansión fuera de las fronteras de estos tres países (España, Estados Unidos, Senegal, Nigeria, Mali y Reino Unido) la epidemia se ha contenido en sus focos iniciales, por lo que una vez más, se confirma que la respuesta es la correcta.
Ante esta situación, recomienda «encarecidamente» a los gobiernos de Guinea, Liberia y Sierra Leona que continúen con los controles de salida para evitar la exportación del virus.
Estos controles deben proseguir hasta que el contagio haya parado completamente en los tres países.
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El Comité puso énfasis en la necesidad que la comunidad internacional colabore con estos controles de salida.
Con respecto a los países limítrofes con Guinea, Liberia y Sierra Leona, el Comité les recomienda que continúen con una vigilancia activa en las fronteras y que se comprometan en la cooperación bilateral compartiendo información y recursos.
En este proceso deberían implicarse también las autoridades locales.
Para el resto de países en general, el Comité enfatizó la necesidad de evitar el establecimiento de medidas que interfieran con el intercambio de personas o mercancías.
El Comité ha detectado hasta 40 países que han establecido medidas no recomendadas por este organismo, como controles de entrada, cuarentenas obligatorias de retornados, y rechazos de entrada.
«Estas medidas están impidiendo el reclutamiento y retorno de personal internacional, y tienen efectos perniciosos en las comunidades locales al incrementar el estigma y el aislamiento, y al afectar negativamente a las economías locales», afirmaron los expertos.
El Comité recordó que dichas medidas extraordinarias solo se deberían implementar en caso de que hubiera evidencias científicas probadas del riesgo de contagio.
Finalmente, el organismo destaca que el objetivo primordial sigue siendo lograr «cero casos de ébola» en los tres países más afectados, la medida más efectiva para evitar que el virus se propague internacionalmente.
Según el último recuento de la OMS, hasta la fecha se han contabilizado más 21.300 casos de ébola (confirmados, probables y sospechosos) y más de 8.500 decesos. (I)
El gobierno de Mali y la Misión de la ONU para la lucha contra el ébola (UNMEER) declararon este domingo por finalizada la epidemia en el país, luego que pasaran 42 días sin que se registraban casos.
«Después de 42 días de vigilancia que hayan casos confirmados de ébola» declaro este domingo el final de la epidemia en Mali, dijo el ministro de Salud, Ousmane Kone, una afirmación que fue confirmada por el delegado de la UNMEER en Mali, el médico Ibrahima Soce Fall.
El país «superó» la epidemia, declaró Soce Fall.
En Mali se registraron siete casos de ébola. El primero, el de una niña de dos años que provenía de Guinea, uno de los países afectado por el actual brote de ébola, que ha provocado casi 8.429 muertos y cerca de 21.296 infectados, según el último balance efectuado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El último paciente en ser tratado por ébola en Mali se recuperó totalmente de la enfermedad y fue dado de alta a principios de diciembre.
Si un país no registra casos en 42 días es declarado por las autoridades como libre de la enfermedad. (I)
La escasez de rubros básicos en Venezuela provoca largas colas en supermercados y farmacias, lo que aunado a la crisis económica ha empujado a algunos venezolanos a convertirse en ‘empleados por encargo’ que compran alimentos y otros bienes para particulares.
Krisbell Villarroel, caraqueña de 22 años y madre soltera de dos niñas de cinco y un año de edad, es una de esas personas que vive de hacer colas desde la madrugada para comprar productos que después vende a sus clientes, quienes le pagan además por el tiempo invertido en la fila.
«Todos los días hay que levantarse a las 2 de la madrugada y llamar a mis amistades para saber dónde están o qué productos irán a vender», explica a la AFP Villarroel en la cocina de su casa, en una barriada popular en las cercanías de Caracas.
«Ese es mi día a día. Salir de la primera cola a las 10 am y quizás irnos a otra para ver qué están vendiendo. Y pasar el día así a ver qué conseguimos. Quizás en un abasto conseguimos leche, azúcar o café, pero en otro hay harina, arroz, pañales o champú», relata.
Sus clientes son «personas de casas de familia que no tienen tiempo o necesidad de estar en una cola. Son empresarios, tienen su vida propia y cómo pagarle a alguien».
Varios propietarios de restaurantes en Caracas aseguraron a la AFP que tienen en su plantilla a un empleado contratado exclusivamente para hacer colas en supermercados y tiendas en busca de los productos necesarios para sus cartas.
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Venezuela sufre la escasez de casi un tercio de los bienes básicos, una inflación de 64% en 2014 y una recesión económica provocada en parte por una sequía de divisas que desde 2013 viene limitando las importaciones esenciales.
El gobierno de Nicolás Maduro asegura que el país es víctima de una «guerra económica» provocada por la oposición y empresarios para desestabilizar, pero muchos economistas afirman que el modelo económico chavista de control de cambio y de precios fracasó y acentuó la dependencia de Venezuela del petróleo.
En los últimos días, ante la magnitud y duración de las colas y la aparición de algunos tumultos, el gobierno ordenó a las fuerzas de seguridad custodiar los supermercados estatales y privados.
Además, algunos gobernadores del chavismo han prohibido hacer colas nocturnas frente a los supermercados.
Para el país caribeño, que obtiene 96% de sus divisas del crudo, 2015 luce sombrío considerando la abrupta caída del petróleo venezolano a un promedio anual de 43,12 dólares, que podría profundizar la escasez y el racionamiento en los supermercados en los próximos meses.
Krisbell cobra entre 600 y 1.200 bolívares por encargo al día (3,6 a 7,1 dólares a la tasa del mercado negro). Gana al menos unos 13.200 bolívares mensuales (79 dólares) en ventas a sus clientes, más que el salario de algunos profesionales universitarios.
Pero en este ritmo de vida Villarroel cuenta lo complicado de atender a sus hijas, con las que a veces debe hacer la cola. «No me dejan pasar de primero. Tengo que estar ahí y es más fuerte aún porque los niños son muy inquietos, ellos se cansan», detalla.
En esas ocasiones negocia con los vendedores informales que se organizan para estar siempre en los primeros puestos en las colas, para pasar antes pagándoles y entregando parte de las compras porque «todo tiene un precio».
Además, las colas nocturnas son arriesgadas en un país con alta criminalidad y la segunda mayor tasa de homicidios del mundo, unos 58 al año por cada 100.000 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud.
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Krisbell afirma «no estar incumpliendo la ley», y señala que «si se resuelve este problema de las colas tendría que buscar otro trabajo para resolver las cosas de mis hijas. Estoy sola con ellas, y por eso lo estoy haciendo. Y así como yo somos muchas».
Para Villarroel «esto es culpa de los venezolanos. Hacemos 7 horas de cola en nuestro propio país y por qué, si tenemos el derecho a llegar a un automercado a comprar sin necesidad de estar matándonos unos a otros. ¿Si quiero 10 harinas de maíz por qué solo puedo llevar 4? Eso no debería ser así», critica en alusión a los racionamientos impuestos en los comercios. (I)
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