El Día de la Tierra se celebró este miércoles en Bogotá y Medellín, dos de las principales ciudades de Colombia, con el uso restringido de más de un millón de automotores, que generaron una significativa reducción en la contaminación, informaron autoridades locales.
La secretaria del Medio Ambiente de la capital colombiana, Susana Muhamad, indicó que con la restricción de uso de vehículos particulares y motocicletas en Bogotá se respiró un aire «mucho más puro en comparación con un día normal».
«Se logró reducir en un 75 por ciento las emisiones de dióxido de carbono y del 26 por ciento en el material particulado (que consiste en una acumulación de diminutas piezas de sólidos o de gotas de líquidos en la atmósfera ambiental) con respecto a un día normal», señaló la secretaria.
Asimismo, Muhamad destacó la reducción de un 20 por ciento en el ruido de varias de las principales calles de la capital, donde además se realizó una «bicimaratón» con la participación de casi 1.000 personas movilizándose en bicicleta.
BOGOTÁ.- Ciudadanos movilizándose en bicicleta durante el Día sin Auto y Día de la Tierra (AP)
Por su parte, la Secretaría de Movilidad de Bogotá informó que en la segunda jornada del «Día sin carro» que se cumple este año se superaron las expectativas de uso de transporte público y bicicleta.
Según la Secretaría, más de dos millones de personas utilizaron Transmilenio -sistema masivo de transporte de la capital- y el sistema de buses articulados que se detienen en estaciones, los cuales no estaban incluidos en la restricción.
«Está creciendo cada vez más el cambio de modos de conductas, de hábitos en el uso de transportes mucho más sostenibles con el planeta. Un cambio hacia modos sostenibles de transporte no solamente permite una mejor ciudad, sino que preserva la vida en el planeta», aseguró el alcalde de la capital, Gustavo Petro.
Pese a las críticas que se han generado desde sectores comerciales, el alcalde insistió en que la ciudad debe buscar modos alternos de movilidad para evitar congestiones en las calles y disminuir la contaminación.
En Medellín, capital del departamento de Antioquia (noroeste), que se unió por primera vez a la medida, las autoridades registraron que más de 450.000 vehículos dejaron de transitar, mientras que se redujo un 15 por ciento la emisión de gases contaminantes.
La subdirectora ambiental de Medellín, Ana Joya, destacó la disminución de un 40,6 por ciento en una de las zonas más contaminadas de la ciudad.
«Es una cifra muy importante porque es la mayor en este sentido, está directamente relacionada con el parque automotor y es una contaminación que afecta directamente nuestra salud», precisó. (I)
El ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos intercambiaron este sábado prisioneros en cumplimiento del acuerdo de Minsk, tras una semana de violaciones de la tregua, que han llevado a Estados Unidos a contemplar «graves» sanciones contra Rusia.
Los rebeldes entregaron 139 soldados ucranianos a cambio de 52 combatientes separatistas en la línea de frente de la localidad de Jolobok, a unos 40 kilómetros del bastión rebelde de Lugansk, en el este de Ucrania, en el mayor intercambio de prisioneros desde diciembre, constató un periodista de la AFP.
Algunos de los soldados retenidos por los rebeldes estaban heridos y otros caminaban con muletas.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, confirmó el intercambio en su cuenta de Twitter y dijo que los soldados «están de camino a casa tras el cautiverio».
Los acuerdos Minsk 2 consensuados por Ucrania y los rebeldes prorrusos y apoyados por Alemania, Francia y Rusia, prevén la liberación de «todos los rehenes y prisioneros» retenidos desde el inicio del conflicto, a principios de abril.
Según los separatistas, entre estos prisioneros había combatientes capturados durante la ofensiva para tomar la estratégica localidad de Debaltsevo esta semana.
Un total de 179 soldados ucranianos murieron en un mes en la batalla de Debaltsevo y 81 están desaparecidos, según anunció el sábado Yuri Biriukov, consejero del presidente ucraniano, Petro Poroshenko.
Este sábado el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo desde Londres, que su país sopesa «sanciones graves» a Rusia por su comportamiento «extremadamente cobarde» en Ucrania.
«Podemos adoptar sanciones muy graves que tendrían un impacto muy negativo en la economía rusa», dijo Kerry a la prensa antes de agregar que «en los próximos días, el presidente (Barack) Obama va a analizar las posibilidades a su disposición y tomar su decisión».
Alemania y Francia siguen intentando apuntalar, pero sin mucha esperanza, la tregua, para poner fin a un conflicto que ha provocado casi 5.700 muertos en diez meses, según cifras de la ONU.
«No tenemos ninguna ilusión», dijo el viernes la canciller alemana Angela Merkel tras reunirse con el presidente francés, Francois Hollande, en París.
Los acuerdos firmados en la capital bielorrusa, con la participación de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, preveían un alto el fuego total, la retirada de las armas pesadas del frente, la liberación de prisioneros y negociaciones para una mayor autonomía de las regiones separatistas.
Kerry, que se reunió en la tarde del sábado con su homólogo británico Philip Hammond, considera que la ofensiva contra la ciudad de Debaltsevo es uno de los ejemplos «más flagrantes» de la ruptura del alto el fuego por los rusos y los separatistas prorrusos ucranianos.
«Sabemos con seguridad lo que ha proporcionado Rusia y ninguna propaganda puede esconder sus acciones», dijo Kerry, que recibió a la prensa en la embajada de Estados Unidos en Londres.
Los separatistas aseguraron haber retirado las armas pesadas de algunas zonas, pero los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) aún no han podido confirmarlo.
«Seamos claros. El acuerdo de Minsk no está abierto a la interpretación, no es impreciso ni ofrece opciones», dijo Kerry, antes de subrayar que por el momento «Rusia y los separatistas solo lo cumplen en algunas zonas, pero no en Debaltsevo ni en los alrededores de Mariupol, ni en algunos otros puntos estratégicos».
Al ser interrogado sobre la posibilidad de proporcionar armas a Ucrania, el secretario de Estado estadounidense repitió que se ha analizado en Washington pero que «hasta el momento, el presidente no ha adoptado ninguna decisión».
Aunque Moscú sigue negando su intervención en Ucrania, la UE y Estados Unidos le han aplicado una serie de sanciones económicas en represalia por su apoyo a los separatistas. Unas medidas que han perjudicado un poco más la maltrecha economía rusa, golpeada por la caída del precio del petróleo y el hundimiento del rublo.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, amenazaron este viernes al presidente ruso, Vladimir Putin, con nuevas sanciones si lo separatistas prorrusos del este de Ucrania siguen violando los acuerdos de paz alcanzados en Minsk, señalaron tras un encuentro en París.
Los separatistas prorrusos y el Ejército ucraniano deben cumplir el alto el fuego, retirar las armas pesadas e intercambiar prisioneros, exigieron Merkel y Hollande. «Si eso no ocurre, habrá sanciones. Pero esa no es nuestra intención, queremos lograr la paz», dijo Hollande.
Hollande denunció que el alto el fuego fue «repetidamente violado», por lo que el foco ahora es restablecerlo y garantizar la retirada de armamento pesado lo antes posible.
También Merkel reiteró que no negoció durante una noche entera con Hollande, Putin y el presidente ucraniano Petro Poroshenko en Minsk para que sean necesarias nuevas sanciones contra Moscú. Se trata de buscar un camino constructivo fuera de las sanciones, dijo la canciller.
Alemania y Francia harán todo lo necesario para evitar más derramamiento de sangre, destacó. «Sabemos que las cosas avanzan lentas (…) Pero en vista de la difícil situación no se puede esperar otra cosa», dijo Merkel. Ucrania no tiene fácil buscar su propio camino y el proceso sigue siendo difícil.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, exigieron ayer que se permita el libre acceso de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) a la zona de conflicto en el este de Ucrania.
Durante una conversación mantenida con el presidente ucraniano Petro Poroshenko, Merkel y Hollande expresaron además su preocupación por los persistentes combates en la región de Debaltsevo, pese a la tregua que entró en vigor el domingo, informaron fuentes oficiales de París.
Según la prensa francesa, los líderes insistieron en la importancia de que los observadores internacionales puedan informar sobre el estado del acatamiento de la tregua, por lo que consideraron esencial que los miembros de la OSCE tengan libre acceso a la región.
La tregua en el este ucraniano, lograda tras maratónicas negociaciones la semana pasada en Minsk, se ve empañada por informaciones de incidentes en la zona en conflicto.
El domingo la OSCE reportó que filas separatistas les vedaron el ingreso a la región de Debaltsevo, donde la situación es particularmente tensa.
La Unión Europea pidió ayer el cese total de los combates en el este de Ucrania.
Por muy frágil que sea, la nueva tregua “es la única opción para la esperanza de una resolución de conflicto”, afirmó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en una rueda de prensa en Madrid.
Según los acuerdos de Minsk, hoy debe iniciarse la salida del armamento pesado del frente. Las piezas de artillería de más de 100 milímetros de calibre deben ser retirados de una zona de 50 kilómetros. (I)
Alemania, Francia, Rusia y Ucrania coincidieron ayer en la necesidad de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas apruebe una resolución para respaldar el proceso de paz en Ucrania, comunicó el gobierno alemán.
Los presidentes de Francia, Rusia y Ucrania, François Hollande, Vladimir Putin y Petro Poroshenko, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebraron una teleconferencia en la que saludaron el hecho de que la tregua esté siendo mayormente respetada en el este de Ucrania. También se manifestaron preocupados por la continuidad de las luchas, especialmente en torno a la localidad de Debáltsevo, indicó el viceportavoz de Merkel, Georg Streiter.
Los mandatarios se comprometieron a poner su empeño para que el cese de hostilidades sea respetado plenamente.
Sin embargo, los separatistas prorrusos anunciaron que no habría tregua en Debáltsevo, donde fuerzas armadas ucranianas están rodeadas. Militares en Kiev dijeron que los ataques rebeldes a la ciudad aumentaron a partir de la tarde del domingo.
Según lo acordado la semana pasada en Minsk, el próximo paso será la retirada a partir del martes del armamento pesado de ambos bandos.(I)
Los líderes de Alemania y Francia concluyeron ayer una reunión de más de cinco horas con el presidente ruso, Vladimir Putin, sin alcanzar ningún tipo de acuerdo para resolver la crisis de Ucrania.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que los líderes decidieron en las “conversaciones constructivas” que se produjeron en la capital rusa que continuarán trabajando para un posible documento conjunto que implemente el acuerdo del cese al fuego alcanzado en septiembre.
El próximo contacto entre Putin; la canciller alemana, Angela Merkel; y el presidente francés, Francois Hollande, sería el domingo por teléfono, destacó el portavoz.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, también participaría en las conversaciones con Merkel y Hollande, agregó el funcionario ruso.
Estados Unidos dijo estar al tanto del plan y respaldó la iniciativa diplomática de los líderes europeos. (I)
Bogotá vivó el jueves la decimoquinta edición de su iniciativa «Día sin auto», que por primera ocasión restringió también la circulación de unas 400.000 motocicletas particulares, con el objetivo de disminuir el impacto ambiental del tránsito automotor.
La restricción del tránsito en la capital de Colombia comenzó a las 05:00 locales (10:00 GMT) y terminó a las 19:30 locales (00:30 GMT).
«¿Despacio o espacio?», es su eslogan este año, que invitó a los más de ocho millones de bogotanos a utilizar el transporte público, las bicicletas y otros medios alternativos para llegar a sus trabajos y centros de estudio.
Según la alcaldía de Bogotá, que promueve esta iniciativa desde el año 2000, dejaron de circular en la ciudad más de 1,5 millones de autos particulares y unas 400.000 motocicletas.
La Secretaría de Ambiente de la ciudad, Susana Muhamad, aseguró que el balance fue muy positivo en el tema de la descontaminación ambiental, pues se redujó en 45% el material particulado que afecta la salud humana, en comparación con la misma jornada del año 2014.
«El día sin carro de 2015 es sin duda histórico en los 15 años, las mediciones fueron récord», dijo la funcionaria.
Las autoridades indicaron que fue necesario colocar multas de unos 150 dólares a 367 personas que sacaron sus automóviles a las calles, pero en general la jornada fue acatada por la ciudadanía.
Desde muy temprano, funcionarios de la alcaldía comenzaron a mostrar en las redes sociales cómo se desplazaban por la ciudad en bicicletas, a pie o en transporte público, para incentivar a los ciudadanos.
El alcalde Gustavo Petro fue uno de ellos y llegó en autobús a una zona del centro de la ciudad donde se dieron a conocer los primeros resultados de la jornada.
Hubo un gran incremento en el uso de bicicletas (660.000 frente a las 500.000 que en promedio circulan diariamente por la ciudad) y el servicio de transporte masivo TransMilenio incrementó en 6% (unos 233.000) los pasajeros movilizados en la hora pico de la tarde.
Algunos autos como los blindados, taxis o aquellos que pertenezcan a servicios médicos fueron autorizados a circular, al igual que motos de empresas que presten servicios de domicilios o mensajería.
Los habitantes de Bogotá están acostumbrados a las prohibiciones para usar sus vehículos debido a que permanentemente rige una directriz que les impide circular varios días a la semana durante siete horas, como medida para reducir los altos niveles de congestión.
La capital colombiana es la precursora en América Latina de este tipo de iniciativas ambientales. El primer día sin automóvil se celebró por decisión del entonces alcalde Enrique Peñalosa y se institucionalizó formalmente el primer jueves de febrero de cada año, tras aprobarse la medida vía referéndum. (I)