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Michelle Obama dice que sus hijas no son influyentes

Michelle Obama se muestra tajante a la hora de inculcar modestia a sus hijas. «No son influyentes. Sólo viven aquí», dijo la primera dama estadounidense en una entrevista televisada con la Casa Blanca de fondo.

Malia, de 16 años, y Sasha, de 13, «no han hecho nada para resultar influyentes», sostuvo su madre al ser preguntada por su opinión sobre la lista que publicó el año pasado la revista ‘Time’ y que incluía a las hijas de la pareja presidencial entre los «25 adolescentes más influyentes».

Los Obama intentan proteger todo lo posible la privacidad de sus hijas. Éstas apenas realizan apariciones públicas y, cuando las hacen, están bajo el control del personal de prensa de la Casa Blanca. Con motivo de la Pascua se las pudo ver en una nueva foto de familia. Pero apenas se conocen detalles sobre su vida.

Según confesó Michelle Obama durante la entrevista, que se llevó a cabo el lunes, Malia está aprendiendo a conducir en la capital.

«Siempre la acompañan agentes de seguridad, pero para que pueda aprender a conducir debe sentarse al volante», añadió.

En Estados Unidos es posible obtener el permiso de conducir a partir de los 16 años y otro limitado para practicar siempre que un adulto con carné vaya en el asiento de copiloto.

Michelle Obama volvió a mostrar sus pasos de baile

La esposa del presidente de EEUU mostró sus movimientos en el escenario de la 137 Carrera del rodado de huevo.

Hombre dispara su arma accidentalmente durante la misa de Pascua en Pennsylvania

La policía y los fiscales analizan si se presentarán cargos contra un hombre cuya arma se disparó accidentalmente durante una misa de Pascua en Pennsylvania.

Las autoridades en Altoona no han identificado al hombre, quien alcanzó a ser rozado por una bala alrededor de las 11 de la noche del sábado en la Catedral del Sagrado Sacramento.

La policía Christy Heck dijo que al parecer el seguro del arma no estaba puesto cuando el hombre se arrodilló, haciendo que la pistola que llevaba en el pantalón se disparara. El hombre tiene permiso legal para portarla.

El sargento Marshall Worling dijo que la policía y la fiscalía del condado Blair están consultando para determinar si presentan cargos contra el hombre.

El disparo ocurrió unos 15 minutos antes de que terminara la misa y la bala quedó incrustada en el piso de la iglesia.(I)

Mensaje de Pascuas del papa Francisco

Traducción oficial al español del mensaje de Pascuas «Urbi et Orbi» del papa Francisco, pronunciado el domingo en italiano desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

¡Jesucristo ha resucitado!

El amor ha derrotado al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad.

Jesucristo, por amor a nosotros, se despojó de su gloria divina; se vació de sí mismo, asumió la forma de siervo y se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz. Por esto Dios lo ha exaltado y le ha hecho Señor del universo. Jesús es el Señor.

Con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: esta vía es la humildad, que comporta la humillación. Este es el camino que conduce a la gloria. Sólo quien se humilla puede ir hacia los «bienes de allá arriba», a Dios (cf. Col 3,1-4). El orgulloso mira «desde arriba hacia abajo», el humilde, «desde abajo hacia arriba».

La mañana de Pascua, Pedro y Juan, advertidos por las mujeres, corrieron al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se «inclinaron» para entrar en la tumba. Para entrar en el misterio hay que «inclinarse», abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.

El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer… Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos.

Esto no es debilidad, sino auténtica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor.

Imploremos hoy al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo, y que son tantas.

Roguemos ante todo por la amada Siria e Irak, para que cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países. Que la comunidad internacional no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados.

Imploremos la paz para todos los habitantes de Tierra Santa. Que crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones.

Pidamos la paz para Libia, para que se acabe con el absurdo derramamiento de sangre por el que está pasando, así como toda bárbara violencia, y para que cuantos se preocupan por el destino del país se esfuercen en favorecer la reconciliación y edificar una sociedad fraterna que respete la dignidad de la persona. Y esperemos que también en Yemen prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población.

Al mismo tiempo, encomendemos con esperanza al Señor, que es tan misericordioso, el acuerdo alcanzado en estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno.

Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y de la República Democrática del Congo. Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia, por los que han sido secuestrados, los que han tenido que abandonar sus hogares y sus seres queridos.

Que la resurrección del Señor haga llegar la luz a la amada Ucrania, especialmente a los que han sufrido la violencia del conflicto de los últimos meses. Que el país reencuentre la paz y la esperanza gracias al compromiso de todas las partes implicadas.

Pidamos paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales. Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas, que se enriquecen con la sangre de hombres y mujeres.

Y que a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora y curativa del Señor Jesús: «Paz a vosotros» (Lc 24,36). «No temáis, he resucitado y siempre estaré con vosotros» (cf. Misal Romano, Antífona de entrada del día de Pascua). (I)

El Papa celebra la Pascua en un contexto de violencia en nombre de la religión

El Papa presidió en el Vaticano la misa de Pascua, que marca para los católicos la resurrección de Jesús.

Papa Francisco pone de ejemplo a mujeres discípulas de Jesús que no tuvieron miedo

El papa Francisco puso como ejemplo a las mujeres discípulas que fueron humildes y no tuvieron miedo antes de la resurrección de Jesús, durante su homilía en la Vigilia del Sábado Santo celebrada en la basílica de San Pedro.

En la Vigilia Pascual, el rito de la Semana Santa en la que los católicos esperan la resurrección de Jesucristo, Francisco explicó que aquella noche de vela para los discípulos y las discípulas de Jesús fue «una noche de dolor y de temor».

Destacó cómo los hombres permanecieron cerrados en el Cenáculo, mientras las mujeres fueron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús «con sus corazones llenos de emoción» y allí «se dieron cuenta que la gran piedra que cerraba la tumba ya había sido removida, y la tumba estaba abierta».

«Efectivamente, para eso estamos aquí: para entrar, para entrar en el misterio que Dios ha realizado con su vigilia de amor», dijo el papa.

El pontífice afirmó que «no se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio», pero aclaró que no se puede llegar sólo con un trabajo «intelectual».

«No es sólo conocer, leer… Es más, es mucho más». añadió.

Explicó entonces que «entrar en el misterio exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes…».

Y añadió que «entrar en el misterio significa ir más allá de las cómodas certezas, más allá de la pereza y la indiferencia que nos frenan, y ponerse en busca de la verdad, la belleza y el amor, buscar un sentido no ya descontado, una respuesta no trivial a las cuestiones que ponen en crisis nuestra fe, nuestra fidelidad y nuestra razón».

El papa continuó explicando que también «se necesita humildad» para «redimensionar la propia estima, reconociendo lo que realmente somos: criaturas con virtudes y defectos, pecadores necesitados de perdón».

Y entonces aseguró que esto es lo que enseñan las mujeres que junto a María «aquella noche no perdieron ni la fe y la esperanza» y «no permanecieron prisioneras del miedo y del dolor».

Aprendamos de ellas a velar con Dios y con María, nuestra Madre, para entrar en el misterio que nos hace pasar de la muerte a la vida.

La ceremonia, una de las más antiguas de la tradición cristiana cargadas de simbología, comenzó con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual, símbolo de Cristo, «Luz del Mundo», y posteriormente también del agua con el que se realizarán los bautismos.

El papa Francisco realizó con un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz, la primera y la última letra del alfabeto griego -alfa y omega- y la cifra de este año, 2015.

Después se realizó la procesión hacia el altar mayor, en total silencio encabezada por el diácono que portará el cirio y seguida por el pontífice así como por diferentes miembros del clero.

Una vez en el altar mayor, y tras la bendición del papa, el diácono proclamará el llamado «Exultet», el anuncio de la Pascua, al que los fieles esperarán con una vela encendida

Siguiendo la tradición de los primeros años de la Iglesia cuando los catecúmenos, los adultos que aspiran a convertirse al cristianismo a través del bautismo, eran bautizados, Francisco bautizó y dio la comunión a diez personas.

Los nuevos cristianos a los que bautizó el papa en la basílica de San Pedro fueron seis mujeres y cuatro hombres: la camboyana Champa Buceti, de 13 años, y que recibirá el nombre de María, cuatro italianos, tres albaneses, la pintora portuguesa Helena Lobato, de 45 años, y una mujer de Kenia.

Francisco oficiará mañana en la plaza de San Pedro la misa del Domingo de Resurrección y después leerá el Mensaje Pascual e impartirá la bendición «Urbi et Orbi».

El Papa Francisco encabeza la Vigilia de Pascua

El papa Francisco presidió este sábado la solemne Vigilia de Pascua en medio de crecientes preocupaciones en el Vaticano por el martirio de muchos cristianos en la actualidad.

El pontífice caminó en la oscuridad en una Basílica de San Pedro completamente silenciosa al comenzar la misa de la vigilia, que precede la celebración del Domingo de Resurrección, en el que se conmemora la resurrección de Cristo luego de ser crucificado.

Durante la ceremonia nocturna iban a ser bautizadas 10 personas procedentes de Italia, Portugal, Albania, Kenia y Camboya.

En la procesión del Viacrucis el viernes en el Coliseo romano, Francisco criticó el «silencio cómplice» de la comunidad internacional ante las masacres de cristianos en muchas partes del mundo a manos de extremistas islámicos.

Francisco ha expresado cada vez más su alarma por esos ataques, que han forzado a cristianos a abandonar comunidades en el Oriente Medio que han existido desde el tiempo de Jesús.(I)

Cristianos llegan a Jerusalén por el Viernes Santo

Cristianos de todo el mundo se reunieron este viernes en la ciudad vieja de Jerusalén para conmemorar el Viernes Santo y recorrer el camino que según la tradición siguió Jesucristo hacia su crucifixión.

En la tradicional procesión de Vía Crucis, los peregrinos recordaron y compartieron el sufrimiento de Jesús. Muchos de los participantes portaron cruces de madera por la Vía Dolorosa, algunas de ellas de gran tamaño, y entonaron cánticos religiosos en numerosas lenguas. Otros llevaban coronas de espinas o iban ataviados con viejos mantos.

La procesión finalizó en la iglesia del Santo Sepulcro, el lugar donde según la tradición fue crucificado Jesús.

Las celebraciones comenzaron por la mañana en ese mismo lugar. El patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, celebró allí junto a los creyentes la liturgia católica de la pasión de Jesús. El domingo se conmemorará en Jerusalén la resurrección de Jesucristo.

La Semana Santa coincide además este año con la Pascua judía de la Pésaj. Los cristianos ortodoxos, la segunda comunidad cristiana de Israel, celebra la Pascua la próxima semana.

El Ministerio de Turismo espera la llegada de 130.000 visitantes coincidiendo con las celebraciones cristiana y judía. Según la radio israelí, las fuerzas de seguridad elevaron el nivel de alerta. (I)

Pies de ecuatoriana y un bebé, entre los que lavó Francisco en Jueves Santo

El papa Francisco ofició hoy la misa de Jueves Santo que rememora la Última Cena y, emulando a Jesús, lavó los pies de doce detenidos que cumplen condena en una cárcel de la zona romana de Rebibbia por diversos delitos.

El papa Francisco lavó los pies de 12 presos y un bebé en la principal prisión de Roma en el Jueves Santo, en un ritual previo a la Pascua que muestra la vocación de servicio del pontífice. Además, les pidió que oraran por él y le ayudaran a limpiarse de su «suciedad».

Francisco se despojó de su solideo y descendió del altar para lavar y besar los pies de estos doce detenidos que asistieron al acto con alegría e incluso alguno de ellos con lágrimas en los ojos.

Los doce reclusos protagonistas de la ocasión fueron seis mujeres y seis hombres procedentes de Ecuador, Brasil, Italia, Nigeria y Congo. Las presas elegidas fueron dos nigerianas, una congoleña, una ecuatoriana y dos italianas, mientras que los presos seleccionados fueron cuatro italianos, un brasileño y un nigeriano. Una de las detenidas tenía a su hijo de dos años en su regazo mientras el Papa procedió al ritual de limpieza.

Uno de los momentos más conmovedores de la ceremonia fue cuando el papa Francisco se dirigió a una de las reclusas que participaban en el rito para lavar los pies a su bebé, que se encontraba sentado en sus rodillas.

Mientras los presos lloraban, Francisco se arrodilló, vertió agua de una jarra en cada pie, lo secó y lo besó, para revivir el ritual que Jesús practicó con sus apóstoles antes de su crucifixión.

300 reos presentes

De los 2.100 reclusos de la cárcel de Rebibbia, en esta iglesia pudieron estar presentes 300, el mismo número de hombres que de mujeres, además de los hijos menores de 15 madres condenadas con las que comparten su vida en esta cárcel.

Al término del acto, que duró cerca de hora y media, el papa Francisco fue despedido con abrazos, besos y gritos de aquellos que no dejaron de corear su nombre.

El papa argentino rompió hace dos años con la tradición de lavar los pies de sacerdotes. En el primer año de su pontificado, Francisco lavó los pies de doce menores recluidos en una cárcel romana, mientras que el pasado año lo hizo a doce discapacitados de distinta edad, nacionalidad y religión.

Conforme a la tradición cristiana, Francisco representó el gesto de humildad que tuvo Cristo con sus apóstoles antes de ser arrestado, condenado a muerte y crucificado un viernes en Jerusalén.

A su llegada a cárcel, abrazó, estrechó las manos, bendijo los rosarios y realizó el símbolo de la cruz a cerca de 300 presos.

En la capilla de Rebibbia, ante 150 mujeres, incluyendo a varias madres presas con sus hijos, Jorge Bergoglio lanzó un mensaje que esperanza: «Jesús dio su vida por ti y por ti, por nosotros, por cada uno de nosotros con nombre y apellido».

Una tarea de esclavos

El pontífice recordó que en la época de Cristo lavar los pies era un trabajo reservado a los esclavos. «Jesús se hizo esclavo para servirnos, para sanarnos, para lavarnos».

Las presas elegidas fueron dos nigerianas, una congolesa, una ecuatoriana y dos italianas, mientras que los presos seleccionados fueron cuatro italianos, un brasileño y un nigeriano. Una de las detenidas tenía a su hijo de dos años en su regazo mientras el Papa procedió al ritual de limpieza.

Antes de la ceremonia, Francisco explicó que cuando Jesús lava los pies, en realidad esta limpieza es una purificación.

«Yo también necesito ser lavado por el Señor. Recen para que él lave también las cosas sucias que hay en mí», afirmó.