Capriles denuncia alcabalas que impiden llegada de marchistas a Caracas Capriles denuncia alcabalas que impiden llegada de marchistas a Caracas.
El opositor alcalde de Caracas, preso desde febrero, fue trasladado para que le sea practicada una cirugía.
El presidente Nicolás Maduro cumple hoy dos años en el poder marcados por un deterioro paulatino de la calidad de vida de los venezolanos, cuyo último episodio es el recorte en la asignación de dólares subsidiados para viajeros y compras en el exterior.
Cuando el heredero del fallecido Hugo Chávez asumió el 19 de abril del 2013, tras unas elecciones impugnadas por el opositor Henrique Capriles, la inflación anual era de 20,1%, la escasez de productos básicos de 20% y la pobreza 25,1%.
Dos años después la inflación anual se disparó a 68,5%, la escasez se ha convertido en un mal crónico y la pobreza, una de las grandes banderas de lucha de la Revolución Bolivariana, alcanza a más del 30%.
Y el dólar negro, marcador ya casi omnipresente de unos precios en bolívares cada vez más devaluados, pasó de 22 bolívares por dólar cuando murió Chávez a los 275 bolívares el viernes.
Todo ello mina la moral de los venezolanos, cada vez más sometidos a largas filas para conseguir leche, aceite, harina o medicamentos sin recurrir al mercado negro, donde los precios suben hasta el 1.000%.
“Es muy evidente que el venezolano ha perdido calidad de vida en todos los estratos sociales, pero sobre todo entre los más pobres”, explica el economista Maxim Ross, fundador del Centro de estudios de economía venezolana de la Universidad Monte Ávila.
Como él, muchos economistas consideran que la situación actual es consecuencia del modelo socialista centralizador, implantado por Chávez y seguido a rajatabla por Maduro, de controles de cambio y de precios, de expropiaciones, de desaforado gasto público y de “burocratismo” que castiga la producción nacional y fomenta la corrupción, el contrabando y la ineficiencia.
Sin embargo, Maduro, que se jacta de que su gobierno sigue sacando de la desnutrición a millones de venezolanos –algo corroborado por la FAO– atribuye la crisis a una “guerra económica” de la burguesía con vínculos con Colombia y Estados Unidos.
A pesar de las continuas subidas salariales ordenadas por Maduro, la frustración en la calle por la idea de que “la inflación se está comiendo el salario” está muy extendida entre los venezolanos de todas las edades, condiciones y creencias políticas, habituados a la generosa política de subsidios del chavismo.
Sueldos que se diluyen
Luisa Marina, una empleada doméstica y madre soltera de dos hijos, califica el gobierno de Maduro como el de “los años del no hay”.
“Yo no tengo nada contra Maduro, pero este gobierno lo ha echado todo a perder. En dos años todo nos han ido recortando. A mí hasta me quitaron las remesas”, dice Marina, que emigró de Colombia hace 22 años y que a pesar de todo no piensa “volver a emigrar”, como hacen muchos.
Vladimir Zambrano, técnico de sonido y estudiante de computación, cuenta que en dos años su salario se duplicó de 7.500 a 15.000 bolívares, pero le rinde “mucho menos”.
“En Venezuela no se vive, se sobrevive. Uno trabaja para el día a día. Como joven, uno ya no aspira a tener algo fijo, a comprar casa. Solo piensa en qué tendrá en el bolsillo para el día siguiente”, explica.
En un contexto de abrupta caída de los vitales ingresos petroleros, el inquilino del Palacio de Miraflores ha optado por recortar divisas para remesas y para boletos aéreos, ha dejado de pagar deuda comercial y subido el precio de algunos productos controlados y de las tarifas subsidiadas de los servicios públicos.
Caída de precio del petróleo
“Maduro ha tenido menos ingresos petroleros que Chávez, ha tenido que pagar más servicio de la deuda y ha tenido la misma falta de previsión. Casi todos los países petroleros tienen un fondo de previsión para los momentos malos. Venezuela no”, señala Ross.
Y en el horizonte está la subida de la gasolina más barata del mundo, un tema hasta ahora tabú –pues en el pasado fue motivo de una sangrienta revuelta–, pero que está siendo discutido por el chavismo.
La pregunta es si con esta caída del crudo Maduro podrá mantener los millonarios programas sociales de alimentación, salud, educación y vivienda. Y también si con esta merma de ingresos, el mandatario –cada vez más cuestionado por la comunidad internacional– podrá costearse la campaña electoral para las vitales legislativas de diciembre, en las que la oposición parte como favorita, a pesar de estar divida y sus líderes presos.(I)
España tildó este miércoles de «intolerables» los «insultos y amenazas» del presidente venezolano Nicolás Maduro que, a raíz de una declaración del Parlamento de Madrid pidiendo la liberación de opositores políticos, calificó al jefe del gobierno español de «racista».
«El Gobierno considera intolerables las últimas declaraciones, insultos y amenazas proferidas por el presidente Maduro contra España», afirmó el ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado. «Las autoridades españolas han sido y serán siempre respetuosas de la dignidad de las personas que ocupan cargos de gobierno en Venezuela», agregó.
El martes, el presidente venezolano tildó al jefe del ejecutivo español, el conservador Mariano Rajoy, de «racista» y afirmó que analiza «respuestas» a «la agresión [de la] que estamos siendo víctimas los venezolanos por parte de las élites corruptas y corrompidas de España».
Chivo expiatorio
En opinión de Carlos Malamud, especialista sobre América Latina en el Real Instituto Elcano de estudios internacionales, Maduro podría estar buscando «un nuevo chivo expiatorio» ahora que el acercamiento entre su principal aliado, Cuba, y Estados Unidos dificulta arremeter contra Washington.
«Necesita agitar algún espantajo externo a la política nacional para tratar de tapar la grave crisis económica, política y social que tiene Venezuela», afirma. «Necesitaba algún enemigo al cual atacar» y «la declaración del Congreso le ha venido como anillo al dedo para nuevamente enfilar sus cañones contra España», subraya.
El martes el Congreso de los Diputados español aprobó por inmensa mayoría, con el apoyo del partido de Rajoy y de varios de la oposición, incluidos los socialistas, una declaración que pide la «liberación inmediata» de los líderes opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma, así como de otros políticos encarcelados en el país, e insta al ejecutivo a trabajar en ese sentido.
«Que las Cortes [españolas] vayan a opinar de su madre, pero que no opinen de Venezuela», dijo Maduro poco después durante su programa televisivo «En contacto con Maduro».
Como consecuencia, el embajador venezolano en Madrid, Mario Ricardo Isea, fue convocado este miércoles por el gobierno español para expresarle su «malestar y rechazo» por estas palabras.
«Este tipo de declaraciones e insultos no contribuyen a un mínimo entendimiento entre dos gobiernos que representan a dos pueblos unidos históricamente por estrechos lazos», afirmó el ministerio de Exteriores español.
Es la primera vez que la cancillería convoca al embajador venezolano desde la vuelta de éste a finales de febrero a Madrid, después que Caracas lo llamara a consultas en octubre como protesta por una reunión que Rajoy mantuvo con Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López. En marzo, el jefe del ejecutivo español recibió también en Madrid a Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma. (I)
El expresidente del Gobierno español Felipe González defenderá a los líderes opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma.