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Son diminutas, baratas, comunes y letales. Las balas de calibres 38 y 9 milímetros son las municiones usadas en un 90 por ciento de los asesinatos en Guayaquil, así lo asegura el fiscal décimo de Garantías Penales, César Peña Morán.

Según el funcionario, este tipo de proyectiles son los más accesibles en el mercado negro (comercialización clandestina de productos). Pese a su tamaño, devela, existen ‘mañas’ que le realizan los sicarios a las balas para aumentar su efectividad mortal en las víctimas.

“Si un asesino no puede comprar las ‘dumdum’(comúnmente llamadas balas explosivas), que se abren al impactar contra un cuerpo, optan por limar la punta de las balas para que tenga el mismo efecto”, explica el funcionario.

Peña sostiene que debido a los controles de la Policía Nacional y las FuerzasArmadas, acceder a un arma de mayor calibre hace que los homicidas se inclinen por las pistolas Glock de 9 mm o los revólveres. Ambos pueden ser de fabricación industrial o artesanal. El tamaño también influye entre las características. “Una pistola calibre 38 o 9 milímetros es fácil de esconder o tirar en algún sitio”, explica.

¿Por qué prefieran las pistolas a los revólveres?

Según Peña, por una sencilla razón: la oportunidad de propinarle más tiros a su víctima.

El funcionario puntualiza que una Glock está conformada por una cartuchera con 19 a 22 balas. Eso permite hacer disparos en ráfaga en caso de que el ‘blanco’ intente huir. El revólver, en cambio, solo tiene seis oportunidades de descargar en el tambor.

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