Síndrome del ojo seco síntomas

Síndrome del ojo seco síntomas causas y tratamiento

El ojo seco es la patología más frecuente en oftalmología. Se calcula que hasta un 30% de las personas que acuden a consulta lo hacen por este motivo, sobre todo personas mayores, conforme detalla la revista Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.

El síndrome del ojo seco ocurre cuando los ojos no producen suficientes lágrimas para mantenerse húmedos o cuando las lágrimas no cumplen correctamente su función, explican desde el Instituto Nacional del Ojo ( síndrome del ojo seco, por sus siglas en inglés), que también detalla que puede hacer que se sienta incomodidad en los ojos y, en algunos casos, también puede causar problemas de visión.

 

Síntomas del síndrome del ojo seco

El principal síntoma es la sensación de cuerpo extraño, de sequedad ocular, sobre todo al levantarse por las mañanas, con dificultad para abrir los ojos. Otros síntomas frecuentes que apuntan desde Sanidad son picor y escozor. “El paciente te comenta en ocasiones que tiene los ojos llenos de tierra, con un gran disconfort, incluso con ligera sensación de visión borrosa”, matizan.

Uno de los factores a tener en cuenta es el ambiental. Es común que las molestias aparezcan (o se agraven) en localizaciones concretas o con características comunes, por ejemplo, cuando en una sala hay calefacción excesiva, aire acondicionado o cuando el ambiente está cargado de humos. También puede ser que se produzca en determinadas épocas del año en función de la humedad.

Cuáles son las causas del síndrome del ojo seco

El NEI detalla que este síndrome aparece porque las glándulas que producen lágrimas y se encargan de mantener los ojos húmeros no desempeñan correctamente su función, de manera que puede no haber suficiente líquido lagrimal o que este se seque demasiado rápido.

Por ello, este síndrome puede ser de dos tipos: acuodeficiente o Evaporativo. El ojo seco acuodeficiente se caracteriza por una disminución en la producción de lágrimas acuosas, que puede llevar a síntomas como ardor, picazón, irritación, sensación de cuerpo extraño y visión borrosa. El ojo seco evaporativo se caracteriza por una disminución en la producción de la capa lipídica de las lágrimas o por una mayor evaporación de esta capa. La capa lipídica es esencial para evitar la evaporación excesiva de las lágrimas y mantener la superficie ocular lubricada.

Cristina Abascal Azanza, especialista del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Navarra, explica en un artículo publicando por el centro, que existen muchas causas y factores de riesgo para padecer ojo seco, como son la edad avanzada, la menopausia, los factores ambientales, tener una mala alimentación, las enfermedades autoinmunes, los efectos secundarios de medicamentos, los traumatismos oculares y la utilización de lentes de contacto.

 

Cómo se trata el ojo seco

Abascal señala que al tratarse de un síndrome que provoca sequedad, es necesaria la suplementación de la hidratación ocular natural con el uso de lágrimas artificiales y otros productos como geles o pomadas, preferiblemente sin conservantes, para mantener una adecuada lubricación.

Como inestabilidad de la película lagrimal y la inflamación de la superficie ocular son factores etiológicos relevantes en la evolución de esta enfermedad, se suelen prescribir tratamientos que mejoren la calidad y permanencia de la lágrima, tanto natural como artificial, en contacto con la superficie ocular. Los medicamentos antiinflamatorios, inmunomoduladores o derivados hemáticos, como el suero autólogo, PRP o PRGF, buscan controlar el componente inflamatorio asociado a esta condición. Existen, además, moduladores de la sensibilidad que, sin anestesiar el ojo completamente, ayudan a manejar los síntomas.

En casos crónicos, algunas personas pueden desarrollar dolor neuropático, resultado de la estimulación crónica de las terminaciones nerviosas de la superficie ocular, que persiste incluso después de una mejora significativa de los signos de sequedad ocular. En situaciones excepcionales, puede ser necesario un tratamiento especializado por parte de profesionales en el Área del Dolor.